Pero de eso se trata Hollywood. Jake Gyllenhaal es solo uno de los actores de primera clase que puede perder y ganar peso con una frecuencia alarmente. Primero fue el desnutrido Louis Bloom en Primicia mortal y, unos meses después, trabajó su físico y aumento su masa muscular de forma irreconocible para interpretar al boxeador Billy Hope en el filme Southpaw, que en Uruguay llegará en setiembre.
Ese bamboleo puede ser un proceso tortuoso y a veces parece ser un emprendimiento erróneo para los artistas.
Es probable que el crecimiento de los músculos es un primer paso necesario para interpretar a un boxeador. Pero también suena como demasiado esfuerzo para una película ideal para los fanáticos de Rocky (1976). En su estreno en Estados Unidos tuvo una recepción de taquilla nada destacable y probablemente no obtenga una cosecha prolífica de premios.
Anteriormente, Gyllenhaal fue nominado a un Globo de Oro por personificar a Bloom pero, ¿era necesario perder todo ese peso para el papel? No necesariamente.
De todas formas, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos siempre se ha mostrado a favor de tales transformaciones. Uno de los ejemplos más recientes fue la premiación doble a Mejor actor y Mejor actor de reparto a Matthew McConaughey y Jared Leto por su trabajo en Dallas buyers club: el club de los desahuciados (2013). La dupla forma parte de una larga lista de otros actores que han alterado su apariencia en pos del cine.
Otros actores camaléonicos
George Clooney en Syriana
George Clooney en Syriana
"La mayoría del tiempo comés hasta que tenés ganas de vomitar y te aseguras de no vomitar", le dijo Clooney a los medios durante la promoción del filme. Es verdad, Clooney ganó un Oscar por ese papel pero, ¿era necesario ganar todo ese peso? Hoy en día las audiencias están acostumbradas a ver a sus estrellas glamorosas en papeles de gente común.
Renée Zellweger en El diario de Bridget Jones
Renée Zellweger en El diario de Bridget Jones
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Zellweger tuvo que sumar 9 kilos a su peso comiendo croissants, cheesecake y cualquier otra cosa que tuviera a su alcance. La inhabilidad del personaje de Bridget en adelgazar era uno de los temas principales de la novela así que debía ser trasladado a la pantalla. La película fue un éxito de taquilla y le valió a la actriz una nominación al Oscar.
Gerard Butler en 300
Gerard Butler en 300
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Desde que la exitosa adaptación del cómic homónimo de Frank Miller tuvo su estreno en la pantalla grande en 2006, los medios han criticado el peso cambiante de Butler, comparando su figura con la de su interpretación en 300. Es probable que hoy en día se arrepienta de haber logrado ganar toda esa masa muscular.
Charlize Theron en Monster, asesina en serie
Charlize Theron en Monste
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Theron vivió comiendo cómida rápida y snacks para subir 13 kilos. La actriz ha dicho que agregar ese peso –además de depilarse las cejas y utilizar maquillaje "para parecer más fea"– la ayudó a entrar en personaje. Su interpretación sigue siendo recordada hasta el día de hoy y obtuvo un premio Oscar por su transformación.
Matt Damon en Valor bajo fuego
Matt Damon en Valor bajo fuego
Para interpretar a un militar retirado con una adicción a las drogas, Damon corrió dos veces al día y comió lo mínimo para perder 20 kilos para el papel. Su compromiso incluso para un papel pequeño hizo que directores de renombre como Francis Ford Coppola notaran su trabajo, así que fue una buena decisión para su estrategia.
Kit Harrington en Pompeya
Kit Harrington en Pompeya
El actor conocido por su participación en Game of Thrones como Jon Snow suele aparecer bajo muchas capas de ropa y piel en la serie. Para el filme, Harington tuvo que trabajar sus músculos y según contó le llevó cinco semanas en las que comió todo lo que pudo y levantó pesas hasta alcanzar el físico que se vio en la película.
Tom Hanks en Náufrago
Hanks ganó 20 kilos para la primera parte de la película y luego paso un año entero perdiendo el sobrepeso y comiendo casi nada. Pese a que sus doctores dirían que no valió la pena, el cambio dramático en su figura jugó un papel crucial en la película. En 2013 el actor reveló que tiene diabetes, probablemente debido a esa dieta "yo-yo".
Robert De Niro en Toro salvaje
Robert De Niro en Toro salvaje
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Como en Naufrago, Toro salvaje también requirió dos apariencias para su protagonista. De Niro se pasó un año entrenando para parecerse al boxeador italoamericano, pero también tuvo que interpretar a su versión más decadente y con sobrepeso, figura que alcanzó con una ingesta de todo tipo de
alimentos durante cuatro meses en Europa.
Christian Bale en todas sus películas
Desde el Bruno Díaz de
Batman inicia hasta el boexeador Dicky Eklund de El ganador, Bale es el rey de Hollywood en la dieta “yo-yo”. Ha bajado hasta 27 kilos para El maquinista para luego volverse completamente corpulento para El caballero de la noche unos meses después. Aunque su cambio de peso se ha vuelto un rasgo insignia en su trabajo, algunos ya lo califican como truco repetitivo.
Matthew McCounaghey y Jared Leto en Dallas Buyers Club
Jared Leto
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Para personificar la historia de dos personas diagnosticadas con VIH, ambos actores redujeron considerablemente su peso. Para interpretar a un transexual, Leto también altero su rostro y voz. El trabajo de ambos actores les valió un premio Oscar a cada uno en la ceremonia de 2013.