Asamblea del sindicato de la bebida (FOEB)
Denis Dutra

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El séptimo día > economía

¿Izquierda ambidiestra?

El pedido del gobierno para suavizar ajustes de salarios muestra la cara responsable de la izquierda para manejar la economía aunque al trabajador le suene a puñalada trapera
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25 de noviembre de 2012 a las 00:00

En la semana que termina el Poder Ejecutivo se negó a homologar un convenio entre los trabajadores y las patronales de la bebida que consagraba un aumento salarial de 10,16% real en tres años y, además, amenazó con quitar a las fábricas cerveceras un subsidio de casi $ 4 por litro que reciben de la sociedad. Al gobierno le preocupa que el aumento de los salarios continúe presionando sobre los costos de las empresas y que eso se traslade a los precios de los productos al consumo, en este caso de las bebidas, afectando el poder de compra de los salarios y quitando credibilidad a las metas inflacionarias que fija el Banco Central, lo que afecta la reputación de ese organismo que precisamente debe velar por la estabilidad de precios.

El gobierno tiene como meta ubicar la inflación entre 4% y 6% pero en octubre alcanzó al 8.9% En lugar de maquillar las estadísticas como en Argentina logró un acuerdo con los supermercados para congelar hasta fin de año el precio de una canasta de productos.
Como manejar bien la economía no es de derecha ni de izquierda. el asunto de los precios no es el único en que el Frente Amplio gobernante ha mostrado un cariz pragmático (¿ambidiestro?).


Con la deuda pública la izquierda también demuestra que una cosa es poner consignas en los muros de la ciudad y otra es tener la responsabilidad de gobernar. Al inicio del gobierno de Tabaré Vázquez, Uruguay canceló con reservas la deuda de US$ 900 millones con el FMI y se liberó de las condicionalidades de ese organismo. Además comenzó a administrar la deuda pública profesionalmente a través de una oficina especializada en el Ministerio de Economía, lo que sumado a las mejoras macroeconómicas del país le permitió recientemente recuperar el codiciado grado inversor que se había perdido en 2002 y es una especie de sobresaliente en conducta para los inversores. Esa oficina gubernamental concretó días atrás una operación de canje de títulos que permitió sustituir deuda de largo plazo (hasta 2022) por otra de muy largo plazo (2045), operación de marginal impacto en la reducción del endeudamiento neto.


En política exterior, el oficialismo también sorprende a propios y extraños. Aún subsisten decenas de muros de Montevideo con el grafitti “yanquis go home”, pero desde que es gobierno la izquierda uruguaya no ha cesado de coquetear con Estados Unidos. Tabaré Vázquez recibió en el salón Oval de la Casa Blanca el ofrecimiento de George Bush para avanzar en un TLC (que luego fracasó,) al mismo tiempo que solicitaba apoyo ante un posible conflicto bélico con Argentina por la planta de celulosa de Botnia. El gobierno tupamaro de José Mujica pretende seguir y profundizar esa línea en el marco del Tifa, tanto que el nuevo embajador en Washington Carlos Pita declaró a El Observador que en el contexto de crisis en Europa y con problemas a nivel del Mercosur Estados Unidos es considerado un “socio estratégico” para lograr mantener la senda de crecimiento.
Los inversores extranjeros, que históricamente para la izquierda fue sinónimo de piratas, hoy se reciben de brazos abiertos y como muestra más clara figura la exoneración del impuesto al patrimonio por 30 años que por decreto concedió el gobierno a la fábrica de celulosa de Montes del Plata que se instalará en Conchillas
En esa misma línea, se inscribe el marco legal de Participación Público Privada (PPP), que en buen romance busca facilitar el camino para que privados puedan realizar obras que el Estado no está en condiciones de concretar.


Con la misma lógica de remover obstáculos del derecho público, que operan como una tranca. el gobierno de José Mujica decretó que AFE opere como una sociedad anónima de derecho privado, aunque la vetusta maquinaria ferroviaria sigue paralizada. El actual gobierno tampoco anduvo con rodeos y cerró Pluna, extremo que ni los más liberales se animaron a concretar pese a sus millonarias pérdidas.
Al mismo tiempo que el gobierno le pedía a los privados moderar los aumentos salariales, una secretaria de UTE recibió un aumento de $ 30 mil, según publicó Búsqueda, demostrando que la mala praxis tampoco es patrimonio de derecha o izquierda.


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