Historias de amistad y pantalones cortos

El escritor argentino Eduardo Sacheri, autor de la novela La pregunta de sus ojos –llevada al cine por Juan José Campanella con el nombre El secreto de sus ojos, que terminaría convirtiéndose en la mejor película extranjera en los Oscar 2010–, vuelve a la carga con Papeles en el viento, una profunda y conmovedora historia de amistad, humor y amor.

¿Cómo vender a un delantero de fútbol que no hace goles? ¿Cómo moverse en un mundo cuyas reglas, por lo general oscuras, se desconocen? ¿Cómo seguir siendo amigos incondicionales si los fracasos van abriendo fisuras en las antiguas lealtades? A este tipo de preguntas trata de encontrarles una respuesta Sacheri con su nueva novela, protagonizada por tres grandes amigos de la infancia, Fernando, Mauricio y el Ruso, quienes con muy poca experiencia en algunos asuntos se atreverán, a través del ingenio, la torpeza, el desconcierto o la inspiración, a recuperar el dinero invertido por el cuarto compinche de la barra, El Mono, quien acaba de morir, dejando a Guadalupe, su hija, librada a la suerte del destino.

Dicho de otro modo, Papeles en el viento es la historia de una amistad envuelta en medio de la crisis que provoca una ausencia, la del Mono, quien gastó sus ahorros –cerca de US$ 300.000– en comprar el pase del juvenil Mario Juan Bautista Pittilanga, un futbolista que prometía muchos goles y muchos miles de dólares, pero que se quedó en eso, en una promesa, jugando ahora a préstamo en un club casi fantasma del interior. El punto es que Pittilanga, que ya no mete en el arco la número cinco, cuando regrese al club Platense y termine allí su contrato, quedará libre y pasará a valer prácticamente nada.

Escrita en clave de psicología masculina, porque si hay algo que no le falta a esta novela es fútbol –todos los personajes, al igual que el autor, son fanáticos de Independiente–, Papeles en el viento muestra cómo estos viejos amigos se meten en los negociados y las trampas del mundillo del fútbol. El Ruso, un tipo alegre, optimista e inútil para los negocios; Fernando, un profesor de lengua, ordenado e incorruptible; y Mauricio, un abogado ambicioso, egoísta y sin escrúpulos, se mueven para vender a Pittilanga y recuperar la inversión que, de algún modo, servirá para darle a Guadalupe todo el amor que ellos sentían por su amigo y así asegurarle el futuro.

A propósito de que sea un texto con un lenguaje muy masculino, Sacheri dijo en una entrevista que casi no hay personajes femeninos en la novela porque “las mujeres son más complejas. Los tipos solemos ser bastante básicos en líneas generales… Más que básicos somos tangentes, nos gusta entrarles a los temas importantes por caminos secundarios que no nos dejen tan expuestos ante la mirada de los otros tipos. Nos queremos y nos emocionamos, pero si no se nota, mejor. Sentimos, pero tratamos de hablar lo menos posible acerca de eso que sentimos”.

Con un tono narrativo lleno de humor y picardía que recuerda los mejores escritos futboleros de Roberto Fontanarrosa y Osvaldo Soriano –dos escritores que Sacheri ha dicho en más de una ocasión que admira–, Papeles en el viento va mostrando cómo las viejas tensiones entre estos amigos van aflorando, generando nuevos roces entre ellos, dejándolos casi ciegos para afrontar lo que deben por la memoria del Mono, ciegos incluso ante las mujeres.

“Reconozco que hay poco de mujeres, que están muy en segundo plano, aunque me parece que puede ser interesante para una lectora asomarse a ese mundo tan preponderantemente masculino que tiene la novela. A algunas les ha gustado ver cómo funciona un grupo de tipos en su intimidad, en su modo de pensar y de proceder. Como si estuvieran viendo el comportamiento de los animales en Discovery Channel. No creo que los hombres tengan mucha paciencia para leer una historia de mujeres”, apuntó el escritor en un diálogo con la revista Ñ de Clarín.

En suma, este nuevo libro de Sacheri, autor además de Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol, Te conozco, Mendizábal y otros cuentos, Lo raro empezó después. Cuentos de fútbol y otros relatos, muestra la capacidad que tiene este argentino de generar historias y personajes entrañables, dándoles una voz inconfundible o como bien lo ha dicho el director Campanella, “Sacheri logra como pocos darles una proyección universal a las historias que cuenta. Historias de gente común donde lo cotidiano se vuelve épico”. Papeles en el viento logra eso.