Milei
Luis Majul

Luis Majul

Periodista y director de El Observador 107.9 y El Observador Argentina

Zoom > Análisis

Atado al mástil del equilibrio fiscal, Milei está más optimista que nunca

Tiempo de lectura: -'
24 de marzo de 2024 a las 20:56

Montado en datos duros como la desaceleración de la inflación, la estabilidad del tipo de cambio y la baja del riesgo país, el presidente Javier Milei parece más optimista que nunca. De hecho, se dio el gusto, horas después de que Victoria Villarruel lo denominara "pobre jamoncito" y poco antes de la conmemoración del Día de la Memoria y la Justicia, de asistir al Gran Rex para ver a un imitador de Sandro, y cantar junto a parte del público "Dame Fuego".

Es el mismo súper optimismo que exhibe el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, quien en una entrevista exclusiva que transmitirá LN+ esta noche, no pierde las esperanzas de que la inflación de marzo, al final, baje a un dígito: un dígito muy alto, por encima del 9%, pero dígito al fin.

En el chat de la mesa chica del poder festejan, entre otras cosas, el haber llegado a las vísperas de Semana Santa, con motosierra y licuadora incluida, a niveles de adhesión de casi el 60%. Es porque se sienten muy lejos de los pronósticos de una buena parte de la oposición, incluido "Pepe" Albistur, a quien todavía se le atribuye manejar información de inteligencia distinta a la del resto de los mortales.

Pero todavía falta una semana para abril. Y en la Argentina, en 24 horas, puede llegar a suceder lo que en Suiza tardaría un siglo. Y casi nunca para bien...

Para empezar: gobierno, a partir de mañana, deberá enfrentar dos fuertes embestidas políticas. La primera, la de quiénes acusan al presidente de volver a defraudar a los jubilados, amortiguando, con el nuevo DNU, solo una parte de lo que vienen perdiendo desde hace varios años. Y en especial, entre enero y abril de este año.

Y la segunda, la de quiénes sostienen que, al designar al juez federal Ariel Lijo para ocupar un lugar en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Milei no podrá darse el lujo de seguir hablando de casta, porque según ellos, el magistrado representaría uno de los engranajes más visibles del toma y daca del viejo orden, eel viejo sistema de poder.

Cerca del presidente insisten: no les importa pagar el costo político que implica el nuevo decreto de actualización de los haberes jubilatorios. Consideran que este es mejor que el que cranearon Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, y que hizo caer a la jubilación mínima a 100 dólares.

Tampoco les importa que los comparen con los gobiernos anteriores, porque siempre tendrán a mano el gran argumento de las dos jubilaciones privilegio que sigue cobrando Cristina Kirchner.  

Milei dice que en algún momento habrá que decir, con todas las letras, que el sistema previsional argentino está quebrado, que es inviable. Que se lleva el 60 por ciento del presupuesto nacional. Que para que la mínima pueda cubrir la canasta básica 600 mil pesos, se necesitarían cuatro trabajadores en actividad sobre 10 pasivos. Y que ahora mismo hay solo 1.3 trabajadores en actividad para 10 jubilados.

Milei y Caputo también dicen que parte de la culpa la tiene Cristina, porque metió a decenas de miles de jubilados que no habían hecho el total de los aportes "por la ventana". Es más, cada vez que las almas sensibles de Unión por la Patria hablan de recorte a los jubilados, hay alguien que recuerda esa famosa intervención de la entonces presidenta, en octubre de 2010, cuando lo único que le faltaba agregar, para parecerse a Javier Milei, era decir: "no hay plata". O incluso: "¿82 por ciento móvil? ¡Afuera!".


Desde la narrativa épica de Milei, el cambio rotundo del sistema jubilatorio será parte de las reformas de segunda generación. Y ese cambio rotundo será anunciado por él mismo, el 10 de diciembre de 2027, en el caso de que sea reelecto, como marca de Constitución, por única vez, y le deje a su sucesor "un camino sin baches para transformar a la Argentina en Irlanda".

¿Pero qué significa, exactamente, la decisión de nominar a Lijo y Manuel García Mansilla como futuros miembros de la Corte? ¿Acaso hay algún acuerdo espúreo entre Milei y Cristina, con el objetivo de que los senadores peronistas habiliten a Lijo y puedan alcanzar los dos tercios de los votos para aprobar su pliego?

El presidente dice que no hubo acuerdos ni espúreos ni previos. Sostiene que los designó, en uso de sus facultades, y de acuerdo a la Constitución, porque entiende que, con la composición actual de la Corte, los cambios de fondo que desea implementar no sucederán nunca, o quedarán a mitad de camino.

Uno de los integrantes más influyentes de su mesa chica se pregunta: "Si desde 1983 hasta acá todos los presidentes trataron de contar con una Corte que acompañara el rumbo de sus gobiernos, ¿por qué Javier estaría cometiendo un pecado mortal si intentara de hacer lo mismo?".

Milei se ríe con ganas cuando lo acusan de ser un loco que acelera el las curvas. O el conductor suicida que nunca cambia de dirección en el juego denominado chicken game.

De hecho, algunos creen que el presidente, ante los buenos resultados de los datos de la macro, se ha vuelto un tanto gradualista, que no va a aumentar las tarifas por encima de la paciencia de una buena parte de la clase media que lo votó, y que tampoco se va a apurar para salir del cepo, si antes no consigue los 10 mil o 15 mil millones de dólares para enfrentar una hipotética corrida.

Mientras tanto, hasta que pueda mostrar que la economía volverá a crecer, peleará con las herramientas que mejor maneja -las redes sociales- cada debate relevante de la batalla cultural.

Hoy a 48 años del golpe, eligió denunciar la apropiación hegemónica e indebida de la bandera de los derechos humanos, por parte del kirchnerismo y sus franquicias políticas.

Sin embargo, no es un tema que le apasione. Sí lo atraviesa y lo obsesiona el denominado déficit fiscal cero, el tan mentado equilibrio fiscal.

Este fin de semana, por ejemplo, volvió a utilizar, en una entrevista, la imagen de Ulises atado al mástil del barco para evitar que el canto de las sirenas lo haga naufragar, y desviarse del rumbo correcto. Caputo dice que él también está atado al mismo mástil. Y que no hay plan B.
 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...