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La oposición volvió a las calles y el gobierno mantuvo la represión

Por segundo día consecutivo, Policía dispersó a manifestantes con gases lacrimógenos
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21 de abril de 2017 a las 05:00
Por segundo día consecutivo, la oposición venezolana volvió a desafiar al gobierno del chavista Nicolás Maduro y se volcó masivamente a las calles en una nueva manifestación, en la que hubo fuertes disturbios como consecuencia de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que bloquearon el acceso de los manifestantes hacia la capital Caracas.

Esta nueva protesta convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) –que fue de menor entidad que la del miércoles y en la que al menos hasta anoche no se habían reportado víctimas– se produjo en medio de fuertes presiones internacionales que reprueban el comportamiento del gobierno y reclaman la vigencia del sistema democrático y el llamado anticipado a elecciones.

En ese marco, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, exhortó ayer a gobierno y oposición a retomar el diálogo como forma de disminuir la tensión y la creciente violencia en el país.

A la protesta de ayer jueves se plegaron miles de opositores, que exigieron la salida del poder de Maduro, en una marcha dispersada con gases lacrimógenos y perdigones de goma por efectivos antimotines, en la tercera semana de violentas protestas que ya dejaron un saldo de nueve muertos y cerca de 1.000 detenidos.

En un fuerte cruce de bombas lacrimógenas, piedras y cócteles molotov, las fuerzas de seguridad y los manifestaron se enfrentaron en Chacaíto, El Rosal y otros sectores en las vías de acceso a la estratégica autopista Francisco Fajardo, con un saldo de varios heridos o afectados por los gases.

Tras dispersar la protesta, la policía y la militarizada guardia nacional utilizaron tanquetas que lanzaron ráfagas de bombas lacrimógenas y chorros de agua sobre un grupo de jóvenes que los enfrentaban con los rostros cubiertos con pañuelos y capuchas.

Disturbios

Mientras, un helicóptero de la Policía sobrevolaba la zona durante los disturbios. Barricadas de basura fueron quemadas en distintos puntos de la capital. "Libertad", pero también insultos, como "malditos" y "cobardes", gritaban los manifestantes a los efectivos se seguridad.

Los principales disturbios ocurrieron en Caracas, aunque también se registraron incidentes en Maracaibo (noroeste), Valencia (centro) y San Cristóbal (oeste), un día después de la multitudinaria movilización del miércoles, a raíz de la cual murieron un joven de 17 años, una estudiante y un militar de las fuerzas de seguridad.

Los manifestantes, que entre otras cosas exigen que se realicen nuevas elecciones, no consiguieron llegar al centro de Caracas.

El líder opositor Henrique Capriles pidió a los manifestantes que no se dejaran intimidar. "Nadie se rinde; nuestro deber es defender la Constitución", dijo.

Las protestas comenzaron el 1º de abril, tras sentencias del máximo tribunal electoral, que retiró la inmunidad a los diputados y se adjudicó las funciones del Parlamento, único poder público controlado por la oposición. Maduro asegura que las protestas buscan derrocarlo con el apoyo de Estados Unidos.

La ONU llama a reanudar diálogo

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, realizó ayer un llamado al gobierno y la oposición de Venezuela a reanudar el diálogo y a reducir las tensiones, en una nueva jornada de masivas protestas opositoras.

"Instamos a gestos concretos de todas las partes para reducir la polarización y crear las condiciones necesarias para abordar los desafíos del país en beneficio del pueblo venezolano", indicó Guterres.

"Estamos preocupados y urgimos a que se realicen todos los esfuerzos para reducir las tensiones y prevenir futuros enfrentamientos", acotó.

General Motors cesó sus operaciones

General Motors cesó sus operaciones en Venezuela y despidió a 2.678 empleados luego de que el gobierno le confiscó una planta en ese país jaqueado por la explosiva crisis política y económica.

El miércoles, la fábrica fue "inesperadamente tomada por las autoridades venezolanas, que impidieron que siga operando con normalidad", dijo ayer Julia Bastos, portavoz de la empresa automotriz en Brasil, en un correo electrónico.

"Otros activos de la compañía, como vehículos, fueron ilegalmente retirados de las instalaciones", agregó.

La unidad de la automotriz estadounidense tiene capacidad para fabricar 100 mil vehículos por año, pero estaba casi paralizada por el colapso económico de la potencia petrolera caribeña y las restricciones para conseguir dólares para importaciones en medio de un férreo control de cambio.

General Motors estaba en Venezuela desde 1948, donde tiene asociada una red de 79 concesionarios, que emplean a 3.900 personas, según datos de la automotriz. Todos los despedidos serán compensados pronto, explicó Bastos.

La compañía dijo que la confiscación fue realizada mediante una orden judicial y que, hasta el momento, el gobierno de Nicolás Maduro no se había manifestado sobre su decisión de detener sus operaciones en el país.

General Motors "rechaza enfáticamente las medidas arbitrarias tomadas por las autoridades e iniciará acciones legales, dentro y fuera de Venezuela, para defender sus derechos", afirmó la compañía en un comunicado.

La empresa dijo confiar en que la Justicia zanjará el conflicto y espera poder "continuar liderando el mercado venezolano".

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