Mientras en el gobierno uruguayo se preguntan qué es lo que más conviene que suceda en las elecciones argentinas de este año ante el avance de Cristina Fernández de Kirchner en algunas decisiones de la campaña del candidato presidencial Daniel Scioli, un informe de Inteligencia revela que la administración kirchnerista tiene instalada una "aduana paralela" que toma acciones que indirectamente perjudican a Uruguay.
El informe señala que Uruguay "es dañado" por esas políticas de doble manera, dado que "el gobierno argentino niega la entrada a productos uruguayos contraviniendo acuerdos claros y precisos del Mercosur", pero a la vez cuando los uruguayos van a hacer "turismo shopping" compran en negocios que venden "mercadería asiática que llega al puerto a fuerza de corrupción".
"La corrupción (en
Argentina) permite que sus comercios sean invadidos por mercaderías extranjeras después de haber pasado todos los 'controles' aduaneros. Hay de todos los países menos de Uruguay", agrega el texto de Inteligencia al que accedió El Observador.
El informe agrega que algunos de los vinculados a esa presunta corrupción aduanera argentina empezaron a desembarcar en Uruguay, comprando propiedades y depositando dinero a bancos locales. Incluso menciona el nombre de un empresario que presuntamente "opera" con uno de los jerarcas de la aduana argentina que ya fue acusado por integrar una "mafia del oro".
Parte de lo que alienta ese desembarco de empresarios afines al kirchnerismo, o eventuales testaferros de ellos en Uruguay, es la posibilidad de un cambio de gobierno en Argentina, siempre según el informe de Inteligencia.
"Ninguno de los tres candidatos presidenciales, con posibilidades en las futuras elecciones argentinas (Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa) dan garantías a las autoridades salientes, que han hecho del encono interno una forma de acrecentar poder", agrega el texto. Por eso, según se sugiere, es que algunos aprontan el terreno para desembarcar en Uruguay.
¿Qué conviene?
El presidente Tabaré Vázquez durante la campaña presidencial del año pasado se mostró muy cercano al postulante oficialista Daniel Scioli. Cuando viajó a
Buenos Aires para realizar actos, el ahora mandatario se reunió con el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Luego incluso tuvieron un encuentro en Montevideo en el que ambos dirigentes dieron señales de afinidad y soslayaron que si los dos ganaban las elecciones presidenciales acercarían a los gobiernos luego de más de una década de enfrentamientos.
Pero en poco menos de un año pasó mucha agua por debajo del puente. Por un lado, desde que asumió Vázquez la relación con la actual presidenta Cristina Fernández ha sido casi nula. Apenas tuvieron algunos contactos entre los cancilleres, pero la mandataria ni siquiera visitó Montevideo el 1° de marzo. Se cruzaron en una cumbre internacional y poco más. Vázquez ha evitado los contactos con Argentina a la espera de un cambio de gobierno que facilite el diálogo.
Pero las señales que más han preocupado al gobierno, según dijeron a El Observador fuentes del Poder Ejecutivo, provienen de la política interna argentina.
En el oficialismo advierten que el kirchnerismo le ha "comido" a Scioli eventuales espacios de poder en un próximo gobierno. El primer golpe lo dio Cristina Fernández cuando logró que el compañero de fórmula de Scioli sea un hombre de su riñón: Carlos Zanini.
Pero lo que más puede condicionar a Scioli en un eventual gobierno es que las listas al Congreso fueron copadas por personas muy cercanas a la actual mandataria. De esa manera, si bien Scioli sería el presidente en caso de ganar, el poder lo debería compartir con Fernández de Kirchner.
La pregunta ronda en la cabeza (y en los comentarios en privado) de algunos dirigentes de la primera línea de gobierno uruguayo, aunque nadie se anima a decirla públicamente: ¿no convendrá que gane Macri o Massa?