Uruguay salvó este lunes el debut en el grupo C de la AmeriCup de
básquetbol, donde oficia de local en el Palacio Peñarol, ganándole 66-57 a República Dominicana y este martes jugará un duelo decisivo contra Estados Unidos desde la hora 20.30.
El arranque de los dirigidos por Marcelo Signorelli fue brillante con un parcial de 23-7 y un juego liderado por el base
Jayson Granger y su escolta Bruno Fitipaldo.
Pero todo se derrumbó en el segundo parcial cuando la zona 2-3 que plantearon los caribeños y una presión extendida por toda la cancha dieron sus réditos, volvieron a complicar a Uruguay -como pasó en algunas amistosos preparatorios- y le permitieron correr el terreno, lucir el juego de Gelvis Solano y hasta pasar arriba en el marcador.
Diga que un triple salvador de Fitipaldo puso cifras de igualdad (32-32) con la que ambas escuadras se fueron al descanso.
Eso modificó el escenario para el segundo tiempo y planteó un nuevo partido que Uruguay tuvo que trabajar –y mucho– para llevárselo.
Fueron claves en ese período los ingresos de Sebastián Vázquez y Nicolás Borsellino para elevar el tono defensivo del equipo.
También creció mucho, cuando el partido más se lo pedía, el rendimiento de Esteban Batista que comenzó a mandar en las tablas y a hacer daño con sus movimientos debajo del tablero.
Eso, sumado a un cierre con autoridad en el que Granger manejó los tiempos, le terminaron de dar el triunfo a Uruguay.
El base, flamante fichaje de Baskonia de España, fue la gran figura de la noche con 23 puntos (cuatro de nueve en triples), ocho asistencias y cinco rebotes. Batista rozó el doble-doble: anotó 17 puntos y bajó nueve rebotes. Fitipaldo fue el otro gran goleador de la noche con 16 tantos (cuatro de ocho en triples).
Este martes, desde la hora 20.30, Uruguay chocará con Estados Unidos en lo que será un auténtica final ya que ambos ganaron en la primera jornada. Por lo que se vio anoche en tres de los cuatro cuartos del partido hay derecho a soñar.
Uruguay no le ganaba a República Dominicana desde el Preolímpico de 1995 disputado en Argentina (Neuquén y Tucumán) donde de la mano de un inspirado Marcelo Capalbo venció a los caribeños 88-81. Desde entonces, Dominicana había ganado las seis veces que se enfrentaron.