Por Carlos Julio Furtado
Las costas del este de nuestro país sufren un proceso de transformación geomorfológica permanente. Esto ha llevado a un proceso de afectación importante de muchos lugares, con la amenaza de la desaparición de playas y de viviendas costeras. El caso de La Floresta y Las Vegas es un ejemplo de ello, que desde hace más de 20 años ha sido preocupación de sus vecinos que ven el permanente deterioro de su costa, el derrumbe de las barrancas, la desaparición de parte de su rambla y de casas ubicadas sobre la costa.
Personalmente, he seguido este proceso y el accionar de vecinos y autoridades, desde el año 1998. La Liga de Fomento, vecinos, comerciantes, instituciones privadas han clamado por soluciones a este problema. Se ha recurrido a la Comuna Canaria, Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), etc.
Se han presentado estudios y diagnósticos sobre el problema de La Floresta (Ecoplata, agosto 2000), estudios privados, etc. En 2010 la Dirección Nacional de Hidrografía (MTOP) informó que se estaba trabajando con la Facultad de Ingeniería (Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental) en una solución para la recuperación de las playas y estabilizar las barrancas. Se llegó a una solución y finalmente, en 2014, se convocó a Licitación Pública (31/2014–MTOP–DNH) para la ejecución de las obras de "recuperación del arco de playa del Balneario La Floresta, departamento de Canelones". Llegamos a 2020 y nada se ha hecho. ¿Qué pasó?
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