Los giros de películas que nadie esperaba

El estreno de la película más reciente de M. Night Shyamalan, director famoso por sus giros inesperados, permite repasar la historia de este recurso en el cine
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28 de noviembre de 2015 a las 05:00

El director indio M. Night Shyamalan convirtió en una marca registrada de su filmografía los giros sorpresivos. Su primera película importante, Sexto sentido (1999), le dejó a la cultura popular la frase: "Veo gente muerta", susurrada por el niño actor Haley Joel Osment. Pero el mayor legado fue la sorpresa de que el personaje de Bruce Willis estaba muerto desde un principio.

Luego de esta exitosa película, el realizador generó otros filmes con finales sorpresivos. Algunas de esas resoluciones son buenas (La aldea), otras no tanto (Unbreakable, más allá de que la película en sí no es mala). Luego dejó de utilizar este recurso, comenzando con La dama en el agua, película de 2006 protagonizada por Paul Giamatti, inspirada en una historia infantil creada por el director.

El abandono de lo que sus detractores señalan como su "único truco" vino acompañado de sus trabajos peor recibidos por la crítica, como El fin de los tiempos, El último maestro del aire y After Earth.

El estreno esta semana en Uruguay de Los huéspedes trajo de vuelta tanto las revelaciones sorpresivas a los finales de las películas de Shyamalan como un retorno a la buena forma de sus filmes, y es la primera desde Señales (2002) en recibir buenas reseñas.

Los huéspedes también es un cambio en el sentido de que es una producción a menor escala que los últimos trabajos del director. Se trata de la historia de dos adolescentes que viajan a visitar a sus abuelos, a quienes nunca vieron. El comportamiento de los ancianos se va haciendo cada vez más extraño con el paso de los días, lo que abre el camino a la sorpresa del final.

Esta es la incorporación más reciente a la lista de sorpresas del director. El más famoso es el citado de Sexto sentido, pero también abarca La aldea (en realidad la historia no transcurre en el siglo XIX, sino en el presente y la aldea del título es un refugio de la modernidad para un grupo de personas), Unbreakable (quien ayudaba al protagonista es en realidad un villano) y Señales (hay una revelación sobre cómo derrotar a los extraterrestres que invaden la Tierra).

Breve historia de los giros

Shyamalan no se considera el responsable o creador del cambio sorpresivo, aunque sí está extendida la visión de que el indio es una referencia de esa estructura. Entre algunos ejemplos de filmes que han establecido el giro narrativo están Psicosis y El planeta de los simios, según cita el propio director indio.

Quizá uno de los giros clásicos sea el de El ciudadano, en el que se revela al final que la misteriosa palabra Rosebud, era en realidad el trineo que Charles Kane poseía de niño. Y están los mencionados por Shyamalan: el planeta de los simios es en realidad la Tierra y el asesino de Psicosis es en verdad Norman Bates y no su madre, a quien mató mucho tiempo atrás.

Desde entonces, películas como Pecados capitales, El club de la pelea o incluso la reciente El regalo (que se estrena en Uruguay el 3 de diciembre) han sabido utilizar con éxito este recurso.

Claro, dichas sorpresas son efectivas en una primera instancia, pero con el tiempo el estupor se hace conocido y pierde fuerza. Hoy es sabido que Darth Vader es el padre de Luke Skywalker, pero en 1980, cuando se estrenó El Imperio contraataca, fue un shock.

Algo similar sucede con el cine de Shyamalan: al principio sus giros llamaban la atención, pero, después de un tiempo, el público ya sabía que iba a haber un giro, y pasa más tiempo esperando eso que concentrado en la película. O al menos eso es lo que considera el director, según una entrevista brindada al portal de espectáculos Collider.

Grandes giros del cine

El ciudadano. Al comienzo de la película, el magnate Charles Foster Kane (Orson Welles) pronuncia en su lecho de muerte la palabra Rosebud. Eso lleva a un periodista (William Alland) a intentar descubrir el significado de la palabra, para lo que comienza a entrevistar a amigos y familiares del poderoso millonario, lo que funciona como marco para revivir su vida. Al final de la trama se revela que Rosebud era el nombre de un trineo que Kane utilizaba para jugar de niño, mostrando que ese fue el único momento de su vida en el que fue realmente feliz, además de ilustrar que, a pesar de ser un hombre implacable y egocéntrico, en el fondo también tenía corazón.

El planeta de los simios. El astronauta George Taylor (Charlton Heston) aterriza en un misterioso planeta tras un viaje espacial de varios siglos de duración. El planeta en cuestión está dominado por simios humanoides capaces de hablar y utilizar armas y herramientas, cuyos esclavos son los humanos. Taylor logra aliarse con algunos de los humanos y logra escapar de los simios, solo para descubrir en una playa a la estatua de la Libertad semienterrada, revelándose entonces que el planeta es en realidad la Tierra, luego de vivir una guerra nuclear. La película culmina con Taylor maldiciendo a la humanidad por destruir el planeta.

El club de la pelea. Se trata de uno de los ejemplos en los que la percepción de los hechos de la película cambian totalmente su significado una vez que se revela la sorpresa del final. Un hombre que padece de insomnio (Edward Norton) conoce a Tyler Durden (Brad Pitt), un vendedor de jabón, con quien inicia un club de peleas ilegales. El proyecto es un éxito y se convierte en un movimiento anticapitalista y anticorporativo. Pero cuando el protagonista descubre que su socio pretende eliminar las deudas de todo el mundo destruyendo los registros de las tarjetas de crédito, también revela que Durden es una creación de su mente, una personalidad paralela que debe ser destruida.

Sexto sentido. El primero de los giros sorpresivos de Shyamalan fue en este filme, en el que el psicólogo infantil Malcolm Crowe (Bruce Willis) comienza a tratar al joven Cole Sear (Haley Joel Osment), un niño que tiene la capacidad de ver fantasmas. Tras convencerse de que el joven tiene realmente esa habilidad, el psicólogo lo ayuda a comunicarse con los muertos y asistir a los vivos, tanto sirviendo como nexo entre ambos planos como previniendo un asesinato. Sin embargo, la gran sorpresa de la película es que Crowe está muerto desde el comienzo de la trama y que solo puede ser visto por Sear. Tras cumplir con sus objetivos, Crowe desaparece.

Soylent Green. Estrenada en Uruguay en 1973 con el título Cuando el destino nos alcance, la historia transcurre en el año 2022, un futuro distópico en el que la superpoblación ha hecho prácticamente inhabitable la Tierra. Frank Thorn (Charlton Heston), un detective policial de Nueva York investiga la muerte de uno de los directivos de la empresa Soylent, encargada de proveer de alimentos (en sus variedades rojo, amarillo y verde, la más novedosa) a la enorme población pobre de la ciudad, donde solo los ricos pueden permitirse alimentos naturales. La revelación final es que el Soylent Green está hecho con carne humana y que se utilizan cadáveres para producirlo.


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