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Atraso cambiario: ¡urge corregirlo!

"Urge tomar medidas para corregir este atraso cambiario, antes de que haga más daño", afirmó el exministro de Ganadería
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07 de enero de 2023 a las 05:15

Por Carlos María Uriarte (*), especial para El Observador

Mucho se ha hablado en estos últimos tiempos respecto a este tema, pero más que nada refiriéndose a reclamos, por un lado, y explicaciones/justificaciones, por otro. Pero lo cierto es que el manejo de la política cambiaria ha sido, es y probablemente lo siga siendo, usada por los gobiernos de todos los partidos políticos para transferir recursos de aquellos sectores cuyos ingresos son en dólares hacia otros sectores de la sociedad, principalmente hacia el gobierno y hacia los que tienen ingresos en pesos.

Esta práctica es particularmente usada cuando los precios de los productos exportables alcanzan altos niveles históricos, como es el momento actual y los recientes.

La justificación principal de su implementación es controlar la inflación, pero también es muy útil para el gobierno para enfrentar sus obligaciones en esta moneda.

La explicación hoy más usada por las autoridades del gobierno para explicar la debilidad del dólar a nivel nacional ha sido la mayor oferta de dólares en plaza por los récords de exportaciones y de inversiones que el país ha tenido recientemente.

Antes, la explicación iba por el lado de la debilidad internacional de esa moneda.

Estas son verdades a medias, porque no mencionan al efecto de políticas llevadas a cabo con mucha fuerza desde el gobierno (tanto del actual como los últimos anteriores) para aumentar la demanda de pesos, y por ende bajar la cotización del dólar. Acciones que son evidentes y reales, tanto que saltan a los ojos, como que en el año 2022 la colocación en bonos en pesos en Uruguay a instancias del Banco Central del Uruguay (BCU) tuvieron una rentabilidad bastante superior a las posibles de ser logradas en colocaciones similares en Estados Unidos.

El año pasado el Estado colocó bonos en pesos hasta en un 12% de interés anual, lo que sumado a la devaluación de un 10% que el dólar tuvo en el año hace que la rentabilidad aproximada de estos bonos expresados en dólares haya sido cercana al 20%, que puede ser comparada con pérdidas del 20% observadas en colocaciones similares en Estados Unidos para el mismo ejercicio. Clara prueba de que la debilidad del dólar no es solo consecuencia del aumento de la oferta de esta divisa en nuestro mercado, sino –y mayormente– por medidas tomadas por el gobierno nacional.

Otra razón que alienta a nuestro razonamiento es la ausencia de estrategias significativas, al menos conocidas, en la política cambiaria aplicada que estén orientadas a fortalecer la demanda de dólares, como para contrarrestar el aumento provocado en la demanda de pesos.

Los sectores más perjudicados por el atraso cambiario son el exportador de bienes (principalmente el agro) y de servicios (principalmente el turismo), quienes han perdido competitividad en el mercado internacional por esta razón.

Desde el agro hace ya tiempo que se reclama con mucha fuerza para que se detenga esta pérdida de competitividad provocada.

Desde hace ya un tiempo, y pese a los buenos valores en términos históricos de los precios internacionales de los productos agroexportables, todos los sectores han perdido poder de intercambio, es decir necesitan más de lo que producen para comprar la misma cantidad de bienes y/o servicios.

Esto ha provocado la incongruencia para un país como el Uruguay, que tanto depende de la exportación, de estar generando desestímulos a la misma.

No creemos que estas consecuencias que el país productivo exportador hoy sufre debido a su política cambiaria sean deseadas por el gobierno actual, de ninguna manera.

Tampoco queremos desmerecer el uso de la política cambiaria como herramienta para el control de la inflación, que es un serio problema.

Pero sí queremos enfatizar que todo tiene sus límites, y que sus efectos negativos no buscados deben ser corregidos a la brevedad, antes de que se dañe más el aparato exportador que es la fuente más importante de ingresos genuinos que el país tiene.

Además, todo esto se da en un momento de debilitamiento de los precios internacionales, y con una seca muy seria que tiene en jaque al sector agropecuario.

Hoy la señal clara a la inversión es “invierta en bonos en pesos uruguayos”, cuando a nuestro entender debería ser “invierta en Uruguay para producir más y mejor”.

Por lo tanto, urge tomar medidas para corregir este atraso cambiario, antes de que haga más daño.

(*): productor agropecuario, expresidente de la Federación Rural y exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca

 

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