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Azucena Arbeleche: “En Uruguay hubo dos grandes rebajas de impuestos, el IRPF y la inflación”

La ministra de Economía y Finanzas sostuvo que la regla fiscal “sigue vigente” en año electoral
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25 de febrero de 2024 a las 05:02

La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, sostiene que el cumplimiento de los objetivos fiscales por cuarto año consecutivo habla de “una lógica distinta” en el manejo de los dineros públicos. Además dice que la política monetaria y el Banco Central (BCU) “ganaron credibilidad” con la baja de la inflación, que define como “un enorme logro”. “En 2023 en Uruguay hubo dos grandes rebajas de impuestos: el IRPF y la inflación. (…) Los dos factores hacen que haya más plata en los bolsillos de los uruguayos”, afirmó. En casi una hora de entrevista la ministra también habló sobre el precio del dólar, las proyecciones de crecimiento, de déficit fiscal, y las cifras de pobreza. Sobre la reforma de seguridad social que impulsa el PIT-CNT y algunos sectores del Frente Amplio asegura que es “un disparate”. Lo que sigue es un resumen de la charla que Arbeleche mantuvo con El Observador.

Para 2024 la proyección de crecimiento es de 3,5% anual. ¿Qué se toma en cuenta para esta nueva estimación?
Primero comparamos la foto de hoy con la del cierre de la administración anterior recordando que entre medio tuvimos una pandemia muy severa. Con la proyección que tenemos hoy, estaríamos en un nivel de 3,6% por encima de 2019. Eso considera que en 2023 se habría crecido 0,5%. Ahí hay un impacto muy grande de la sequía, y posteriormente a que el Banco Central sacó los números de 2022 la Opypa (Oficina de Programación y Política Agropecuaria) revisa la situación, y dada la severidad y la duración de la sequía estima que ya en 2022 va a haber un impacto con un Producto menor. Para 2024 estamos esperando un crecimiento en el entorno de 3,5%. Esto es muy similar a lo que habíamos presentado en la Rendición de Cuentas que era 3,7%. Ahí está bastante equilibrado el crecimiento a nivel de los distintos sectores y esperamos que haya un empuje importante de la construcción, de la industria y también los sectores que habían quedado más rezagados como comercio y servicios. En 2023 el impacto de la sequía en el sector agropecuario fue muy fuerte de forma directa e indirecta, y eso se va a revertir en 2024.

El año pasado se cumplieron los tres pilares de la regla fiscal (resultado fiscal estructural, tope de gasto  y tope de endeudamiento) por cuarto año consecutivo ¿Qué importancia le asigna a eso?
Eso habla de la seriedad con que el gobierno toma el ordenar las cuentas fiscales, habla del camino que se ha empezado a consolidar al cumplir por cuatro años consecutivos los tres pilares de la regla, y habla de la credibilidad del gobierno y del sistema político todo con el compromiso de mantener esta regla fiscal. Esta regla no es algo aislado del Ministerio de Economía y Finanzas. Lo que tenemos en esta regla es el buen manejo de los recursos de los uruguayos. Esto es en beneficio de los uruguayos y es en beneficio de todos quienes gastan en el gobierno, porque asegura que se tengan recursos para gastar de forma constante y no tener que ir para adelante o para atrás en las políticas,  según se esté creciendo o atravesando una fase recesiva.



¿Por qué eligió criticar la gestión económica del último gobierno del Frente Amplio? En años anteriores y en presentaciones similares no lo había hecho.
La elección no fue criticar, la elección fue comparar la foto de 2023 con la situación pre-pandemia que es el final de la administración del Frente Amplio. ¿Por qué lo elegí? Porque ya tenemos cuatro años de gestión y de resultados acumulados. Ahora sí se ven frutos que al inicio y atravesando la pandemia no se veían. En años anteriores uno mostraba un salario real que caía porque era plena pandemia. El foco era recuperar el empleo que es lo que se perdió durante la pandemia, y luego en una fase posterior recuperar el salario real. Luego de cuatro años lo que tenemos es que aumentó el empleo, tenemos 76.100 personas más trabajando. Esto quiere decir que se recuperaron los puestos de trabajo que se perdieron en la pandemia, pero también todos los empleos perdidos durante la última administración del Frente Amplio. Y el salario real hoy está en un nivel por encima de lo que era el valor en 2019. En el caso de cómo se ha desempeñado la actividad económica tiene una forma de V con una pata más larga o tic, que es la misma forma que esperábamos en la pandemia, cuando decíamos que los motores de la economía tenían que seguir funcionando.



También habló de un “quiebre” en la política económica. ¿Por qué usó ese concepto?
Desde el inicio en las comparecencias en el Parlamento hablábamos de que esta era una política económica distinta, que trataba el dinero de los uruguayos de manera distinta. Lo que había  sucedido en la administración anterior del Frente Amplio es que cada vez que aumentaba el gasto aumentaban los impuestos. En algunos momentos de la pandemia cuando estábamos volcando una cantidad de recursos se cuestionó si no había que aumentar impuestos. El único impuesto que se aumentó en la pandemia fue el impuesto covid-19 a los sueldos de los funcionarios públicos más altos. No solo no se aumentaron los impuestos y se atendió la situación de pandemia, luego se atendió la sequía, entre medio también tuvimos la guerra que tuvo un impacto muy grande en términos económicos, sobre todo en la inflación.

Y hoy decimos que bajamos impuestos. Eso habla de una lógica totalmente distinta en cómo se manejan los dineros de los uruguayos. Este concepto de que bajamos impuestos está relacionado con un gráfico que presentamos,  que es la conducta del Frente Amplio. Si uno compara, en los cinco años de la última administración los ingresos del Frente Amplio en relación al PIB aumentaron 0,8 (puntos porcentuales)  y los gastos aumentaron 2,6 (puntos porcentuales) del PIB. Por eso digo que la administración anterior se comió todo el aumento de ingresos y gastó por encima de ese aumento de ingresos. Cuando hacemos la comparación de estos cuatro años el aumento de los ingresos es de 0,3 (puntos porcentuales) y los gastos bajan 0,3 (puntos porcentuales) en términos corrientes. Es decir, los aumentos en ingresos en términos de PIB no fueron destinados a gastos.



Cuando uno vuelve a leer las Rendiciones de Cuentas, en el pasado había cuadros en donde decía: ‘como este es el crecimiento adicional que voy a tener, como estas son las utilidades del Banco República que voy a recibir y no las pensaba recibir el año pasado, todo esto me lo como en más gasto’. La postura era: ‘gasto todo lo que tengo al alcance y más’, porque la deuda fue aumentando y el déficit también fue aumentando.

El comportamiento del gasto tiene que estar asociado con algo que sea un crecimiento estructural, algo de largo plazo. Es como una persona. Si yo me gano un premio no me voy a poner a gastar como si fuera a tener ese premio todos los meses. Insisto en que para evaluar la conducta del gobierno hay que mirar los tres pilares de la regla fiscal, y en particular  el déficit fiscal estructural que se limpia por el ciclo económico y por los efectos extraordinarios. Ese resultado estructural no tiene dos lecturas, en el 2019 era 4,5% del PIB y en 2023 fue 2,7% del PIB.

Hubo un nuevo ajuste al alza de la proyección de déficit para 2024. ¿Por qué?
La inflación para 2024 está estimada en 4,9%. Esta proyección surge a fin de año pasado de los equipos del Banco Central,  en la medida que se consolidaron en el segundo semestre de 2023 niveles de inflación más bajos. La baja de inflación es un elemento muy positivo para toda la población, especialmente para que aquellos que tienen menores ingresos. Si yo consumo todo mi ingreso en bienes y esos bienes están aumentando de precio a menor ritmo es algo beneficioso. Esta baja de inflación también está presente en el salario real, que evolucionó por la baja de la inflación y también por la rebaja de IRPF (Impuesto a la Renta de las Personas Físicas). Los dos factores hacen que haya más plata en los bolsillos de los uruguayos.

Ahora, ese elemento positivo incide en la recaudación. En la medida que los precios aumentan menos de lo que venían aumentando la recaudación que yo espero tener va a bajar y va a tener un impacto fiscal. El impacto fiscal para 2024 está estimado en 0,3% del PIB. Eso va a afectar el déficit fiscal efectivo estimado para diciembre de este año y el resultado estructural.  Se hace la corrección de una única vez de este efecto de baja de la inflación, pero siempre con el horizonte de  sostenibilidad de la deuda en el largo plazo.



¿Qué tanto se puede tensionar el cumplimiento de los objetivos  fiscales en un año electoral?
Estamos en año electoral y estamos con regla fiscal. La regla fiscal sigue absolutamente vigente. Esta misma pregunta me la tenés que hacer dentro de un año cuando en febrero de 2025 presentemos las cifras. Tenemos una institucionalidad fiscal nueva, tenemos una regla fiscal que tiene tres dimensiones que son complementarias. Venimos de cuatro años consecutivos de cumplirla y entramos en el quinto año. Ayer (por la presentación del miércoles) volvimos a ratificar la importancia de la regla.

La inflación está en niveles de 5%, uno de los registros más bajos en los últimos 18 años. ¿Hay que pensar en tener una meta más ambiciosa en el próximo período que el rango actual (entre 3% y 6%)?
Hoy tenemos un rango de inflación de entre 3% y 6%. En la administración anterior hubo muchos meses (48) donde la inflación se mantuvo fuera del rango. En este momento estamos convergiendo a nivel de 4,9% y me parece que es algo ambicioso. En este momento no está arriba de la mesa el cambio del rango de inflación. La baja de la inflación es un enorme logro. Se habla del impuesto inflacionario. En definitiva en el 2023 en Uruguay hubo dos grandes rebajas de impuestos: IRPF, IASS, (tributos) de pequeñas empresas y la inflación. Son las dos cosas las que terminan impactando en el dinero que tiene la gente.  Se sigue trabajando, el Banco Central con la política monetaria, el Ministerio de Economía con la política fiscal, y con este comportamiento de gasto dentro de los parámetros de la regla fiscal para que se continúe y se consolide esta baja de la inflación.

"Hay una ganancia de credibilidad enorme en la política monetaria"

El tipo de cambio está planchado en $ 39. Si bien no es el único aspecto que hace a la competitividad, sí es un problema  que señalan distintos sectores de la economía. ¿Cómo se corrige esa situación de atraso cambiario?
La competitividad es un concepto más amplio, que es de tipo de cambio real y de productividad, de tener una economía con menos trabas, más eficiente, con mejor infraestructura. Ahora, eso no quiere decir que no haya un precio muy relevante que es el tipo de cambio. La situación que se está viviendo es que tenemos una entrada de dólares muy importante, tenemos niveles de exportación de bienes y servicios con montos muy significativos. Eso son dólares que entran a la economía.
Luego tenemos la inversión extranjera directa que son dólares que también entran a la economía y que está en nivel récord. En el año móvil a setiembre entraron US$ 5.232 millones en inversión extranjera directa. Buena parte de esto es reinversión de utilidades. Mi punto es que tenemos un mercado cambiario con una oferta muy importante de dólares y eso explica el precio actual del tipo de cambio.
¿Qué chances hay de corregir el atraso cambiario del que hablan los economistas e incluso el BCU?
El BCU habla de un desfasaje entre el tipo de cambio real observado y el que tendría que darse en equilibrio, y lo ubica aproximadamente en un 16%. En el Ministerio hacemos un análisis más simple y si comparamos con Estados Unidos el tipo de cambio real hoy está un 15% por debajo de ese promedio histórico. Uno esperaría una normalización en los próximos años de ese tipo de cambio real y que vaya disminuyendo ese porcentaje de diferencia.
El BCU sigue sin intervenir de manera directa en el mercado cambiario. ¿Eso lo vincula con la credibilidad de la meta de inflación?
Sin duda.  Basándome en datos, en hechos, si durante cuatro años consecutivos se cumplieron las metas fiscales en sus tres pilares, eso muestra la credibilidad y el compromiso del gobierno con ordenar las cuentas públicas. De la misma manera con lo que hemos observado en 2023 y que esperamos se consolide para adelante, hay una ganancia de credibilidad enorme en la política monetaria.  Hubo un momento de aumento de precios por la guerra (de Ucrania). En 2023 la situación fue otra, la situación de Argentina también influye en esa inflación final. Pero la economía termina con una inflación en 5,1% en 2023. Eso habla de la credibilidad del Banco y de la política monetaria.  Sobre las intervenciones, la postura del Banco Central es bien clara, interviene si hay volatilidad del tipo de cambio, pero si no hay volatilidad del tipo cambio no interviene. La meta del Banco Central es la inflación y lo ha cumplido de buena manera. Esperamos que para adelante se consolide.

Hay un núcleo duro de pobreza infantil que parece no ceder (la quinta parte de los menores de seis años son pobres). ¿Hay que resideñar planes? ¿Hay que aumentar los recursos? ¿Por qué no se mejoran los resultados?
¿Por qué no se mejoran los resultados? La verdad que  el apoyo para que las personas en situación de pobreza salgan de esa situación ha sido enorme, y las transferencias que se han volcado  para que logren superar ese umbral de ingreso que marca la situación de pobreza han sido muy pero muy significativas. ¿Por qué no se refleja en una caída más alta del índice de pobreza? Esa es una pregunta que la seguimos teniendo y estamos trabajando para entender por qué no está teniendo el efecto que uno esperaría con todos los instrumentos que se han puesto a trabajar.

Continuamos trabajando, no solamente para que haya menos personas que caen bajo esta línea de ingresos monetarios, sino que apoyando desde un enfoque multidimensional. Es decir, que esa persona tenga la salud apropiada, tenga la vivienda apropiada, tenga la atención médica apropiada, o sea, son todos elementos que no se captan exactamente en el umbral monetario para definir la pobreza. Hay mucho para hacer en términos de mejorar los indicadores de pobreza, hemos hecho mucho y hay que seguir trabajando.

Si uno ve la situación de la administración anterior, en los últimos dos años el índice de pobreza fue aumentando. Luego en 2020 fue cuando aumentó con la pandemia, y ahí lo que se observó que había muchas personas que si bien no estaban medidas dentro de la situación de pobreza, estaban  en una situación muy frágil. Una crisis como la pandemia que fue muy compleja los dejó debajo de esa línea y ha costado recuperar. Sin duda que es una de las áreas que hay que abordar de forma complementaria, de forma multidimensional para que esa persona esté bien. No significa solamente que acceda a determinado nivel de ingreso monetario. El tema de la pobreza lo uno con el empleo.

Desde el Ministerio de Economía y Finanzas la mejor política para que disminuya la cantidad de personas que están con ingresos por debajo de determinado umbral es el empleo. Entonces, en la medida que van aumentando las personas que trabajan, en la medida que las horas trabajadas aumentan y en la medida que el salario real aumenta eso tendría que reflejarse en mayores ingresos para las personas. Es el empleo el que nos va a dar la mayor sostenibilidad en términos de política social para esa persona. El empleo va a hacer que la persona pueda vivir con su ingreso y le va a generar más libertad. Entonces al final el diseño de todas las políticas públicas desde los distintos lugares terminan basándose en que la persona tenga más libertad y eso es lo que se busca también a través del empleo, y tendría que reflejarse en este indicador.

"Dar marcha atrás en la reforma de la seguridad social es un disparate"

¿Qué posición tiene sobre el plebiscito que impulsa el PIT-CNT para bajar la edad jubilatoria y eliminar el ahorro individual?
El gobierno fue muy claro que la reforma -aprobada en 2023- era absolutamente necesaria por la sostenibilidad del sistema previsional y era necesaria por la sostenibilidad de las finanzas públicas. Es una reforma en donde todo el sistema político estaba de acuerdo que era necesaria hacerla. Y es una reforma que tiene gradualidad, que apoya más a las personas que perciben menor pasividad, tenemos un elemento nuevo que es el suplemento solidario que es mayor cuanto menor sea el ingreso de la persona. Eso nos hace tener un sistema mucho más solidario, mucho más justo.

Entonces dar marcha atrás con eso es un verdadero disparate. Desde el  punto de vista de la sostenibilidad del sistema y de las finanzas públicas es un disparate. El PIT-CNT quiere ir marcha atrás con esto, pero quizás lo más preocupante es que sectores del Frente Amplio también estén proponiendo ir marcha atrás con esto. Ir marcha atrás con esto es insostenible, salvo que al otro día se aumenten impuestos. Y también es preocupante que dentro del Frente Amplio no haya una única postura con respecto a este tema. Es preocupante porque también es confuso para la población y es mucha incertidumbre para la población sobre qué camino tomaría un eventual gobierno del Frente Amplio.

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