Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > CINE

La efectiva versión fílmica de la historia de los mineros chilenos

Hoy se estrena Los 33, que cumple con su objetivo de emocionar al público
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27 de agosto de 2015 a las 05:00
En octubre de 2010 los ojos de todo el mundo se dirigieron a Chile. En el norte del país, en la ciudad de Copiapó, una mina había colapsado 70 días antes, sepultando a 33 trabajadores. Todos sobrevivieron y fueron rescatados tras un prologando y cuidado trabajo de excavación, que culminó con los mineros volviendo a la superficie en una cápsula especial, reencontrándose con sus familias y siendo vitoreados por el público. El rescate fue un momento emotivo, pero también tuvo bastante de show.

Esa historia se convierte todavía más en espectáculo con su estreno cinematográfico de hoy. La película Los 33, una coprodución chileno-estadounidense-colombiana, adapta con éxito el relato de esta tragedia que terminó bien, logrando cumplir con la emotividad de la historia sin caer en lo excesivo, agregando además pasajes más tensos (como el momento del derrumbe de la mina) y varios momentos divertidos.

Dirigida por la mexicana Patricia Riggen (una rareza en estos días donde parece que toda producción hollywoodense debe estar dirigida por un hombre), el filme trascurre por dos carriles. Por un lado se acompaña a los trabajadores bajo tierra, donde la falta de comida, el aislamiento y la desesperación se cobran su cuota en la salud física y mental de los mineros con el paso de los días. Y, por otra parte, se narran los esfuerzos del gobierno liderados por el ministro de minería, Laurence Golborne (Rodrigo Santoro), y la lucha de los familiares de los mineros, encabezada por María Segovia (Juliette Binoche), hermana de uno de los sepultados, para que el rescate siga adelante incluso cuando parezca imposible.

Bajo tierra, los 33 mineros hacen lo posible por sobrevivir, liderados por Luis Urzúa (Lou Diamond Phillips) y Mario Sepúlveda (Antonio Banderas). Claro que 33 personas son demasiados personajes para que una película sea comprensible y manejable. La solución de los guionistas fue condensar la vida de varios de los mineros en los cinco o seis que tienen un rol protagónico. Aun así, las dos horas de duración del filme en ocasiones transcurren un poco lentas.

Más allá de eso, el trabajo del elenco multinacional (intérpretes de México, Brasil, Francia, Irlanda, Estados Unidos, España, Filipinas, Colombia y por supuesto, Chile) de la cinta es bueno y logra imprimirle emociones creíbles a la historia. Esto permite pensar que, más allá de los cambios realizados para hacer una historia más accesible, son personas reales en una situación que los supera completamente pero que se esfuerzan por resolver. Quizás colabore con el realismo el hecho de que las escenas subterráneas se filmaron en una mina, en la que los actores confesaron tener problemas para respirar (de hecho, el actor argentino Federico Luppi no participó en la película como estaba previsto por esta misma razón).

La película también cuenta con la participación de los verdaderos "33", quienes aparecen en un montaje
final al cierre del filme, a la vez que participaron de diversas formas en la producción, tanto como asesores de lo sucedido en sus 70 días bajo tierra como para asistirlos, considerando que no todos han logrado reinsertarse a la vida laboral con éxito después de lo ocurrido.

Mirando al norte


La película contiene todo lo necesario para recordarle al público que la historia transcurrió en Chile. Los momentos emotivos son acompañados por el cántico futbolero "chi-chi-chi, le-le-le", hay apariciones especiales de Don Francisco y del empresario minero y filántropo Leonardo Farkas (desconocido para nosotros pero una celebridad en Chile). Por si esto fuera poco, está presente en la banda sonora la canción Gracias a la vida, de Violeta Parra.

De todas formas, la película apunta tanto al público regional como al estadounidense, lo que se nota en pasajes explicativos que en esta zona del mundo no son necesarios. Quizás también por eso es que los personajes hablan en inglés (con acento, pero en inglés al fin) más allá de palabras aisladas como "huevón", "viva Chile" y "empanada".

Claro, al ser una película en inglés puede competir en las categorías principales de los premios Oscar, un objetivo que esta película busca. No en vano Los 33 reúne varios de los criterios que la Academia suele tener en buena estima al momento de nominar: está inspirado en hechos reales, es una historia dramática y emotiva, y se estrena (en Estados Unidos) en noviembre, con la finalidad de que los electores la tengan fresca en sus memorias al momento de escoger a los candidatos para la estatuilla dorada.

Si bien quizás no logre su objetivo de llegar a los premios de la Academia, Los 33 no deja de ser una película sólida y efectiva en su objetivo de emocionar y conmover al público. Esto no se ve opacado por ser una historia conocida de antemano y relativamente reciente (a comienzos de este mes se cumplieron cinco años del derrumbe). Y aunque no es una película novedosa dentro de su género, llama la atención que se trate de una verdadera superproducción "latina", con un mensaje esperanzador y un obligatorio final feliz.

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