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Los talibanes ya eligieron a su nuevo jefe: el mulá Ajtar Mansur
Fue mano derecha del difunto líder Omar y deberá reorganizar al grupo
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01 de agosto de 2015 a las 01:00
Dos días después del anuncio de la muerte hace dos años del líder talibán, los miembros de ese grupo radical anunciaron que ya designaron a su sustituto. Se trata del mulá Ajtar Mansur, ex mano derecha del difunto mulá Omar, quien deberá asumir las negociaciones con el gobierno afgano y la competencia con el grupo terrorista Estado Islámico.
Según el anuncio publicado en el sitio web del movimiento talibán, la nueva autoridad era "amigo cercano y ex brazo derecho" del líder que murió en 2013 pero que recién se supo el miércoles. Fue elegido por el consejo de dirección talibán y los dignatarios musulmanes de otros los países.
El mulá Ajtar Mansur, de etnia pastún al igual que su predecesor, "era considerado digno de confianza y la persona idónea para asumir estas duras responsabilidad", cuando el mulá Omar aún vivía, explicaron los talibanes.
Era el sucesor natural del mulá Omar por sus orígenes pastunes y su trayectoria, aunque es más pragmático y tiene fama de moderado. Los orígenes de ambos líderes se cruzan. Los dos nacieron a principios de los años de 1960 en la provincia de Kandahar, en el corazón de Afganistán y origen de la rebelión talibán que gobernó ese país de 1996 a 2001.
Su designación, no obstante, no fue objeto de consenso, pues algunos comandantes preferían al hijo del mulá Omar, el mulá Yaqub, de 26 años, al que otros consideraban demasiado joven y sin experiencia.
"El mulá Mansur es considerado como próximo a Pakistán, lo que explica las diferencias en el seno del liderazgo de los talibanes", especificó un responsable de rango intermedio que solicitó el anonimato.
Las autoridades afganas han acusado durante mucho tiempo a Pakistán de dirigir a los talibanes, en su lucha contra las fuerzas de la OTAN y sus aliados afganos, o de acoger a dirigentes de la rebelión para utilizarlos en el momento oportuno para Islamabad.
Sin embargo, a principios de julio, Pakistán organizó un primer encuentro oficial entre dirigentes talibanes y representantes del gobierno afgano con el propósito de poner en marcha las negociaciones de paz, bajo supervisión de Estados Unidos y China.
A causa de la "incertidumbre" generada por la muerte del mulá Omar y "a petición de la dirección de los talibanes afganos", Pakistán anunció el aplazamiento indefinido de la segunda ronda de conversaciones, que estaba prevista para ayer en su territorio.
Pero esto no implica que fueran anuladas, sino más bien al contrario. "El mulá Mansur es un moderado, favorable a la paz y a las negociaciones", subrayó Abdul Hakim Mujahid, antiguo talibán convertido en miembro del Alto Consejo Afgano para la Paz, un organismo dirigido por Kabul para pactar con los rebeldes islamistas.
"Creo que, bajo su mandato, el proceso de paz será reforzado y los talibanes serán integrados en el luego político afgano", agregó en una entrevista con la agencia AFP.
De todas formas, los analistas mantienen su escepticismo respecto a la reanudación del diálogo que pretende estabilizar un país sumido en 14 años consecutivos de guerra y enfrentado a un recrudecimiento de la violencia tras la marcha en diciembre del grueso del contingente de la OTAN.
También les preocupa el crecimiento en Afganistán de los yihadistas del EI, que se oponen a las negociaciones de paz y que podrían aprovechar las nuevas divisiones en el seno de los talibanes para intensificar su reclutamiento en territorio de su rival islamista.
En un mensaje publicado en junio, el mulá Mansur había alertado al líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, que los talibanes responderían a cualquier intento de los yihadistas de implantarse en Afganistán.
Según el anuncio publicado en el sitio web del movimiento talibán, la nueva autoridad era "amigo cercano y ex brazo derecho" del líder que murió en 2013 pero que recién se supo el miércoles. Fue elegido por el consejo de dirección talibán y los dignatarios musulmanes de otros los países.
El mulá Ajtar Mansur, de etnia pastún al igual que su predecesor, "era considerado digno de confianza y la persona idónea para asumir estas duras responsabilidad", cuando el mulá Omar aún vivía, explicaron los talibanes.
Era el sucesor natural del mulá Omar por sus orígenes pastunes y su trayectoria, aunque es más pragmático y tiene fama de moderado. Los orígenes de ambos líderes se cruzan. Los dos nacieron a principios de los años de 1960 en la provincia de Kandahar, en el corazón de Afganistán y origen de la rebelión talibán que gobernó ese país de 1996 a 2001.
Su designación, no obstante, no fue objeto de consenso, pues algunos comandantes preferían al hijo del mulá Omar, el mulá Yaqub, de 26 años, al que otros consideraban demasiado joven y sin experiencia.
"El mulá Mansur es considerado como próximo a Pakistán, lo que explica las diferencias en el seno del liderazgo de los talibanes", especificó un responsable de rango intermedio que solicitó el anonimato.
Moderado y a favor de la paz
Mansur tendrá que liderar la insurgencia, dividida y amenazada por la competencia del grupo Estado Islámico (EI) en su territorio, en un contexto en que hay llamados a participar en un proceso de paz.Las autoridades afganas han acusado durante mucho tiempo a Pakistán de dirigir a los talibanes, en su lucha contra las fuerzas de la OTAN y sus aliados afganos, o de acoger a dirigentes de la rebelión para utilizarlos en el momento oportuno para Islamabad.
Sin embargo, a principios de julio, Pakistán organizó un primer encuentro oficial entre dirigentes talibanes y representantes del gobierno afgano con el propósito de poner en marcha las negociaciones de paz, bajo supervisión de Estados Unidos y China.
A causa de la "incertidumbre" generada por la muerte del mulá Omar y "a petición de la dirección de los talibanes afganos", Pakistán anunció el aplazamiento indefinido de la segunda ronda de conversaciones, que estaba prevista para ayer en su territorio.
Pero esto no implica que fueran anuladas, sino más bien al contrario. "El mulá Mansur es un moderado, favorable a la paz y a las negociaciones", subrayó Abdul Hakim Mujahid, antiguo talibán convertido en miembro del Alto Consejo Afgano para la Paz, un organismo dirigido por Kabul para pactar con los rebeldes islamistas.
"Creo que, bajo su mandato, el proceso de paz será reforzado y los talibanes serán integrados en el luego político afgano", agregó en una entrevista con la agencia AFP.
De todas formas, los analistas mantienen su escepticismo respecto a la reanudación del diálogo que pretende estabilizar un país sumido en 14 años consecutivos de guerra y enfrentado a un recrudecimiento de la violencia tras la marcha en diciembre del grueso del contingente de la OTAN.
También les preocupa el crecimiento en Afganistán de los yihadistas del EI, que se oponen a las negociaciones de paz y que podrían aprovechar las nuevas divisiones en el seno de los talibanes para intensificar su reclutamiento en territorio de su rival islamista.
En un mensaje publicado en junio, el mulá Mansur había alertado al líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, que los talibanes responderían a cualquier intento de los yihadistas de implantarse en Afganistán.
