Carina Novarese

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¿Quién te espía en Internet?

Tal vez ya te diste cuenta de que en la web hay ojos curiosos que siguen tus gustos y hasta te hacen sugerencias, con dispar grado de sutileza. Pero ¿cómo lo hacen y cómo controlarlos? Algunas pistas
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27 de junio de 2013 a las 00:00

Que Internet es una genial herramienta está fuera de dudas. Que Internet es una genial herramienta repleta de misterios y recovecos oscuros, también lo está. Tal vez en su uso diario de la gran red usted ya se dio cuenta de que hay ojos curiosos que lo espían, siguen sus gustos y hasta le hacen sugerencias, con dispar grado de sutileza. Pero tal vez nunca reparó en detalles como este: si está por irse de vacaciones y en algún momento se dedicó a buscar hoteles online, digamos que en Tahití (para imaginar, imaginemos en grande), luego comenzarán a aparecer avisos de hoteles.com, Tripadvisor y algún otro sitio web que le ofrecerán “el mejor precio” o el “mejor cinco estrellas” o “el mejor” de lo que ande buscando. Verá esos avisos cuando haga una búsqueda sobre cualquier tema en Google (en la parte superior de los resultados), cuando ingrese en su Gmail (también arriba de todos los mails, una delicada “sugerencia”), o cuando visite sitios tales como blogs, portales de noticias o tiendas online.

Otro ejemplo mucho más cercano: si está leyendo el New York Times, y le aparecen avisos de universidades, tiendas o servicios uruguayos, usted tal vez piense: “Qué nivel, mirá cómo publicitan en el New York Times”. Error. Los anunciantes uruguayos –como los del resto del mundo- pautan en Google, que luego ubica esas publicidades en los sitios web que algún uruguayo incauto, como usted o como yo, visitan a menudo. Luego de aplicar sus complejos algoritmos, Google “decide” que usted da con el perfil que busca el anunciante, por ejemplo: usted lee noticias online y habla inglés, por ende tal vez está interesado en tal o cual producto.

El rastreo virtual al que somos sometidos los usuarios de Internet se extiende a todos los confines de la red. Cada vez que ingresamos a un sitio web se activan procesos que permiten identificarnos como un usuario con ciertas características. Si bien el sistema no sabe su nombre, “adivina” que es un hombre o mujer, le asigna un rango de edad y hasta prevé sus formatos de consumo. Este sistema se basa en las llamadas cookies (galletitas en inglés), que son pequeños archivos creados por los sitios web que se visitan, en los que se almacena información de perfil o incluso de preferencias para el uso de ese sitio.

Luego del escándalo de la NSA, que reveló hasta dónde llega la vigilancia virtual del gobierno estadounidense, algunos usuarios de Internet comenzaron a preguntarse cuánto se sabe de ellos. Por defecto, los navegadores que usamos (Internet Explorer, Firefox y Chrome son los tres más populares) permiten a los sitios web activar estas cookies. En la mayoría de los casos el navegante no es alertado sobre esta situación, salvo escasas excepciones en las que algunas web advierten explícitamente que usan cookies en sus páginas de inicio; un ejemplo es lo que verá al ingresar a The Times, que advierte: "Si continúa usando este sitio usted consiente con la política de cookies", y da un link.

Para entender hasta qué punto nos “espían” en Internet, está bueno hacer este experimento, al menos por unos días: instale una extensión como Donottrackme para Chrome y tómese el trabajo de utilizarla cada vez que ingresa a un sitio web. Verá que en la mayoría de los casos tiene entre 5 y 15 cookies “espías” que monitorean la forma en que usted usa la web (aunque en general no toman sus datos personales).

Pero hay estrategias y herramientas que permiten controlar esta situación. Un servicio gratuito es Disconnect, una extensión que se puede descargar tanto para Chrome como para Mozilla o Internet Explorer (IE). Una vez instalada permite detectar -y, en caso de decidirlo, bloquear- todas las cookies que se usan para publicidad, analítica (como por ejemplo Google Analytics, que permite saber cuántas y qué tipo de visitas tiene un sitio web), e incluso otra serie de elementos que si bien no espían enlentencen la carga de los sitios web. El usuario puede determinar en qué sitios confía y dejarles así activar algunas cookies o servicios de rastreo.

Los tres navegadores más populares tienen opciones para desactivar las cookies pero por defecto todos las incluyen. Aquí, algunos piques para controlar a los espías virtuales en cada uno de ellos:

Chrome
Para ajustar las preferencias hay que ir al Menú (el ícono que tiene tres líneas arriba a la derecha), seleccionar "Configuración", luego “Mostrar configuración avanzada” y en la sección Privacidad cliquear en el botón de “Ajustes de contenido”. Al ingresar en la sección “Cookies”, el usuario puede decidir borrarlas por completo, bloquearlas por defecto siempre, autorizarlas siempre por defecto y hacer excepciones para ciertos sitios web. Es posible acceder a todo el procedimiento detallado aquí.

Google también desarrolló un complemento (que funciona para Chrome y Firefox) que permite inhabilitar la cookie que usa una compañía para mostrar publicidad. Se descarga e instala en segundos.

Si tiene curiosidad por saber qué perfil de usted se construyó el gran hermano Google, puede verlo en Ads Settings, para lo cual deberá estar logueado en Chrome con su cuenta de Google/Gmail. Allí verá desde su rango de edad hasta sus principales intereses, estos últimos definidos en base a su historial de navegación de sitios web. Por alguna razón en mi perfil aparecen intereses como “Urban/Hip hop” y “Sports” (deportes) o “Soccer” (fútbol). No tengo problemas en experimentar con qué publicidad decidirá Google regalarme asociada a “Urban/Hip Hop”, pero desde ya no tengo interés en Soccer, por lo cual establecí como preferencia que no me haga ver ese tipo de anuncios (cada categoría tiene un x al lado, que permite eliminarla). Es posible también decidir -y Google lo respeta- que uno no quiere ver avisos “a medida”, esos que se basan en nuestro perfil de gustos, edad y sexo. Sin embargo, se seguirán mostrando avisos, aunque genéricos.

Para poder optar por el “fuera anuncios total”, hay que descargar una extensión desarrollada por Google, IBA Opto ut.

Mozilla
Acceder al menú presionando sobre el botón que dice Firefox (arriba a la izquierda) y luego seleccionar "Options"; seleccionar el panel de Privacidad y donde dice “Firefox will” elegir “Use custom settings for history”. Allí seguir los pasos definidos aquí para configurar cómo trabajan las cookies.

IE
El navegador de Microsoft también permite ajustar el uso de las cookies al gusto del usuario. Estas se pueden bloquear por completo, pero también es posible negar o autorizar algunas según su tipo. Para eso hay que presionar el botón de Herramientas (arriba a la derecha, el ícono de tuerca), ir a "Opciones de Internet" y luego elegir la pestaña "Privacidad", que incluye una barra para ajustar las preferencias. Todos los detalles aquí.

Las cookies por defecto podrán ser cosa del pasado si tiene éxito una iniciativa de Firefox, que pretende que su próxima versión del navegador traiga por defecto el “Do not track”. Según se anunció hace una semana, pronto los usuarios de Firefox no se verán sometidos a las formas más comunes de monitoreo online, a menos que expresamente así lo decidan y para eso deberán marcar sus preferencias en los ajustes. Firefox dio este paso a pesar de que su nueva política es muy poco popular entre los anunciantes, los cuales se basan en el rastreo de las cookies para personalizar la forma en que llegan a sus potenciales clientes. A su vez, los anunciantes tienen argumentos de peso al defender a las cookies: dicen que con ellas se logra un sistema de avisos más lógico que además ayuda a financiar buena parte de los sitios más populares de Internet.

Con el nuevo sistema de Firefox, el usuario de Internet debería expresamente darle permiso a cada sitio web que visita regularmente (desde un diario hasta Facebook), para que almacene información sobre él.

Imagen: Flickr

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