Brasil afirmó que las exigencias del tratado Mercosur-UE son "muy proteccionistas y duras"

"La Unión Europea, sin hacer críticas directas al grupo y a ninguno de los países, tiene un sesgo muy proteccionista. Estamos reevaluando el acuerdo", afirmó el canciller ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño, ocasión en la que precisó que su país, la Argentina, Uruguay y Paraguay preparan una contrapropuesta.

Vieira señaló que el acuerdo es muy complejo debido a que involucra a 27 países y afirmó que las nuevas condiciones del bloque europeo podrían causar perjuicios a Brasil.

“El documento adicional es extremamente duro y difícil, crea una serie de barreras y abre la posibilidad de represalias y sanciones basadas en una legislación ambiental europea extremamente rígida y compleja para su verificación. Esto nos puede traer enormes problemas", advirtió el jefe del Palacio Itamaraty.

Vieira afirmó que la UE presentó a fines de abril el documento adicional, conocido como "Side Letter", texto que refleja la ley recientemente sancionada por el Parlamento Europeo (PE) por amplia mayoría y que cierra la puerta a productos como cacao, café, madera, caucho, aceite de palma, carne vacuna, chocolate y soja, entre otras materias primas y derivados, que procedan de zonas deforestadas después del 31 de diciembre de 2020.

Según la norma, las empresas que deseen importar esos bienes desde la UE deberán también asegurarse de que fueron producidos respetando los Derechos Humanos y de los pueblos indígenas. Además, las compañías deberán ofrecer información, como las coordenadas geográficas del lugar de producción, al tiempo que los controles de trazabilidad se realizarán con herramientas de vigilancia por satélite y análisis de ADN.

La norma, de ser aprobada por los 27 países que integran el bloque, supone una amenaza para las exportaciones de muchas economías, tradicionales proveedoras de las materias primeras utilizadas en la UE en la producción de alimentos, pero también de insumos, como por ejemplo los usados en muebles, calzados y papel.

Durante una reciente visita a España, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo que estaba de acuerdo en firmar el pacto, pero aclaró que Brasil necesitaba espacio para desarrollarse industrialmente y tener capacidad exportadora. "Nuestro gobierno está en una fase de finalización de una posición común, hablamos con los tres socios del Mercosur y estamos consensuando una contrapropuesta", anticipó el canciller ante el Senado.

La posición de Brasil sintoniza con la de la Argentina. Semanas atrás, en paralelo a la reunión bilateral del presidente Alberto Fernández con Joe Biden en Washington, la cancillería argentina difundió una mirada muy crítica sobre los alcances del acuerdo, oportunidad en la que calificó las condiciones adicionales de la UE como "demandas unilaterales" que podrían generar pérdidas millonarias al país.

La Argentina argumenta que los cambios propuestos por la UE en la “Side Letter” podrían afectar las concesiones ya negociadas en el acuerdo firmado en junio de 2019. Por su parte, fuentes de la cancillería descartaron la posibilidad de avanzar en las negociaciones durante la cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños (Celac) y la UE que se celebrará en Bélgica en junio próximo.

Entre las medidas calificadas como "unilaterales", el gobierno argentino menciona el llamado Pacto Verde, el paquete regulatorio por el que la UE busca implementar reformas en aspectos como la energía, el uso del suelo, la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero, regulación que se aplicará a las empresas de los países de la UE, pero que también impactará en sus proveedores, incluidos los del Mercosur.

Un ejemplo concreto del impacto del Pacto Verde sobre las exportaciones al mercado europeo es el del biodiesel argentino. "De aprobarse la regulación que se encuentra en elaboración por parte de la Unión Europea, la Argentina podría perder sus exportaciones de biodiesel a esos países, que el año pasado sumaron US$ 1.850 millones y representaron el 17% del total exportado por nuestro país a dicho bloque", argumentó el jefe de Gabinete Agustín Rossi en un reciente informe al Congreso local.

Una de las regulaciones vinculadas al tema ambiental es la propuesta de un instrumento común sobre desarrollo sustentable, adicional a lo ya consensuado en el capítulo específico del acuerdo. Según Rossi, la propuesta está siendo analizada en consultas con los estados parte del Mercosur para que el texto "contemple los intereses de ambos bloques y una visión compartida sobre el desarrollo sustentable".

El gobierno argentino, además, sostiene que "subsisten dudas” sobre la "arquitectura del acuerdo". Señala que no queda claro si el acuerdo alcanzado en 2019 se tratará de un único acuerdo como estaba previsto o, como sugiere el “Side Letter”, será dividido en dos instrumentos. Además, la Argentina menciona como otro tema pendiente el capítulo de propiedad intelectual debido a “los nuevos criterios” y las "exigencias unilaterales" de la UE.

Según entiende el gobierno de Fernández, los nuevos planteos de la UE "podrían afectar a empresas argentinas que utilizan determinadas indicaciones geográficas para sus productos". Fuentes del gobierno, en tanto, explicaron que el país en consulta con sus socios evalúa posibles "cursos de acción a seguir", con propuestas y compensaciones que se trabajan en conjunto con Brasil, Paraguay y Uruguay.

Según los especialistas, la intención manifestada por los gobiernos de Brasil y la Argentina –consistente en abrir una nueva negociación que "colabore de forma efectiva a aumentar el comercio, las inversiones, la creación de trabajo y mejorar la calidad de vida en ambos bloques"– seria de difícil aplicación porque el acuerdo de 2019 no contempla la reapertura de los documentos ya firmados por las partes, incluso cuando todavía no fueron ratificados por las legislaturas de los países involucrados en el tratado.

Los cuestionamientos planteados principalmente por la Argentina y Brasil a la UE vienen de arrastre. No obstante, las objeciones se incrementaron luego de que el PE avanzara con el “Pacto Verde” y presentara el “Side Letter”, una jugada que los analistas describen de alto impacto diplomático y económico.

Según las declaraciones de los gobiernos de las dos economías más grandes del Mercosur, la posibilidad de avanzar para hacer realidad el acuerdo Mercosur-UE parece lejana. La hoja de ruta propuesta por Bruselas para salir del estancamiento en el capítulo de comercial espera una respuesta del bloque sudamericano en un contexto en el que la UE se plantea examinar

La normativa, además, establece que 12 meses después de la entrada en vigencia, la CE deberá evaluar si el reglamento se extiende a otras tierras boscosas, pero con menor densidad arbórea forestal, ocasión previa a examinar si amplía las medidas de protección ambiental a otros ecosistemas y materias primas, como el maíz y los productos cárnicos derivados del cerdo, la cabra, la oveja y aves de corral.

(Con información de agencias)