Argentina levanta cabeza

A Mauricio Macri las cosas empiezan a rodarle bien. El crecimiento de actividad y el crucial pacto fiscal acordado con todas las provincias, incluyendo las gobernadas por la oposición, fortalecen los programas del presidente para encarrilar la economía de Argentina, luego del desquicio de 12 años de desordenado populismo y corrupción masiva bajo el kirchnerismo. Es en general una buena noticia para Uruguay, inexorablemente atado a nuestros dos grandes vecinos en aspectos comerciales y en programas conjuntos. El panorama es más dudoso con Brasil. Aunque ha retomado un modesto ritmo de crecimiento, lo amenazan la fragilidad del gobierno de Michel Temer, la corrupción enraizada en todo el sistema político y la incertidumbre electoral el próximo año.

La situación es diferente en Argentina. El pacto que acaba de concluir con todos los gobernadores los compromete a mantener equilibradas las cuentas provinciales, fuente asidua de problemas durante décadas por el caos financiero en que solían caer. A cambio de portarse bien, el gobierno central les asegura mayor asistencia financiera bajo programas ordenados, a diferencia de lo que ocurría con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que utilizaba a voluntad la ayuda de su administración para premiar respaldos o castigar renuencias. El significado político del pacto como indicio de mayor debilitamiento del kirchnerismo incluye que entre los opositores firmantes estuvo Alicia Kirchner, gobernadora de Santa Cruz y cuñada de la expresidenta.

Luego de un prolongado estancamiento de la economía, por otra parte, la actividad trepó al 5,5% interanual a setiembre, impulsada mayoritariamente por la construcción. La inflación sigue alta pero baja gradualmente y el gobierno confía en atraer masiva inversión externa. Las perspectivas favorables se registran en momentos en que el kirchnerismo cae en picada y se fragmenta el otrora todopoderoso peronismo, luego del triunfo electoral de Macri en las elecciones legislativas de octubre. Derrotada en su tradicional baluarte de la provincia de Buenos Aires, que congrega al 40% del electorado total, Cristina enfrenta un juicio oral y público como responsable central de la monstruosa corrupción en sus dos períodos presidenciales.

Tal vez la salven de la cárcel los fueros que le confieren la banca que ganó el mes pasado como senadora. Menos suerte han corrido sus compinches más cercanos, como Julio de Vido, el exvicepresidente Amado Boudou, Lázaro Baéz, José López, el de las bolsas con millones de dólares en un convento, y otros muchas figuras corruptas de su régimen que han pasado de la vida opulenta y el poder irrestricto al encarcelamiento. El peronismo, debilitado en todo el país, busca entre tanto a una figura capaz de volver a unificarlo y restablecerlo como la fuerza que manejó la política argentina durante más de medio siglo.

La evolución argentina favorece a Uruguay en áreas de mucho peso, como el turismo y el intercambio comercial, aunque todavía persisten en este último campo algunas restricciones proteccionistas. El futuro de la regasificadora, importante para el país, depende, por otra parte, de que Argentina asegure la compra del excedente de producción de gas, tema de definición aún incierta. Pero en términos globales, si a los vecinos les va bien, los resultados siempre serán favorables para Uruguay. l