Rodolfo Collazo tuvo una fama efímera. El día que le dieron la bandera uruguaya para llevar en el desfile inaugural de los Juegos Olímpicos estallaron muchas broncas porque la distinción no recayó en un futbolista.
Sigo sosteniendo que la decisión fue justa y que Collazo es uno de los mejores modelos deportivos a seguir que tiene este país.
La semana pasada, en el Sudamericano de Viña del Mar, el coloniense se trajo dos medallas (plata y bronce) en el inicio de un nuevo ciclo deportivo. ¿Se habrán enterado aquellos que golpeaban pechos y escritorios en contra de la distinción del remero?
No importa. A Collazo lo ocupan cosas más importantes: firmó un convenio de seis meses con el Ministerio del Interior para darle clases de Educación Física a los presos de la cárcel de Colonia Piedra de los Indios.
"Es un lindo desafío, hay quienes me dicen que va a estar muy bueno, otros que es un peligro, pero el objetivo es trabajar en la rehabilitación y la reinserción social de las personas", me dijo anoche al interrumpir una de sus tantas clases como profe.
Porque además de practicar deporte y ser un ejemplo de multiempleo, Collazo siguió una carrera y se recibió derribando el mito de la incompatibilidad de los libros y la actividad física.
Vivimos tiempos donde se inventan ídolos deportivos a fuerza de bombardeos mediáticos, de la mera construcción de una imagen bonita, de la exaltación del factor económico como motor esencial en el desarrollo del deporte.
Collazo encarna los valores opuestos: humildad, sencillez, sacrificio, solidaridad.
Por eso vuelvo a aplaudir que le hayan dado la bandera.
Dársela a un futbolista -cuando se trata de Juegos Olímpicos- implicaba también dar otro mensaje para nuestros jóvenes: promover al fútbol como única forma válida y exitosa -en términos deportivos y mercantiles- de desarrollar una actividad deportiva en Uruguay.
Y así nos vamos a parecer cada vez más a aquella señora que en un especial de Subrayado le gritaba -desencajada- a su nene en el baby fútbol: "¡Corré, corré, ¡¿O querés estudiar toda la vida?".
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