En la década del noventa, por iniciativa de Luis Alberto Lacalle Herrera y José Carlos Cardoso, los dirigentes herreristas comenzaron a reunirse en enero en La Paloma para darle la bienvenida al año. Se trataba de asados o busecas que no tenían mayores pretensiones que juntarse a discutir sobre política en una época en que estaban más relajados por el verano.
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