La "bomba" que revolucionó la moda

El 1º de julio de 1946, los estadounidenses realizan el primero de una serie de ensayos nucleares en un atolón del Pacífico sur, que se extenderían a lo largo de doce años.

Cuatro días más tarde, un francés, Louis Réard, revela en París un traje de baño femenino "explosivo", al que bautiza con el nombre de este islote, Bikini.

"El bikini: una bomba anatómica", decía el eslogan de los dos pedacitos de tela, una banda para la parte de arriba y dos triángulos invertidos para la parte de abajo, vendidos en un paquete no mucho mayor que una gran caja de fósforos.

Para presentar el descubrimiento, Louis Réard, ingeniero de automóviles, cuya familia tenía una boutique de lencería, optó por la piscina de Molitor, lugar de la flor y nata del París de los años 1930, el 5 de julio de 1946.

Y ayer, un desfile de aniversario presentando este modelo histórico y otras singulares piezas de trajes de baño de 1890 a 1970, se celebró en este emblemático espacio Art Déco.

Hace 70 años, Louis Réard no encontró ninguna modelo profesional para lucir el bikini. Su presentación oficial se hizo al final con una bailarina de 19 años, Micheline Bernardini, que actuaba en el Casino de

París y que pasó a la posteridad: el invento terminó en la portada de todos los periódicos del mundo entero y causó rápidamente polémica.

En Europa, bajo la presión de la Iglesia Católica, los gobiernos italiano, español y belga prohibieron la venta de bikinis. En Francia, curiosamente, se autorizó en las playas del Mediterráneo, pero se prohibió en las del Atlántico.

"La llegada del bikini es un acontecimiento en la historia de la moda porque muestra por primera vez lo que las mujeres no se atrevían a enseñar hasta entonces: su ombligo. Esa es la verdadera revolución", explicó a la agencia AFP Ghislaine Rayer, que posee una de las más importantes colecciones de trajes de baño de época en el mundo, con cerca de 5.000 piezas.

Hay que decir que además del ombligo, el bikini firmado por Réard dejaba ver gran parte de las nalgas, lo que hace que algunos digan que el ingeniero inventó también las tangas.

El traje de baño de dos piezas existía ya desde hace tiempo en el momento en el que se presentó el bikini. De hecho, existen mosaicos romanos, de 2.000 años de antigüedad que muestran a mujeres con prendas similares.

De todas formas, su aparición en 1946 fue considerada una revolución, aunque le llevó cierto tiempo asentarse definitivamente como prenda de uso cotidiano (al menos en el verano).

Era la bombacha de talle alto, que se elevaba hasta el vientre, la preferida por las mujeres de posguerra, como atestiguan las imágenes de pin-up o de actrices norteamericanas, con Marilyn Monroe a la cabeza.

Después de su agitada presentación del 5 de julio de 1946, el bikini debió esperar hasta 1953 para que otra bomba estallase, una vez más en Francia, durante el Festival de Cannes. Se llamaba Brigitte Bardot y alborotó a todos los fotógrafos posando con un bikini blanco de flores en la playa.

"Es ella la que hizo del bikini una pieza emblemática. Luciéndolo, lo convirtió en el mito Bardot", explicó a la AFP Marie-Laure Bellon, organizadora de Mode City, salón internacional de lencería y de trajes de baño organizado en París y cuya edición más reciente se realiza entre el sábado y hoy.

"Después del escándalo, el bikini se democratizó, las mujeres querían cada vez más mostrar sus cuerpos, broncearse", añadió.

En los años 1960, el traje de baño se convirtió en un imprescindible y su popularidad se reforzó gracias a sus apariciones en el cine. Una de las más memorables fue la de Ursula Andress saliendo del agua, en una famosa escena de la película de James Bond Doctor No, en 1962.

"Hizo falta sin embargo esperar a los años 1970, época en la que las mujeres se emanciparon y quemaron sus soutienes en público, para que el bikini reapareciera tal y como fue concebido por su inventor", definitivamente esta vez, afirmó Ghislaine Rayer.