Magia en Cuzco

Cuzco es el paso previo a la tierra prometida de Machu Picchu. Sin embargo posee un enorme valor e interés en sí mismo como destino turístico. A Cuzco acuden visitantes de todas partes del mundo y no solo de paso a Machu Picchu (al que le dedicaremos otro capítulo), sino también para disfrutar de los muchísimos encantos, historia y magia tan particular que tiene la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.

A Cuzco también le llaman "la Roma de América", por la cantidad de monumentos y sitios históricos que posee.

Enumerar todos los lugares de interés es prácticamente imposible en la ruta que va desde Cuzco a Machu Picchu.

Sin embargo recomendaremos los imperdibles, los que ayudan a tener una idea de lo que fueron los incas y lo que sucedió después tras la conquista.

Es "el" lugar de encuentro, el punto más importante de la ciudad. Durante la época del Imperio inca este espacio era conocido como Huacaypata, palabra que en quechua significa "lugar de encuentro". En la época del Imperio era el punto donde coincidían los límites de las cuatro regiones que lo componían.

Durante la conquista, Francisco Pizarro también la eligió como punto central. Hoy, la Plaza de Armas es donde suceden todas las celebraciones y festivales importantes, pero además sigue siendo el lugar de encuentro y el punto de partida de todo. En sus alrededores los visitantes eligen las diferentes propuestas gastronómicas, comprar algo en las tiendas o simplemente sentarse a disfrutar del agradable clima y el movimiento de la ciudad (los fines de semana Cuzco no tiene nada que envidiarle a cualquier metrópoli del mundo). La Catedral y el Museo de Arte Precolombino son dos de los lugares a visitar en los alrededores de la Plaza.

Primero templo inca y luego Convento de Santo Domingo, Coricancha fue uno de los más respetados de la ciudad del Cuzco cuando los conquistadores llegaron a destruir todo. En ese lugar se le rendía reverencia al máximo dios inca: El Inti. Es un lugar de gran valor histórico y simbólico y la energía se siente en el sitio.

Se ubica en la Plaza de Armas y es el monumento religioso más importante y fastuoso, con un trabajo artesanal impresionante. Está edificada sobre lo que fue el Palacio del Inca Wiracocha. Posee aproximadamente 300 lienzos de la Escuela Cusqueña de Pintura y muebles originales entre los que se destacan, por ejemplo, sus altares de madera tallada.

Increíbles vistas son las que se pueden apreciar en esa fortaleza inca ubicada al norte de Cuzco. Se empezó a construir en el siglo XV en el gobierno de Pachacútec y es uno de los mejores exponentes del sistema de construcción antisísmico de los incas. Similares son las del Valle Sagrado de los Incas, que se encuentra a unos 15 kms de Cuzco y es una suerte de punto medio entre Cuzco y Machu Picchu.

Es muy recomendable destinar una noche a dormir en Valle Sagrado. Fue una de las zonas más importantes por poseer varios ríos que descienden por quebradas y pequeños valles, lo que significó tierra fértil y mucha riqueza para el Imperio inca. Además posee un gran patrimonio arqueológico. En el Valle Sagrado existen variados y hermosos pueblos, cada uno con sus atractivos y riquezas, cuyas comunidades han sabido capitalizar sus costumbres y rituales para convertirse así en lugares de interés turístico, parte del circuito habitual de Valle Sagrado en su conjunto. Un ejemplo es Chinchero, cuyo principal atractivo, además de su arquitectura y su iglesia, son sus tejedoras. O la salinera Maras, en medio del Valle y gracias a un manantial muy salado de agua localizado en plena cordillera de los Andes, que da lugar a uno de los espectáculos más bellos de la zona del Valle Sagrado.

Es la zona más famosa y visitada, y realmente lo vale. A unos 90 kilómetros de Cuzco es la única ciudad que los incas construyeron en un valle (siempre lo hacían en las montañas porque consideraban una prioridad estar más cerca de las divinidad). En Ollantaytambo, en el pueblo, todavía existen familias que viven acorde a las costumbres de los incas.

La parada intermedia del tren que va de Cuzco a Aguas Calientes (luego se sube a la ciudadela de Machu Picchu en micros que salen durante todo el día desde la estación de Aguas Calientes ida y vuelta) es Ollantaytambo. Desde aquí a Aguas Calientes es aproximadamente una hora y media de tren. La empresa que realiza los viajes es Perú Rail y posee diferentes opciones de transporte. El Vistadome es una opción excelente y de mediano costo.

Ofrece servicio a bordo y lo mejor del tren (además de poseer asientos confortables) es ser todo vidriado, incluso el techo.

La ruta –que es en medio de la vegetación–, el río que acompaña el trayecto y la enormidad de esta naturaleza imponente vale cada minuto del viaje.

Muy cerca de la plaza de Armas del Cuzco está el Mercado Central de San Pedro. Un lugar muy pintoresco al que vale la pena dedicarle unas horas. Originalmente un espacio para los locales donde comprar productos frescos, se fue popularizando entre los turistas y hoy ofrece de todo. Una de las zonas más lindas del mercado es la de los jugos frescos, colorido por una enorme variedad de frutas y donde preparan las bebidas en el momento. Una delicia, y de paso es una buena manera de presenciar la vida diaria del cusqueño.

A Cuzco, por encontrarse en un promedio de 3.400 metros sobre el nivel del mar, hay que tomárselo con calma y acostumbrarse a la altura antes de empezar a disfrutar de las bellezas de la ciudad. La primera recomendación al llegar a Cuzco es permanecer en posición horizontal (previa ingesta de mate de coca, que brindan en todos los hoteles) al menos una hora (si puede dos, mucho mejor).

A partir de ese “acostumbramiento”, salir a caminar pero en un ritmo lento y nunca comenzar con las actividades fuertes turísticas el primer día de Cuzco. Esa noche se debe cenar muy liviano e ingerir mucho líquido (bebidas sin alcohol). Teniendo en cuenta estas precauciones no debería haber problema. Hay personas que igualmente son afectadas por la altura de manera más drástica, para ellos siempre hay oxígeno disponible en los hoteles, alcanza con pedirlo en recepción. Pero para cuando el mal es más grave lo ideal es llamar a un médico y, sin duda, estar cubierto es la opción más económica, segura y sencilla. Cuando se viaja a un lugar en la altura siempre es recomendable llevar un seguro de asistencia: tener a quien recurrir es clave en estos casos.

• Dolores de cabeza. Fatiga inusual. Náuseas. Falta de apetito.