La baja de precios del ganado gordo sigue en el tapete
Denis Dutra

Denis Dutra

El séptimo día > economía

Carne de cañón

La disputa pública en la cadena frigorífica puede terminar afectando a los que menos tienen
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12 de enero de 2014 a las 00:00

“Los frigoríficos están trayendo unos balances impresentables”, le comentó con crudeza esta semana un gerente de un banco privado a un connotado asesor económico de la industria cárnica, según narró este último a El Observador.


Los márgenes se han ido achicando, achicando, achicando por debajo de la tendencia. Los costos salariales se triplicaron en los últimos siete años, la energía se duplicó y el margen del negocio se ha venido achicando. Además, explicó, el precio del ganado –la materia prima por excelencia de las plantas de faena- aumentó por la fuerte demanda cárnica del exterior, que Uruguay recibe después de superar en 2003 la crisis generada por la reaparición de la fiebre aftosa.


En ese proceso el ganado en Uruguay llegó a cotizar entre 10% y 30% por encima de grandes competidores mundiales como Australia y Brasil, aunque la caída persistente en el último año del precio del novillo gordo emparejó los precios en la región.


Esa situación ya ha sido planteada a las autoridades por las gremiales industriales del sector, las que han advertido incluso acerca del posible cierre de plantas y la pérdida de empleos en un sector que da trabajo a miles de personas y ya cuenta con cinco plantas paralizadas.


El diálogo de marras viene a cuento del diferendo público que en la semana que termina se produjo en torno a la carne, producto básico por excelencia de la dieta de los uruguayos, a partir de la amenaza del presidente del Instituto Nacional de Carnes, Alfredo Fratti, de revisar la política de estímulos impositivos a la industria frigorífica en caso de que no se revierta el bajo ritmo de faena de animales y el precio que reciben los ganaderos por sus haciendas, cuya exportación en pie es regulada administrativamente por el Estado desde que Mujica era ministro de Ganadería durante la pasada administración de gobierno.


Fratti es un productor ganadero, que es parte interesada y que años atrás siendo presidente de la Federación Rural se granjeó la simpatía del presidente José Mujica.


“Si esto se mantiene trataremos de pensar y recomendar alguna medida al Poder Ejecutivo al respecto. No soy de la política intervencionista, pero no creo que el Estado y el gobierno tengan que ser un simple espectador”, dijo el funcionario en radio Carve, sin dar detalles.


El principal incentivo tributario que reciben los frigoríficos es una devolución impositiva del 2% del monto de sus exportaciones y a nivel empresarial se leyeron las declaraciones del funcionario de confianza presidencial como una amenaza de pérdida de ese beneficio.
Para agregar leña al fuego, Mujica la emprendió contra la cadena frigorífica y dijo en su audición radial que las industrias “maniobran” para tirar abajo el precio del ganado, aunque al otro día reconoció que “un amigo industrial frigorífico lo alertó por su ‘desinformación’”.


Por el bien de la gente común –trabajadores industriales y consumidores que pagan la carne a precio de caviar- sería deseable que prime la sensatez para no afectar a los que menos tienen y que pueden terminar como carne de cañón.





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