El desierto en sí mismo es tal vez uno de los destinos más codiciados por los viajeros que gustan de lo exótico y aventurero. Mucho más si la belleza de las inmensas dunas de arena se combina con el azul intenso del océano que se asoma por las costas. ¿Demasiado bueno para ser cierto? Todo lo contrario. Ese paisaje existe y, lo que es mejor, a tan solo tres horas y media de Montevideo. Se trata de Iquique, una de las ciudades más grandes al norte de Chile.
Internet no le hace justicia a Iquique cuando la caracteriza solo como una ciudad puerto, ya que en sí misma esconde paisajes únicos, además de un fuerte contenido histórico y una oferta turística cada vez más creciente.
La experiencia de conocer Iquique es única desde el comienzo, cuando el avión desciende por sobre el océano Pacífico hasta aterrizar en la costa del desierto de Atacama, el más árido del mundo, donde el
Aeropuerto Internacional Diego Aracena es de las pocas edificaciones que existe en kilómetros.
Casi cuarenta y cinco minutos después de un viaje en carretera por entre las inmensas dunas, la ciudad de Iquique aparece y rompe la monotonía desértica con sus pequeñas casas coloridas y algunos modernos edificios. Desde la altura del Cerro del Dragón, que bordea la ciudad, el paisaje es impactante.
Una vez dentro, modernidad e historia se combinan todo el tiempo en las calles. Por un lado, la
arquitectura antigua que sobresale en torno a las plazas y que recuerdan al pasado colonial de la ciudad como es el caso del Casino Español, ubicado frente a la plaza Arturo Pratt, en el centro de la ciudad.
Pero ya más cerca de la costa, las playas y la rambla de Iquique deslumbran y son el principal atractivo tanto para los bañistas como para quienes gustan de salir a caminar y hacer deporte al aire libre; algo que nunca deja de ser habitual dado que casi nunca llueve y la temperatura es de 20ºC en invierno y mayor de 30ºC en verano.
En la costa la historia también está presente por ejemplo en el Museo Corbeta Esmeralda, instalado dentro de un barco que es una réplica a escala real de uno de los navíos protagónicos de la Guerra del Pacífico en la que Chile se enfrentó a Bolivia y Perú y se convirtió en emblema de la ciudad.
En tanto, la modernidad llega de la mano de la variedad hotelera de alta gama con la que cuenta Iquique y que seguirá creciendo en los próximos años. La cadena de hoteles Terrado, así como el Hilton Garden Inn, son algunos de los ejemplos ubicados en la zona céntrica y con vista al océano.
Qué conocer en Iquique
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L. Nuñez
Salitreras. El tour por las ex oficinas salitreras de Iquique es una visita obligada. Ubicadas en el desierto de Atacama, la salitrera Santa Laura y Santiago Humberstone, son monumentos nacionales y patrimonio de la humanidad que conservan los recuerdos de la principal actividad industrial en la zona. El recorrido puede combinarse con una visita por el Oasis de Pica y un baño en las piscinas de agua termal.
Zofri. Como no puede faltar en ningún viaje, Iquique tiene su sitio para compras en Zofri, la zona franca de la ciudad y principal polo comercial de la región. En Zofri hay unas 460 tiendas con gran variedad de productos. Se recomienda comprar en moneda local.
Cómo ir
La aerolínea Amaszonas incorporó recientemente una conexión aérea hacia este destino desde Montevideo, con escala previa en Asunción (Paraguay). Los vuelos salen los jueves, viernes, domingos y lunes desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco. El costo de los pasajes ida y vuelta van desde los US$ 500 y varían según el día y temporada.