Estados Unidos. El candidato republicano a presidente Jeb Bush Saluda luego de su discurso en la conferencia "Road to Majority"

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Los republicanos que corren con más chance para el próximo año

El Partido Republicano pretende desbancar a los demócratas en las elecciones de 2016
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05 de julio de 2015 a las 05:00
Jeb Bush
Político texano, exgobernador del estado de Florida, hijo del expresidente George H. Bush y hermano menor del también expresidente, George W. Bush. Posee una larga trayectoria en la política republicana, con buen desempeño durante sus dos períodos al frente del gobierno de Tallahassee y gran prestigio dentro del partido de Lincoln. En las chanzas de pasillo en Washington, se suele referir a Jeb como "el hermano inteligente de los Bush"; y definitivamente transmite una imagen mucho más seria y preparada que la de su hermano mayor. Conservador en política, liberal en economía, Jeb Bush es visto entre sus correligionarios como la figura con mayores posibilidades de recuperar la Casa Blanca en 2016. Sin embargo, sus posturas a favor de un relajamiento de las políticas migratorias y algunas críticas que ha esbozado sobre el establishment republicano, lo alejan un tanto de la vieja guardia del partido, así como de los sectores más conservadores. Esto le podría compensar, empero, con un mayor apoyo del voto latino. De hecho es el candidato republicano que mejor mide en las encuestas entre ese colectivo. Sus guiños a la comunidad hispana son conocidos: está casado con una latina, habla perfecto español y tiene buena relación con sus líderes. De momento es el que más chances parece tener de obtener la nominación republicana. Sin embargo, en una elección nacional lo mismo que al interior de su agrupación le juega a favor, podría jugarle en contra: su apellido.

Si hay una campaña que promete entretenimiento, generar una buena dosis de memes en las redes sociales y ofender a más de uno, esa es la del magnate neoyorkino. Extravagante, ostentoso y con una gran sed de protagonismo, “The Donald”, como lo han apodado en Estados Unidos, siempre termina generando alguna controversia, despertando indignaciones y armando grandes revuelos a su paso. Su más reciente polémica lo colocó en el ojo del huracán tras decir, en el lanzamiento mismo de su campaña, que los mexicanos que llegan a Estados Unidos son todos una banda de criminales, violadores y narcotraficantes. Y que él iba a levantar un gran muro en la frontera sur de Estados Unidos e iba hacer pagar por ello al gobierno de México. No es la primera vez que Trump se despacha con estas bravatas en público. En 2011 se sumó a la campaña de un sombrío grupo de conservadores que asegura que el presidente Obama nació en Kenya y no estaría, por tanto, en condiciones de ocupar la presidencia.
Hasta ahora todos estos desplantes, a pesar de costarle prestigio y respeto, sin duda habían contribuido a su imagen pública como personaje sui géneris de la celebridad estadunidense, aumentando su fama y sus ratings en televisión. Su reciente ofensa a los mexicanos, en cambio (que en Estados Unidos se ha tomado como una ofensa a toda la comunidad latina), le ha costado pérdidas en todos los frentes y le ha generado un rechazo generalizado del que no parece reponerse.

Marco Rubio
Abogado y político cubanoamericano del estado de Florida y actual senador por esa entidad, Rubio fue una de las estrellas en el giro a la derecha que dio el Partido Republicano en 2010 con el triunfo del Tea Party, primero dentro de sus filas y luego desembarcando en el Capitolio tras una resonante victoria en las parlamentarias de ese año. Joven, marcadamente conservador, de conocidos guiños con el populismo libertario de base, Rubio es el único latino con chances reales en la baraja del GOP para 2016. Hijo de un barman cubano exiliado en la Florida, que entró a la universidad con una beca de fútbol americano para luego recibirse de abogado y hacer carrera política, Marco Rubio parecería el epítome del "sueño americano" en español. Sin embargo, su figura no inspira apoyos masivos entre los votantes hispanos, a pesar de que lo ha intentado con sus posturas sobre la reforma migratoria. Y su influencia radica más bien en el poder que ha acumulado en el Senado, haciendo un trabajo serio como una de las principales espadas parlamentarias del partido, el atractivo que despierta entre las bases de la agrupación, con su discurso de disciplina fiscal y de la "excepcionalidad americana", y el que naturalmente genera entre algunos sectores del exilio cubano de la Florida. Tiene buenas posibilidades y apoyo financiero para una campaña larga.

Chris Christie
Actual gobernador del estado de Nueva Jersey, abogado y exfiscal de distrito en su estado, Christie es un republicano moderado, con tendencias liberales en algunos temas de la agenda social, dueño de un gran carisma, fama de hablar claro e imagen de gordo simpático y bonachón. "Un tipo querible", como lo han definido incluso desde tiendas demócratas. Y más aun, los elogios que le prodigó a Barack Obama por el manejo de la emergencia del Huracán Sandy en su estado, en plena recta final de la campaña para las elecciones de 2012. Esto, sin embargo, le costó duros reproches dentro su partido. Asimismo, sus posiciones, a veces un tanto ambiguas, sobre el aborto, el matrimonio gay y la legalización de la marihuana lo han hecho blanco fácil de las críticas tanto de la izquierda como de la derecha. Sin embargo hasta enero de 2014, aparecía como la figura más potable de todo el espectro político estadounidense, la que concitaba mayores opiniones favorables y parecía número puesto para suceder a Obama en la Casa Blanca. Hasta el escándalo del puente George Washington, que une a Manhattan con su estado de Nueva Jersey; un oscuro episodio en el que sus colaboradores más cercanos se vieron implicados en el cierre exprofeso del puente para perjudicar a un rival político, lo que creó un caos fenomenal de tráfico durante varios días. Christie pidió perdón por la dolosa artimaña de sus colaboradores y los despidió de sus cargos en el acto. Pero ya nada ha vuelto a ser lo mismo desde entonces.

Rand Paul
Exitoso oftalmólogo de Kentuky que jamás se dedicó a la política ni pensó en hacerlo, hasta que un día de 2008 decidió acompañar a su padre en campaña presidencial por varios estados de la Unión americana. Su padre es Ron Paul, político republicano de gran prestigio y el mayor símbolo de libertarianismo estadounidense, un ícono viviente. Es a partir de ese momento que Rand Paul decide dedicarse a la política y, desde entonces, ha tenido un ascenso vertiginoso en Washington, llegando al Senado en 2010, dando vuelta el resultado de una elección en la que derrotó por amplios márgenes a su rival demócrata y luego convirtiéndose en el líder más visible del conservadurismo-libertario en todo el país. Hasta su anuncio como candidato a la presidencia en abril pasado, tras lo que ha recorrido el país despertando un gran entusiasmo a su alrededor y recaudando cifras récord de donaciones a su campaña en internet y otros medios alternativos. A la estirpe libertaria de su padre, Rand le suma tal vez un mayor carisma, juventud y más capacidad para transigir y negociar, que lo convierten en una figura, si bien no tan venerada por los libertarios de manual como su padre, sí con mayor alcance y posibilidades de conquistar a otros sectores moderados y votantes independientes. Tiene buenas chances, y los demócratas ya

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