Policías detienen a inmigrantes cerca de Calais<br>

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Londres y París fijan su prioridad en poner fin a la crisis migratoria

Los dos países trabajarán juntos, los ingleses estudian medidas severas contra propietarios
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04 de agosto de 2015 a las 05:00
Tras una semana de tensiones, Londres y París anunciaron que trabajarán "juntos" para poner fin al problema de los migrantes que arriesgan su vida intentando cruzar el Canal de la Mancha hacia el Reino Unido. "Poner fin a esa situación es una prioridad absoluta" de los dos países, indicaron.

"Nuestros dos gobiernos están determinados a conseguirlo, y a conseguirlo juntos", puede leerse en una declaración conjunta signada por los ministros del Interior francés y británica, Bernard Cazeneuve y Theresa May, según difundió el diario francés Le Journal du Dimanche.

Los dos gobiernos destacaron su cooperación mutua para intentar detener el exilio voluntario de los miles de migrantes que esperan en la ciudad francesa de Calais (norte) una oportunidad para llegar a Inglaterra.

Los dos ministros subrayaron sus esfuerzos respectivos. Francia recordó que deplegó 550 policías y gendarmes en la zona.

Y el Reino Unido resaltó su aportación de "€ 15 millones para reforzar la seguridad en Norte-Paso de Calais" y de € 10 millones adicionales desbloqueados la semana pasada.

Además, los británicos preparan dos cambios normativos que generan polémica. De un lado, el gobierno sometió a consulta una nueva ley para retirar la ayuda económica que se concede a las familias de solicitantes de asilo fallidos, de las que hay unas 10.000 en Inglaterra.

Por otra parte, en el proyecto de la nueva normativa sobre inmigración que se aprobaría en los próximos meses hay una propuesta para que los dueños de propiedades expulsen a sus inquilinos que estén en situación irregular.

La medida se podrá tomar sin necesidad de que medie una orden judicial y quienes no la cumplan serán penados con hasta cinco años de cárcel, según anunció ayer el ministro de Comunidades, el conservador Greg Clark.

"Estamos decididos a combatir con fuerza a los caseros que hacen dinero de la inmigración ilegal, explotan a gente vulnerable y socavan nuestro sistema de inmigración", dijo Clark.

Así los británicos quieren mostrar mano dura contra la inmigración tras recibir presiones por su gestión de la crisis en el puerto francés.

Una crisis que se agrava

Eso provoca que muchos inmigrantes intenten esconderse en el interior de esos vehículos para pasar al otro lado del canal. Las tentativas de intrusión se habían situado en la noche del lunes pasado en cerca de 2.000 y se habían ido reduciendo progresivamente hasta las entre 300 y 400 del fin de semana, antes de volver a incrementarse antenoche, cuando hubo cerca de 1.700 intentos por sortear las vallas y meterse en el túnel.

La semana pasada hubo un fallecido, el noveno desde junio, y estallaron las tensiones bilaterales. El mandatario galo François Hollande hizo un llamado a que su par David Cameron cooperara más. "Tenemos que asumir nuestras responsabilidades. Y Francia lo hace con firmeza, respetando la seguridad y la dignidad de las personas. Francia no puede actuar sola. De eso hablaremos con los británicos", indicó antes de reunirse con su colega anglosajón.

En Londres los periódicos critican al gobierno por blando y varios piden que se envíe el ejército a la zona francesa para evitar más llegadas de inmigrantes. Estos reclamos en realidad se originan en los políticos más conservadores, los mismos que impulsan el cambio normativo.

En Francia estas propuestas generan rechazo. Uno de los abanderados en la campaña contra las mismas es Xavier Bertrand, exministro y diputado. "Le digo a nuestros amigos ingleses: nuestra exasperación es total (...). Si continúa sin proponer nada más, dejemos que se vayan los migrantes y que el señor Cameron gestione su política a su manera, pero en su isla", amenazó en diálogo con el mismo Journal du Dimanche.

Bertrand planteó la posibilidad de revisar los acuerdos de Touquet firmados en 2003 que permiten, entre otras cosas, que agentes británicos lleven a cabo controles en territorio francés.

Según la comisión francesa de los derechos humanos, esos acuerdos sobre inmigración consisten en realidad "en prohibir que los migrantes abandonen Francia y en convertir Calais y sus alrededores en una zona de concentración de personas exiliadas". Eso "convierta a Francia en el 'brazo policial' de la política migratoria británica", afirmó este órgano consultivo a principios de julio, recomendando una revisión de esos textos bilaterales.

Otra alternativa, sugerida por la alcaldesa de Calais Natacha Bouchart, es que los británicos "acepten abrir una zona de tránsito o un campo de refugiados en su territorio para filtrar ellos mismos a los migrantes". Pero lo anunciado ayer respecto a la futura obligación de los propietarios a echar a los inmigrantes hace pensar que el filtro se hará una vez que los migrantes estén instalados y no antes.

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