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Jalila, 12 años: "Pasó tres días teniendo sexo conmigo"

Un informe de Human Rights Watch revela la violencia y vejaciones que padecieron niñas y mujeres yazidíes, que lograron escapar del Estado Islámico luego de haber sido secuestradas.
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16 de abril de 2015 a las 15:22

Niñas de hasta ocho años fueron violadas sistemáticamente, a lo que se suman otras prácticas de violencias, conversiones de fe y matrimonios forzados, señala el informe de organización Human Rights Watch (HRW)

En el reporte se publican testimonios de las víctimas en primera persona. Este se elaboró con declaraciones de 20 niñas y mujeres, además de testimonios de médicos y trabajadores humanitarios locales y extranjeros. Todos fueron recabados en la zona de Dohuk, la región autónoma kurda en Irak donde vive la minoría religiosa yazidí (ver recuadro abajo). Esta región ha sido fuertemente atacada por el EI (ver nota sobre claves para entender el conflicto de Irak)

Varias mujeres y jóvenes dijeron a HRW que combatientes de EI aseveraron haberlas comprado por hasta USD 2.000 a otros miembros del grupo extremista.

ISIS ha reconocido públicamente la esclavización de mujeres y niños. En un artículo titulado “El resurgimiento de la esclavitud antes de la Hora” que se publicó en Dabiq, la revista en línea publicada en inglés por la organización, ISIS señaló que estaba reinstaurando una costumbre justificada por la sharía (la ley islámica): “Tras la captura, las mujeres y niñas yazidíes fueron repartidas según la sharía entre los combatientes de Estados Islámico que participaron en los operativos en Sinyar, luego de que un quinto de los esclavos fueron puestos bajo las órdenes de Estado Islámico para ser repartidos como khums [un impuesto sobre los botines de guerra]”.


A continuación algunos extractos del informe de HRW en el que se transcriben los crudos testimonios de mujeres y niñas que lograron escapar.

Jalila, 12 años

“Jalila (todos los nombres de sobrevivientes han sido modificados para preservar su seguridad), de 12 años, contó que varios hombres árabes a quienes reconoció como oriundos de su aldea la interceptaron a ella y a otros siete familiares el 3 de agosto de 2014, mientras intentaban escapar de ISIS. Los hombres entregaron a la familia a combatientes de EI, quienes separaron a Jalila, su hermana, su cuñada y su sobrino pequeño de los demás familiares y los llevaron a Tal Afar. Posteriormente, los combatientes trasladaron a Jalila y a su hermana a Mosul. Luego de 35 días, separaron a Jalila de su hermana y la llevaron a una vivienda en Siria donde se encontraban otras jóvenes y niñas yazidíes secuestradas. Jalila contó:

“Los hombres venían y nos elegían. Al llegar, nos decían que nos pusiéramos de pie y luego examinaban nuestros cuerpos. Nos pedían que mostráramos nuestro cabello, y a veces golpeaban a las jóvenes que se negaban. Vestían dishdashas[túnicas hasta los tobillos] y usaban la barba y el pelo crecido”.

Contó que el combatiente de EI que la eligió le dio una bofetada y la arrastró fuera de la vivienda cuando ella mostró resistencia. “Le dije que no me tocara y le rogué que me dejara ir”, contó. “Le pedí que me llevara con mi madre. Yo era una niña, y le pregunté: ‘¿qué quieres de mí?’ Mantuvo relaciones sexuales conmigo durante tres días”.

Jalila afirmó que durante el cautiverio le “perteneció” a siete combatientes distintos de ISIS, y que cuatro la violaron en múltiples ocasiones: “A veces me vendían. Otras me entregaban como un obsequio. El último de los hombres fue el más abusivo, me ataba las manos y las piernas”.

Wafa, 12 años

Otra niña de 12 años, Wafa, dijo a Human Rights Watch que en agosto fue llevada por la fuerza junto con su familia de la aldea de Kocho por combatientes de ISIS. Los hombres trasladaron a la familia a una escuela en Tal Afar repleta de otras personas yazidíes en cautiverio, y allí los combatientes la separaron de su familia. Desde ese sitio, la llevaron a varios otros dentro de Irak y luego a Raqqa, en Siria. Un combatiente de edad más avanzada aseguró a Wafa que no le harían daño, pero pese a ello la violó sexualmente en varias oportunidades, según dijo.

“Dormía en el mismo lugar que yo y me dijo que no temiera, ya que era como su hija”, contó. “Un día me desperté y tenía las piernas ensangrentadas”. Wafa pudo escapar tres meses después de ser secuestrada, pero todavía se desconoce el paradero de sus padres, sus tres hermanos y su hermana.

Dilara, 20 años

Dilara dijo que combatientes de ISIS la llevaron a una sala donde se ofician matrimonios en Siria, y allí vio a otras 60 mujeres yazidíes en cautiverio. Los combatientes de ISIS advirtieron al grupo que “se olvidaran de sus familiares, ya que en adelante contraerían matrimonio con ellos, tendrían a sus hijos, se convertirían al islam y rezarían”. Dijo a Human Rights Watch que vivió constantemente atemorizada por la posibilidad de ser llevada por la fuerza, como muchas mujeres y niñas antes que ella:

“Desde las 9:30 de la mañana, llegaban hombres para comprar jóvenes con el propósito de violarlas. Vi con mis propios ojos cuando soldados de ISIS jalaban del cabello y golpeaban a jóvenes, y propinaban fuertes golpes en la cabeza a quienes se resistían. Se comportaban como animales... Una vez que sacaban afuera a las jóvenes, las violaban y volvían a traerlas para llevarse a otras. Las edades de las jóvenes iban desde los 8 hasta los 30 años... al final solo quedaron cerca de 20 jóvenes”.

Rana, Sara y su hermana

Dos hermanas, Rana, de 25, y Sara, de 21, indicaron que cuatro hombres abusaron de su hermana de 16 años durante varios meses y que ellas no pudieron hacer nada para impedirlo. Se permitió que su hermana las visitara, y esta les dijo que el primer hombre que la había violado (que según señaló era de origen europeo) también la golpeó, le esposó las manos y le aplicó descargas eléctricas, además de negarle alimentos. Contó que luego otro combatiente la violó sexualmente durante un mes, y más tarde la entregó a un argelino que la retuvo durante otro mes.

La última vez que la vieron fue cuando se la llevó un combatiente de EI de origen saudita. “No sabemos nada de ella desde entonces”, aseveró Sara. Las dos hermanas dijeron que también ellas fueron violadas varias veces por dos hombres, uno de los cuales dijo ser ruso y el otro de Kazajstán.

En base al informe de Human Rights Watch de Liesl Gerntholtz, directora de la división de Derechos De La Mujer.

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