Visión “flechada” sobre la dictadura y lenguaje inclusivo: las polémicas detrás de los nuevos programas de estudio de la reforma educativa

Esta vez el Codicen invirtió el orden de lo acontecido con los documentos anteriores de la transformación curricular: en vez de aprobar el texto preliminar y luego dar paso a las consultas, ahora da lugar a los aportes y al final se votará. Esta decisión no fue adrede.

Los programas de estudio son los documentos más “bajados a tierra” de todos los elaborados hasta el momento. No solo eso: como la metodología y el contenido es aquel que cumplirán los docentes dentro de las aulas, son los textos que causan más tensión.

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Prueba de ello, hubo quienes marcaron su reparo respecto a la bibliografía sugerida para el programa de Historia: “está demasiado flechada a favor de la izquierda”, dijo una de las autoridades que prefirió el anonimato. Y prosiguió: “Se incluye a Carlos Demasi, pero nada de Lincoln Maiztegui…”. Eso sin considerar la clásica discusión entre los procesos versus los hechos, la polémica por la teoría de los dos demonios o el momento del año lectivo en que se aborda la temática.

En esa misma línea, hubo críticas a parte del programa de Formación Ciudadana, en que se critican las políticas neoliberales, pero no se hace mención a los resultados del llamado socialismo real (sobre todo de la Unión Soviética). O sobre la metodología de los juegos de roles en los estudiantes de educación inicial.

Hay otros comentarios que hacen más al espíritu de la llamada transformación que no se ve reflejado del todo en los programas. Por ejemplo: se pretendía que el curso de Biología estuviera más volcado a lo ambiental, mientras que muchos de los contenidos quedaron casi idénticos a los del viejo paradigma. En este sentido, había consejeros que querían que los programas fueran mucho más hacia las competencias que a los contenidos.

Tiempos modernos

Es probable que muchos tengan miradas encontradas sobre cómo debería abordarse la educación sexual, la historia reciente o el llamado lenguaje inclusivo. Hasta hay proyectos de ley al respecto. En ese sentido, de los cerca de 60 programas, los textos de las áreas de comunicación y social-humanístico son las que causan más debate. Mientras las artes fueron volcándose cada vez más al trabajo por proyectos y la experimentación (como practicar música en vez de aprender que el sonido son ondas de dos dimensiones), en Lengua hubo cierta vuelta a “lo clásico”. Algo así como “una vuelta a la gramática tras el vaciamiento de contenidos”. 

Eso significa que el Español pasa a entenderse como un sistema de relaciones y de significados. Eso implica que cada palabra hace a la comprensión cabal de un texto. Y eso decanta en una visión de que el lenguaje inclusivo es rechazado como parte de la lengua española. Adiós al todes, al tod@s o todxs.

Como innovaciones, la Lengua pasa a aprenderse en comparación a otras, así como el manejo de la ironía, el humor (con su doble sentido) y el discurso mediático. En cambio, la argumentación (pieza angular en las nuevas competencias) se trabajaría desde séptimo grado y no en la escuela como ocurría ahora.

Con estos comentarios, entre otros que se irán sumando en las próximas horas, el viernes se harán públicos los borradores de programas y se discutirán desde la semana que viene en las Asambleas Técnico Docente de cada centro educativo. Así lo dispuso el Codicen por tres votos a favor y dos en contra.