Cuando en 2001 se estrenó la versión cinematográfica de El diario de Bridget Jones, se generó una discusión sobre la decisión de elegir a una actriz estadounidense, Renée Zellweger, para interpretar a uno de los personajes más influyentes de la literatura inglesa de finales del siglo XX, y de una de las novelas más exitosas de las últimas décadas en ese país.
Sin embargo, el trabajo de Zellweger en la adaptación de la
novela de Helen Fielding fue uno de los puntos más destacados de la película, llegando a estar incluso nominada al premio
Oscar como Mejor actriz.
En esa primera película, Jones es una mujer de 32 años, solitaria y con una vida sentimental en perpetua crisis que decide transformar sus hábitos, bajar de peso, dejar de fumar y beber alcohol, y encontrar una pareja. Atrapada en un triangulo amoroso entre su jefe, Daniel Cleaver (Hugh Grant) y el abogado divorciado Mark Darcy (Colin Firth), a quien en un principio odia, pero con quien acaba al final de la película, en una historia que se inspira y adapta al mundo moderno las historias de Jane Austen.
El regreso
En 2004 se estrenó la secuela, llamada Bridget Jones: al borde de la razón. En esta segunda historia, Jones se ve separada de Darcy, y vuelve a involucrarse con Cleaver, en una narrativa que incluye secuencias en Austria y Tailandia, así como una trama más disparatada y "cinematográfica", en contraste con el más mundano original. De hecho, el desenlace incluye dilemas diplomáticos y a Jones convirtiéndose en una referente de derechos humanos.
Doce años después
La próxima semana se estrena en Uruguay la tercera película de la serie, nuevamente inspirada en otra de las novelas de Fielding. En esta ocasión, Jones está nuevamente soltera, tras divorciarse de Mark Darcy. A los 43 años, la mujer descubre que está embarazada y que además de su exesposo hay otro posible candidato a la paternidad del niño: Jack Qwart, un estadounidense irresistible que tiene todo lo que Darcy no posee.
Doce años después de la última película, este tercer filme llega finalmente luego de ser postergado en repetidas ocasiones desde 2009. El proyecto pasó por varios directores (hasta llegar a manos de Sharon Maguire, la responsable de la primera) y por varios guionistas, entre los que se contó la actriz Emma Thompson.