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Los "removedores" socialistas piden cancha en el Frente
Afirman que está en juego la "identidad" de la izquierda
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20 de julio de 2015 a las 05:00
Los tratan de "ortodoxos" pero ellos prefieren que, si hay que calificarlos, les llamen "removedores"; reniegan de los que quieren dividir el Frente Amplio entre "astoristas" y "mujiquistas" porque la consideran una visión reduccionista de las cosas, y advierten que en el próximo Presupuesto se juega, entre otros asuntos, "la identidad de la izquierda".
Los que así piensan son los integrantes de la corriente del Partido Socialista que tiene su base más importante en la capital y en la Cámara de Diputados, lugares desde donde quieren marcar su presencia en estos días en los que el gobierno debe decidir como reparte la plata del Estado.
"Cuando se resiente la economía hay dos opciones de hierro: se la da primacía a los sectores populares o se defiende la ganancia de los capitalistas", dijo a El Observador el diputado y secretario general de la departamental de Montevideo del Partido Socialista, Gonzalo Civila.
Al grupo de dirigentes que integra Civila alguien –vaya a saber quién– le empezó a llamar "ortodoxo" en contraposición a la corriente "renovadora" que representan, entre otros, el Secretario General del PS, Yerú Pardiñas, y la senadora Daisy Tourné.
Esa ortodoxia supone la reivindicación de posturas históricas de la izquierda como la defensa de los intereses de los trabajadores y el combate al capitalismo.
La corriente tuvo en el excanciller Reinaldo Gargano a su exponente más conocido, tanto que a los "ortodoxos" también se les llama "garganistas".
No obstante, más atrás en el tiempo, cuando Gargano volvió del exilio en España en la década de los '80 había sido cuestionado dentro del Frente Amplio por su presunto apego a la socialdemocracia postulada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Felipe González.
Pero las fronteras ideológicas fueron cambiando de sitio en los últimos años y es por eso que, ante la moderación del FA, los llamados socialistas "ortodoxos" afirman que sus reivindicaciones dentro de la izquierda parecen más "removedoras" que conformistas.
Hay otros tres diputados del interior sin alineación clara.
Con vistas al Presupuesto, los ayer calificados "ortodoxos" y hoy autoconsiderados "removedores" están siendo asesorados por los exministros Roberto Kreimerman (Industria) y Daniel Olesker (Desarrollo Social). Civila dijo que en esa instancia parlamentaria "no se puede dar marcha atrás ni sacrificar ningún objetivo social".
En esta corriente del socialismo quedaron preocupados tras la moderada pauta salarial marcada por el gobierno de Tabaré Vázquez.
"La exageración en las prevenciones frente a una posible crisis, que todavía no es tal, puede tener un efecto búmeran ya que cuando no se garantiza la recuperación del salario real se produce un efecto negativo sobre el consumo y la economía.
En estas instancias se ponen en juego parte de la identidad de la izquierda", consideró el parlamentario.
Además, los socialistas sienten que la "falsa polarización" entre "mujiquistas" y "astoristas" es impulsada por dirigentes del Frente Amplio que quieren encaramarse como "las únicas voces autorizadas" en la izquierda.
En definitiva, el más que centenario partido identificado con el color verde tiene el desafío de administrar las diferencias internas sin que quede gente por el camino y, a la vez, romper con la agenda que suelen marcar los dichos del expresidenteJosé Mujica y las acciones del ministro de Economía, Danilo Astori.
Uno de los últimos enfrentamientos entre los "ortodoxos" y los "renovadores" del Partido Socialista ocurrió poco antes de las pasadas elecciones nacionales cuando el exvicecanciller y exsecretario general del PS, Roberto Conde, renunció a esa colectividad tras 40 años de militancia.
En una carta que envió entonces al secretario general del PS, Yerú Pardiñas, el "ortodoxo" Conde explicó que debió tomar la "dolorosa decisión" de dejar el Partido Socialista porque no se le otorgó el tratamiento que, consideraba, le correspondía en función de su trayectoria.
Conde quedó en el lugar 11 de la lista al Senado, luego de que el ala garganista perdiera la elección en el Congreso del PS ante los renovadores encabezados por Pardiñas.
Los que así piensan son los integrantes de la corriente del Partido Socialista que tiene su base más importante en la capital y en la Cámara de Diputados, lugares desde donde quieren marcar su presencia en estos días en los que el gobierno debe decidir como reparte la plata del Estado.
"Cuando se resiente la economía hay dos opciones de hierro: se la da primacía a los sectores populares o se defiende la ganancia de los capitalistas", dijo a El Observador el diputado y secretario general de la departamental de Montevideo del Partido Socialista, Gonzalo Civila.
Al grupo de dirigentes que integra Civila alguien –vaya a saber quién– le empezó a llamar "ortodoxo" en contraposición a la corriente "renovadora" que representan, entre otros, el Secretario General del PS, Yerú Pardiñas, y la senadora Daisy Tourné.
Esa ortodoxia supone la reivindicación de posturas históricas de la izquierda como la defensa de los intereses de los trabajadores y el combate al capitalismo.
La corriente tuvo en el excanciller Reinaldo Gargano a su exponente más conocido, tanto que a los "ortodoxos" también se les llama "garganistas".
No obstante, más atrás en el tiempo, cuando Gargano volvió del exilio en España en la década de los '80 había sido cuestionado dentro del Frente Amplio por su presunto apego a la socialdemocracia postulada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Felipe González.
Pero las fronteras ideológicas fueron cambiando de sitio en los últimos años y es por eso que, ante la moderación del FA, los llamados socialistas "ortodoxos" afirman que sus reivindicaciones dentro de la izquierda parecen más "removedoras" que conformistas.
Polarización
Además de Civila, en la Cámara de Diputados los socialistas "removedores" de la capital están representados por Gabriela Barreiro –una exedila y exdirigente sindical portuaria– y por Roberto Chiazzaro, que fue asesor de Gargano en la cancillería.Hay otros tres diputados del interior sin alineación clara.
Con vistas al Presupuesto, los ayer calificados "ortodoxos" y hoy autoconsiderados "removedores" están siendo asesorados por los exministros Roberto Kreimerman (Industria) y Daniel Olesker (Desarrollo Social). Civila dijo que en esa instancia parlamentaria "no se puede dar marcha atrás ni sacrificar ningún objetivo social".
En esta corriente del socialismo quedaron preocupados tras la moderada pauta salarial marcada por el gobierno de Tabaré Vázquez.
"La exageración en las prevenciones frente a una posible crisis, que todavía no es tal, puede tener un efecto búmeran ya que cuando no se garantiza la recuperación del salario real se produce un efecto negativo sobre el consumo y la economía.
En estas instancias se ponen en juego parte de la identidad de la izquierda", consideró el parlamentario.
Además, los socialistas sienten que la "falsa polarización" entre "mujiquistas" y "astoristas" es impulsada por dirigentes del Frente Amplio que quieren encaramarse como "las únicas voces autorizadas" en la izquierda.
En definitiva, el más que centenario partido identificado con el color verde tiene el desafío de administrar las diferencias internas sin que quede gente por el camino y, a la vez, romper con la agenda que suelen marcar los dichos del expresidenteJosé Mujica y las acciones del ministro de Economía, Danilo Astori.
El último enfrentamiento interno
Uno de los últimos enfrentamientos entre los "ortodoxos" y los "renovadores" del Partido Socialista ocurrió poco antes de las pasadas elecciones nacionales cuando el exvicecanciller y exsecretario general del PS, Roberto Conde, renunció a esa colectividad tras 40 años de militancia.
En una carta que envió entonces al secretario general del PS, Yerú Pardiñas, el "ortodoxo" Conde explicó que debió tomar la "dolorosa decisión" de dejar el Partido Socialista porque no se le otorgó el tratamiento que, consideraba, le correspondía en función de su trayectoria.
Conde quedó en el lugar 11 de la lista al Senado, luego de que el ala garganista perdiera la elección en el Congreso del PS ante los renovadores encabezados por Pardiñas.
