Invirtieron US$ 24.000 en toro de La Madrugada de Gaudin

El color lo puso el entuciasmo que desde el principio manifestaron los interesados por la oferta que pasaba por pista. Se ofrecieron 31 toros, de 31 cabañas, que participaron de la tradicional prueba anual de comportamiento de la raza.

Con el martillo en manos de Daniel Dutra, principal de Escritorio Dutra Ltda, secundado por su hijo Alejandro y el resto del equipo del escritorio tomando ofertas, comenzaron las ventas que se hicieron en 12 cuotas.

El primer reproductor en entrar a la pista fue el de la caravana ocho, un Polled Hereford de cabaña Los Charrúas –de Mario Ibarburu S en C–, reproductor que había ganado el grupo uno de los dos que integraron la prueba. El toro de Ibarbiru se vendió en US$ 750 la cuota, totalizando su cotización en US$ 9.000.

Enseguida se vendió otro Polled Hereford, el caravana ocho, de James Thompson en US$ 9.000 y más adelante otro toro mocho de Ganadera Inquieta Sociedad Civil (caravana 16) en US$ 12.600. Pero lo mejor estaba por venir.

El sexto toro en entrar a pista fue el de la caravana 34, de cabaña La Madrugada –de Gaudin–, que había logrado la mayor ganancia de peso diaria durante la prueba, siendo el ganador absoluto, ubicándose en el primer lugar del grupo dos. El toro, nacido el 4 de octubre de 2011 y hermano del ganador de la 36ª prueba de Kiyú, estaba pesando 944 kilos.

Las ofertas comenzaron un escalón más arriba de los reproductores que entraron antes, iniciando en US$ 400 la cuota (US$ 4.800 el precio total), pero con gran agilidad la cotización del reproductor fue aumentando hasta alcanzar US$ 2.000 la cuota, elevando su cotización final a US$ 24.000 y generando un fuerte aplauso en las tribunas. El inversor fue Rodolfo Naranja, criador de la zona de Sarandí del Yi, del departamento de Durazno.

Después que se bajó el martillo por su toro, Juan Luis Gaudin, principal de La Madrugada, comentó a El Observador que la demanda por el reproductor “fue espectacular. Arrancó en US$ 400 la cuota, US$ 100 arriba de los arranques de los demás toros, y después las ofertas no pararon hasta llegar a US$ 2.000 por cuota. Tenía la expectativa de quedármelo y de mandarlo a un centro de inseminación, pero no fue posible”.

Cabe recordar que todos los toros que participan de la prueba de comportamiento tienen obligación de salir a venta en este remate, salvo algún problema sanitario, y el cabañero que quiera retenerlo deberá comprarlo en esta instancia.

Gaudín recordó que la ganancia promedio diaria de este toro al finalizar la prueba fue 1,510 kilos, pero remarcó que en 2005 otro toro de La Madrugada logró una ganancia de peso diaria que fue récord: 1,825 kilos. Ese reproductor se vendió en US$ 15.000 a la empresa comercializadora de genética Retrogen.

Sobre el toro del precio máximo del remate de ayer, destacó su buen pelaje, pigmento, circunferencia escrotal, bajo peso al nacer, buen área de ojo de bife, largo, de buenos cuartos, buen color, cabeza chica –lo que facilita las pariciones– y gran mansedumbre.

“Este es el toro más completo, el jurado de conformación lo calificó con ocho puntos sobre ocho”, destacó.

La actividad continuó con gran agilidad, vendiéndose la totalidad de la oferta a un precio promedio de US$ 6.155, 20% superior al obtenido el año pasado (US$ 5.129), que ya había sido 33% superior al precio de 2011. Cabe recordar que en 2012 el precio máximo fue US$ 21.000, cifra que se invirtió por un toro de James Thompson.

Al finalizar el orden de ventas volvieron a entrar, juntos, tres reproductores que no habían recibido ofertas y se vendieron a elección, a precios que no desentonaron: US$ 350 y US$ 400 la cuota, US$ 4.200 y US$ 4.800 los precios totales respectivamente.

Al concluir la actividad el presidente de la SCHU, Patricio Cortabarría, comentó a El Observador que “fue un remate excelente, con mucha agilidad y avidez por los toros. Hay una necesidad importante de toros en los establecimientos criadores de todo el país, pero hay que tener en cuenta que estos valores son propios de un remate como el de Kiyú, con una prueba atrás y con 35 cabañas participando”.

De todos modos consideró que “la tónica de la zafra será buena, por la gran demanda que se vio, con mucha gente que se fue de este remate sin comprar”. Indicó que algunos de los toros vendidos ayer se irán a trabajar en planteles y otros a ganados comerciales.

Señaló que el buen resultado del remate se debe al trabajo de mucha gente durante todo el año. “Este es un campo de una sociedad de criadores, trabajado con profesionales contratados. La SCHU sigue fomentando la raza como herramienta de producción de carne en Uruguay y por eso los toros Hereford valen mucho. Nos sentidmos muy contentos por el gran momento que vive la raza, lo vimos en el Prado y lo confirmamos en Kiyú”, concluyó.