Los jóvenes que hacen música sinfónica

"Más vibrato, signori", grita Diego Nasser a los casi 50 jóvenes que están sentados a su alrededor. Y agrega: "Anoten, toda esa sección es fortísimo". Juan Ignacio Beracochea, de 17 años, suelta la viola, respira hondo y la vuelve a agarrar. Hace cinco años cuando, obligado por su madre tocó ese instrumento por primera vez, no imaginó que poco tiempo después formaría parte de la Orquesta Juvenil del Sodre.

Aunque en el liceo le dicen que es "tremendo viejo" o un "bicho raro" por escuchar música clásica, Beracochea está más motivado que nunca. Todos los fines de semana viaja desde Minas para ensayar en la capital del país. Dado que estaba de vacaciones y se acercaba el estreno de El carnaval de los animales, que es hoy, aprovechó para quedarse toda la semana.

Nasser es el preparador de la orquesta. Trabaja a nivel técnico y musical con los jóvenes para que luego el maestro invitado pueda poner su impronta personal en cada obra. Ningún detalle se le puede escapar. Escucha algo raro en los contrabajos y les pide a ambos músicos que toquen una y otra vez lo mismo hasta descifrar qué es lo que no le convence. "El tuyo está un poco alto. Afinalo, por favor", concluye.

Pasado y presente

En 1996, Ariel Britos fundó el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles, "un programa de acción social por la música con un concepto pedagógico distinto a todo lo que había hasta el momento", cuenta. En 2012 el Estado uruguayo decidió que debía formar parte del Sodre. Hoy, Britos dirige una orquesta formada por 129 jóvenes de entre 9 y 27 años.

Cada marzo se realizan audiciones y el grupo se recicla. "Todos los músicos deben audicionar, se reorganizan las filas, ingresa gente nueva y otros deben ceder su lugar", explica Britos. "Esto es algo muy dinámico y los jóvenes deben rendir al máximo y exigirse cada vez más, si quieren continuar", agrega.

La orquesta ensaya cuatro veces por semana, tres horas cada vez. Se empieza por familia de instrumentos, luego por secciones y todo se va ensamblando hasta que están preparados para afrontar un ensayo general con el maestro de turno. A medida que se acerca una presentación, los ensayos se intensifican y Britos afirma que algunas veces se han transformado en 12 horas consecutivas de entrenamiento.

Estas vacaciones de invierno la orquesta se dividió en tres para preparar diferentes espectáculos para niños. Mientras unos 50 jóvenes participaron en la ópera infantil Brundibar, el 8 y 9 de julio, otros tantos se prepararon para El carnaval de los animales. Los metales (instrumentos de viento) trabajaron en un repertorio aparte.

"Una misión importante de nuestra orquesta tiene que ver con la formación de los nuevos públicos", plantea Britos. "Hay que mostrarle a los jóvenes que la música sinfónica no es algo de viejos para viejos, sino que es algo vivo, dinámico y con posibilidades de interpretar cualquier tipo de género".

"El carnaval de los animales"

Hace cuatro semanas que Diego Nasser está preparando la obra de Camille Saint-Saëns con parte de la Orquesta Juvenil. También participan la Escuela de Danza del Sodre –con coreografía de María Inés Camou–, el Conjunto Nacional de Música de Cámara, los pianistas Julián Bello y Élida Gencarelli, la actriz Isabel de la Fuente y María Noel Riccetto como bailarina invitada en las dos primeras funciones.

La obra cuenta la historia de varios animales, que se representan a través de sonidos y formas diversas de tocar los instrumentos. Permite a niños y adultos hacer relaciones de los visual con lo auditivo.

Las funciones serán hoy y mañana a las 16 horas y del 13 al 16 de julio a las 14 horas en el Auditorio Nacional del Sodre. En total habrá unas 120 personas en escena y Nasser, que dirige la obra, afirma que, si bien es un proyecto ambicioso, en los ensayos ya se ha logrado un muy buen nivel: "El proyecto mancomuna muchas artes escénicas, es una oportunidad muy enriquecedora para los jóvenes de la orquesta".

Beracochea está deslumbrado de poder compartir fila con músicos profesionales, de basta experiencia. El gran despliegue es exigente, pero al mismo tiempo, más emocionante. "Al principio no había ese tipo de posibilidades para los adolescentes", plantea Nasser.

Lo que sigue

Beracochea cuenta los días para que llegue setiembre, pues fue seleccionado para realizar una gira por Estados Unidos y México. "Nunca fui a lugares tan lejanos y creo que va a ser algo mágico", comenta.

En años anteriores, la Orquesta Juvenil estuvo también en Europa y Centroamérica. Britos cree que para un músico viajar es algo necesario para reconocer y aprender lo que está pasando en el resto del planeta. "También es una forma de demostrar en otras latitudes que Uruguay es un país pujante, joven, que se está desarrollando y que reclama su espacio en la escena mundial", agrega.

La misión de Britos es que la orquesta siga creciendo y que este tipo de emprendimientos se multiplique por todo el país. Él lo ve desde el punto de vista social y cree que el acercamiento a la música desde la infancia ayuda a crear una sociedad mejor. La Orquesta Juvenil Eduardo Fabini de Minas comenzó a funcionar hace 5 años con personas que nunca habían tocado un instrumento y "hoy no tiene nada que envidiarle a ninguna orquesta juvenil de América Latina", afirma.

Beracochea comenzó ahí, en Minas, obligado por su madre que vio un anuncio en el diario. Hoy, la orquesta es su vida. "Muchas veces me dicen: 'Pah, estás atomizando con la música', pero es lo único que quiero hacer", cuenta. Está cursando su último año de liceo y se siente ansioso por continuar con su carrera musical. Su sueño es ser director de orquesta y estudiar en el exterior. Ya está aprendiendo idiomas, para estar preparado.