Nacional > SALUD MENTAL

Justicia demora un año en promedio salida del Vilardebó

Mientras que el promedio de internación en el hospital Vilardebó para los pacientes es de 45 días, para internos judiciales asciende a un año como mínimo
Tiempo de lectura: -'
28 de febrero de 2015 a las 21:19

Unos 45 días le esperan por delante a una persona cuando es internada en el hospital Vilardebó. Ese es el promedio de internación, dijo a El Observador una psiquiatra que trabajó allí por más de una década y prefirió no ser identificada. Sin embargo, ese mes y medio aplica para menos de la mitad de los pacientes, que no están involucrados en causas judiciales. El 54% son personas derivadas por la Justicia y en esos casos la espera es varias veces mayor: la media en esas situaciones es de un año si el juez así lo considera, pero en muchos casos la espera es eterna.

“El paciente ingresa, se atiende, y cuando está de alta el médico escribe un informe y se manda al juzgado. Ahí pasan entre meses y eternidades para que el juez autorice el egreso. Eso hace que haya internaciones innecesariamente largas. El hospital termina siendo como un doble hospital: tiene pacientes en crisis, que se internan, se mejoran y vuelven a la comunidad, y pacientes que terminan con internaciones prolongadas, de meses o años, o institucionalizados”, sostuvo la especialista.

Los ingresos judiciales, como se los denomina, suelen ir a las salas 10, 16 y la ya famosa sala 11. En la sala 10 ingresan los pacientes de baja peligrosidad, mientras que las otras dos son de máxima seguridad: la 11 es para hombres y la 16 para mujeres. “(A los que están en la sala 11) se les hace el tratamiento, se compensan relativamente rápido y después no siempre es fácil que se reinserten porque se necesita que el juez dé el egreso”, explicó la psiquiatra.

En el caso de los pacientes imputables, es decir, los que cometieron un delito a consciencia, fueron a la cárcel y estando presos sufrieron una descompensación en su salud mental, el proceso es más rápido. Se los compensa con tratamiento psiquiátrico, los médicos se comunican con la cárcel y vuelven a ingresarlos.

La espera es más complicada para quienes cometieron un delito en el marco de una alteración de su salud mental y que por ese motivo el juez determina que son inimputables y deben ser internados en el Vilardebó en lugar de ir a la cárcel.

De los 10 internos que se fugaron hace una semana de la sala 11, siete eran inimputables y tres imputables. Uno de ellos había ingresado hacía menos de 48 horas. Cinco ya fueron capturados.

El principal y único

El único hospital psiquiátrico de agudos de Uruguay es el Vilardebó, lo que determina que sea el centro de salud mental de referencia. Aunque depende de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), no se limita solamente a recibir pacientes del sector público, sino también del privado.

De hecho, el catálogo de prestaciones del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), decretado en 2008, habilita a los centros privados a cubrir un máximo de 30 días de internación psiquiátrica, por lo que si una persona necesita permanecer más días internada, es habitual que se lo derive al Vilardebó. La única excepción es que existan convenios “suscritos por el Fonasa y los prestadores integrales” que habilite una permanencia mayor en un privado.

De las 320 camas que tiene el hospital, 310 son de internación y las otras 10 para emergencia y observación, a las que se pueden sumar 10 camas más. Las internaciones en emergencia no duran más de 48 horas y hay opciones: que el paciente quede internado o sea dado de alta. Además de los sectores de emergencia e internación, el hospital tiene una policlínica. También existe un servicio de internación domiciliaria, que en general son seguimientos más que internaciones.

Algunas excepciones

En la sala 11 las posibilidades de rehabilitarse son escasas. Tienen rejas, horarios de visita mucho más estrictos y los pacientes no tienen circulación libre. Por ese motivo, muchas veces los psiquiatras piden a los jueces que permitan a algunos internos ser cambiados de sala.

Si el juez lo autoriza, son trasladados a la sala 10 –una sala de seguridad que se maneja como si fuera abierta– para que la rehabilitación sea más efectiva. Ahí van las personas que tienen una enfermedad mental controlada, pero que esperan por la decisión del juez.

    Comentarios

    Registrate gratis y seguí navegando.

    ¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

    Pasá de informarte a formar tu opinión.

    Suscribite desde US$ 345 / mes

    Elegí tu plan

    Estás por alcanzar el límite de notas.

    Suscribite ahora a

    Te quedan 3 notas gratuitas.

    Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

    Esta es tu última nota gratuita.

    Se parte de desde US$ 345 / mes

    Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

    Elegí tu plan y accedé sin límites.

    Ver planes

    Contenido exclusivo de

    Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

    Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

    Cargando...