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CASMU incorpora innovadora tecnología para el diagnóstico precoz del cáncer de próstata
Durante el mes de noviembre, en Uruguay y varios países del mundo se desarrolla la campaña “Noviembre Azul” para concientizar sobre la salud masculina y el cáncer de próstata, el más frecuente en hombres luego de los 50 años.
Anualmente se diagnostican aproximadamente 1.500 casos de este tipo de cáncer y 600 hombres fallecen a causa de la enfermedad en Uruguay. Sin embargo, la detección temprana es clave, ya que la mayoría de los pacientes tiene un muy buen pronóstico.
Una de las dificultades para el diagnóstico temprano es que los síntomas se manifiestan en un estado avanzado de la enfermedad. Así como las mujeres se realizan controles obligatorios anuales para la detección precoz del cáncer de mama o de cuello uterino, los urólogos insisten en que los hombres deberían visitar a su médico para realizarse chequeos periódicos a partir de los 50 años, cuando comienza a aumentar la prevalencia de este cáncer, que tiene una mayor incidencia, en promedio, a los 70 años.
En cuanto a los diferentes tipos de cáncer de próstata, la mayoría de los que se detectan, alrededor del 90%, tienen células tumorales de aspecto similar a las sanas. Se trata de los adenocarcinomas, que se denominan “bien diferenciados”.
En cambio, cuando tienen un aspecto más diferente al de las células sanas se denominan “de alto grado”, “mal diferenciado” o “indiferenciado”. Estos tienen un pronóstico más negativo, ya que este tipo de tumores presentan una independencia en el organismo que los vuelve más agresivos.
A su vez, hay un porcentaje más pequeño de tumores que se originan a partir las células nerviosas de la próstata, o los sarcomas, en el tejido conectivo o fibras musculares.
Una vez diagnosticado este tipo cáncer, existen varios tratamientos disponibles en el país.
CASMU, reconocida por brindar un servicio de vanguardia a sus socios y no socios, es pionera en incorporar un equipo para realizar biopsia por fusión, que permiten el diagnóstico precoz del cáncer de próstata y en el correr del próximo año focalizar el tratamiento.
Este proceso consiste en aplicar energía sobre los focos de cáncer dentro de la próstata y llevarlos a la muerte celular del mismo, permitiendo controlar la enfermedad sin generar grandes secuelas.
La institución también se ha adelantado al incorporar la cirugía laparoscópica en 3D, que proporciona a los cirujanos una visión óptima en tres planos. Esto ofrece un campo de visión amplio y una calidad elevada de las imágenes, se reduce el tiempo de operación, al tiempo que se incrementa la seguridad de los pacientes y la comodidad de los cirujanos.
Otro de los tratamientos convencionales es la radioterapia. Mientras en aquellos pacientes con un tumor bien diferenciado y localizado se puede realizar una vigilancia activa, con la actual tecnología incorporada es posible realizar las biopsias prostáticas funcionadas con una excelente definición.
Repercusiones en la calidad de vida
El seguimiento de la enfermedad depende del tipo de tratamiento y del estadio del paciente.
Si bien la mayoría de los tumores son de un mismo tipo histológico, no todos tienen la misma evolución. “Los más diferenciados en general responden mejor a los tratamientos, incluso en los casos de metástasis, con una sobrevida de 10 o 15 años”, comentó la doctora Laura Mouro, subjefa del Departamento de Urología de CASMU.
En cuanto al estilo de vida, indicó que algunos tratamientos “podrían dejar algún tipo de disfunción eréctil, a excepción de las terapias focales o la vigilancia activa”, por lo que el innovador tratamiento que comenzará a utilizarse en CASMU generará beneficios para la calidad de vida de los pacientes.
En el caso de la radioterapia y las cirugías, en cualquiera de sus presentaciones hay entre 60% y 70% de posibilidades de que los pacientes tengan como secuela disfunción eréctil, siempre esto dependiente de si el paciente presentaba esta patología previa o no.
Otras consecuencias a raíz de los tratamientos por cirugía es la incontinencia, mientras que la principal secuela de la radioterapia es la cistitis rádica, una complicación derivada de este tratamiento que afecta a las células de la vejiga, dejando sintomatología como síndrome miccional, dolor o presencia de sangre en la orina.
“Es importante que los hombres vayan a realizarse chequeos con su urólogo de forma periódica. Cuanto antes se diagnostica ese tumor, más posibilidades tiene de curarse el paciente. Además, generalmente cuando el tumor se manifiesta es tarde, por lo cual la única manera de actuar es mediante el control temprano”, concluyó Mouro.
