La esposa del expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, Marisa Letícia Rocco, murió este jueves en San Pablo días después de sufrir un derrame cerebral. La ex primera dama, de 66 años, fue declarada en estado de muerte cerebral en el hospital Sirio Libanés, donde fue internada de urgencia el 24 de enero.
Luego de una noche en la que se intensificaron los rumores sobre el empeoramiento de su estado, el centro informó que los médicos le habían identificado "ausencia de flujo cerebral" y que la familia había autorizado el inicio de los "procedimientos para la donación de órganos".
Poco después, la cuenta oficial en Facebook del expresidente izquierdista (2003-2010) publicó un mensaje de agradecimiento y cambió su foto de perfil por una imagen del matrimonio sonriente y abrazado.
En la Cámara de Diputados en Brasilia, los legisladores guardaron un minuto de silencio para recordar a la fallecida. Los periodistas se agolpaban a las puertas del hospital al que acudieron , además, varios miembros del Partido de los Trabajadores.
La expresidenta Dilma Rousseff, sucesora y ahijada política de Lula, definió a Marisa Leticia como una "luchadora que conquistó espacio y tuvo un importante papel político", en un mensaje en las redes sociales.
Además, varios artistas y diputados enviaron sus condolencias al exmandatario, entre ellos el presidente del partido de oposición PSDB, Aécio Neves, rival de Rousseff en las pasadas elecciones.
Marisa Leticia y Lula se casaron en 1974, ambos viudos de sus primeros matrimonios. Juntos tuvieron tres hijos y se convirtieron en una de las parejas más populares del país.
Se conocieron cuando Lula era dirigente del sindicato de metalúrgicos en Sao Bernardo Do Campo y ella fue a pedir la pensión por su marido taxista, que había muerto durante una tentativa de asalto cuando ella estaba embarazada de cuatro meses.
Lula adoptó a su hijo Marcos y esta mujer, que empezó a trabajar desde niña y pasó años en una fábrica de chocolates, le acompañó en la lucha contra la dictadura (1964-85), en las huelgas de los años 70 y 80 y en la fundación del PT en 1980.
Su gran presentación a la nación se realizó el 1 de enero de 2003, cuando apareció radiante vestida de rojo y con su característico pelo rubio y ondulado durante la toma de posesión de Lula. Ocho años después, el matrimonio abandonó Brasilia con una popularidad récord.
Pero todo comenzó a desmoronarse el pasado 4 de marzo. Al amanecer de aquel viernes, los agentes entraron en la casa del matrimonio y llevaron a Lula a declarar por su supuesta implicación en la gigantesca red de sobornos en Petrobras.
Señalado por la fiscalía como uno de los actores principales de la trama, Lula afronta varias denuncias en esta causa.
En una de ellas, relacionada con la propiedad de un tríplex en Guarujá, se incluye el nombre de su esposa. Según el ministerio público, se trataría de una donación hecha a Lula por la constructora OAS, a cambio de sus servicios para obtener contratos con Petrobras.
Lula siempre negó las acusaciones y denuncia una persecución judicial para impedirle presentarse a la elección presidencial de 2018.
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