Carlos Berrueta y su esposa

Fútbol > historia

Debutó con Luis Cubilla, integró el equipo de las estrellas de Nacional, se perdió con Carrasco, y cayó en una profunda depresión: la vida de Carlos Berrueta

Durante el campeonato Uruguayo de 1983 convirtió el gol en el clásico que dejó a Peñarol último en la tabla de posiciones
Tiempo de lectura: -'
17 de febrero de 2024 a las 05:00

Luis Cubilla lo hizo debutar en la Primera división de Danubio siendo muy jovencito. Junto a su hermano Pedro lo llevaron de a poco, le dieron consejos para patear tiros libres y lo largaron a la cancha, donde Carlos Berrueta siempre soñó estar. Dejó los estudios en quinto de escuela para consolidarse como futbolista. Fue campeón Sudamericano juvenil en 1981 con la selección uruguaya y fue una de las "estrellas" que contrató Nacional en 1983.

Protagonista junto a Juan Ramón Carrasco de un momento polémico en los tricolores, cuando se perdieron y llegaron tarde a una práctica en el Nasazzi. "Fue una mentirita piadosa", contó Berrueta a Referí

El festejo de un gol a Barcelona jugando para Liga de Quito

Pasó por River Plate de Argentina, por Cerro y se marchó a Ecuador, donde se convirtió en uno de los mejores jugadores en la historia de Liga de Quito. Hace unos años cayó en una profunda depresión, perdió todo, estuvo a punto de cometer una locura. Entre algunos excompañeros y la ayuda de los hinchas de Liga que hicieron una colecta y le regalaron una camioneta para trabajar, salió adelante.

Elegido entre 200 aspirantes en Danubio

A los 8 años comenzó a jugar al baby fútbol en el Juventud Unida que quedaba a la vuelta de su casa, en el barrio Cerrito de la Victoria de Montevideo. Después jugó en el Ciclón y a los 12 años se enteró por parte de unos amigos que había un llamado de aspirantes para Danubio. Averiguó día y hora, y se presentó en el estadio Hugo Forno junto a otros 200 chiquilines.

“Jugamos un ratito cada uno porque no había mucho tiempo para todos. Fui uno de los elegidos el primer día para volver al siguiente. A la tercera práctica me ficharon”, contó Berrueta.

A pesar de su corta edad, andaba solo por todos lados. “Yo vivía con mi padre nomás, era una persona muy rústica. Él quería que yo estudiara y no que jugara al fútbol. Le dije que yo iba a seguir mi carrera porque era lo que me gustaba, me nacía. Tuve muchos altercados con él".

Luis Prais, exfutbolista de Peñarol y de Barcelona en la década de 1940, era el técnico de la Sexta división de Danubio cuando se sumó Berrueta, con 13 años de edad: “Dejé el estudio en quinto año de escuela y me dediqué de lleno al fútbol”.

Carlos Berrueta en Danubio

Su deseo era llegar rápidamente a jugar en Primera división. Pasaba poco tiempo en su casa porque en esa época se puso de novio con Shirley, la hija del masajista del club y se iba con ella. En 1980 tuvieron un hijo, Diego. “La relación futura con mi padre fue de alguna visita y nada más”.

Debuté en Primera con 16 años, tres años me costó llegar. Se dio así. Me empezaron a preparar desde chico. Los técnicos eran Luis y Pedro Cubilla. Me concentraban con el primero y llegado el momento me mandaban a jugar a Quinta o Cuarta, que eran mis categorías. Pero me daban bien de comer, o sea, todo como un profesional, como jugador de Primera”, recordó.

No le faltaba nada: “Tenía todo lo que tiene que tener un profesional, buen descanso, buena comida, muchos consejos. Me fueron adaptando porque se veía que en cualquier momento me llevaban a la Tercera, que la Tercera y la Primera practicaban juntas. Hasta que me empezaron a poner en Tercera y llegó el momento de la verdad”.

Los hermanos Cubilla eran los técnicos de  Danubio. Un año antes, en 1976, Luis se había coronado campeón Uruguayo como jugador con Defensor. “Conmigo siempre fueron bien los Cubilla, aparte de tenerme mucho cariño, me daban muchos consejos, me enseñaban a patear los tiros libres, a posicionarme. Me hicieron avanzar muchísimo”.

Campeón Sudamericano juvenil 

A principios de 1981 fue convocado a la selección juvenil que dirigían Aníbal Gutiérrez Ponce y Héctor “Chino” Salvá. Entró a la lista final por apenas 20 días. Tenía 19 años y ya estaba alternando en Tercera y Primera división.

El grupo celeste viajó a Ecuador para competir en el Sudamericano de Quito. La altura no lo recibió muy bien a Berrueta. “Yo era medio loquito, el primer día que llegamos nos mandaron a correr al parque La Carolina, que tiene como 2 kilómetros toda la vuelta y yo salí como taponazo, como era mi costumbre. Tenía muy buen ritmo, pero me saltó la sangre por la nariz. Ahí me dijeron que tenía que tener un tiempo de adaptación. Otros jugadores con mayor capacidad de aire se adaptaron mejor”.

Berrueta observa a Francescoli con el balón en el Mundial juvenil de 1981

Uruguay tenía un cuadrazo. José Batista, Adolfo Barán, Polilla Da Silva, Enzo Francescoli, Tano Gutiérrez, Santiago Ostolaza, Jorge Villazán, entre otros. “Empezamos mal (empate con Bolivia y derrota con Paraguay), pero nos recuperamos y fuimos campeones sudamericanos. En el cuadrangular final ganamos los tres partidos, contra Brasil, Bolivia y Argentina. A Argentina le metimos cinco goles”.

Desde ese Sudamericano al Mundial Sub 20 de 2023, pasaron 36 años para que Uruguay pudiera conseguir un título en el exterior: el Sudamericano Sub 20 de 2017 en Ecuador.

El Mundial juvenil de 1981 se desarrolló en Australia. Uruguay terminó primero en el grupo venciendo a Estados Unidos, Polonia y Qatar, pero en octavos de final Rumania le ganó 2-1 con un gol en el minuto 91. “Para el Mundial se habían integrado el Pelado Peña, el Pato Aguilera, Yubert Lemos, que no estuvieron en el Sudamericano. Terminamos quintos cuando éramos los favoritos”.

La selección juvenil en el Mundial de 1981

Sergio Markarian y Radamás Ventura se hacen cargo del plantel principal de Danubio en 1982 y también ayudaron al crecimiento de Berrueta. “Confiaron en mi y agarré mucho potencial físico. Jugué todo el año de titular, creo que falté a un solo partido porque estuve enfermo, pero me fue muy bien, hice muchos goles. Ese año debutó Ruben Sosa, salimos vicecampeones del Uruguayo. Sosa apareció como gran figura con 15 años. Hacía cada cosa, impresionante, jugaba de a ratos, cuando agarró la titularidad no la dejó más”.

Se integró al "equipo de las estrellas" de Nacional

Luego de cinco temporadas en la Primera división de Danubio, llegó el momento de subir un escalón en su carrera. Lo fue a buscar Nacional, que estaba armando el llamado “Equipo de las estrellas” con la intención de ganar la Copa Libertadores de 1983.

El club presidido por Rodolfo Sienra contrató a siete jugadores. Además de Berrueta llegaron el argentino Miguel Brindisi, Carlos Aguilera, Antonio Alzamendi, Juan Ferrari, Pedro Pedrucci y José Aja.

Berrueta fue el autor del gol de tiro libre en el clásico que Nacional ganó 1-0 y mandó a Peñarol al último lugar de la tabla de posiciones. “Le hice el gol a Gustavo Fernández. Salimos campeones del Uruguayo cuatro fechas antes. Era impresionante lo que jugaba ese equipo”, recordó.

En la Libertadores no le fue bien a Nacional, pero en 1984 llegó a semifinales en un sistema de disputa diferente, con dos grupos de tres equipos previo al partido final. Nacional fue eliminado tras caer contra Independiente en Avellaneda, equipo que luego se coronó campeón.

Nacional en 1983; Berrueta es el segundo de los agachados desde la izquierda

Ese año sucedió un hecho que marcó el paso de Berrueta por Nacional tanto como sus goles espectaculares. Junto a Juan Ramón Carrasco llegaron tarde a un entrenamiento que se realizó en el estadio Nasazzi y eso generó que ambos fueran separados del plantel. La excusa que pusieron los futbolistas fue que se perdieron.

“Garisto y Betolaza eran los técnicos. Llegamos tarde, nada más. Teníamos que estar a las 3 y llegamos 3:10. No es que nos perdimos ni nada, eso fue una mentirita piadosa. Nos costó. Tuvimos un altercado, Juan se fue, yo me quedé pero me terminaron suspendiendo y no pude jugar en todo el año”, contó.

Esto desencadenó que de la mano del empresario Francisco Casal, Berrueta pasara a préstamo a River argentino en 1985. Junto a él también fueron Jorge Villazán y Gustavo Fernández: “Estuve 8 meses, no tuve mucha continuidad, jugué pocos partidos, no me fue muy bien, yo mismo pedí para volver a Nacional porque estaba perdiendo imagen. Si bien estaba en un equipo espectacular, buenos compañeros, pero el Bambino Veira que era el técnico me ponía poco”.

Berrueta con la camiseta de River argentino

Aclaró que nunca tuvo representantes, pero en ese momento “Paco Casal fue a buscarme para guiarme, pero yo era medio revoltoso y hacía cosas sin consultarle a él. No nos vimos más”.

De River regresó a Nacional como capitán. El técnico tricolor era Luis Cubilla, el mismo que lo hizo debutar en Danubio. El Negro quería un capitán con personalidad y Berrueta la tenía.

Continuó en los tricolores hasta que en la temporada siguiente el club tenía la intención de dejarlo libre y surgió la posibilidad de pasar a Cerro, donde le fue muy bien en poco tiempo: “Estuve tres meses, me fue recontra espectacular, una gran barriada, compañeros excepcionales, buen equipo y me fue bien. En todos los partidos hice goles, se esperaba eso de mi, terminó el año y arranqué para Ecuador en 1987”.

La explosión y la idolatría en el fútbol ecuatoriano

En el fútbol ecuatoriano marcó una época. Primero en Aucas, donde jugó tres años. “Vinieron a buscarme Ernesto Guerra, uno de los técnicos más catalogados en Ecuador, y el presidente del club  Jaime Bowen. Me presentaron un proyecto y querían contar conmigo. Me gustó, a Quito lo conocía pero poco, al club no mucho; llegué y me adapté rapidísimo. Me fue recontra bien”.

La mayor rivalidad futbolística que existe en la capital ecuatoriana es entre Aucas y Liga de Quito. Y fue justamente este equipo el que contrató a Berrueta en 1990. Fue como pasar de Peñarol a Nacional. O viceversa. “Una controversia tremenda, todo muy polémico. Pero pasé y le tapé la boca a todos. Hacía 15 años que Liga no era campeón y ese año logramos el título. A mi me designaron el mejor extranjero, el mejor en mi puesto, segundo goleador con 20 goles y la frutilla de la torta que salimos campeones”.

Fernando Barboza, Carlos Berrueta y Luis Alberto Acosta en Liga de Quito 1991

Permaneció cuatro años en Liga y se transformó en uno de los ídolos históricos del club.

En 1993 pasó al Cúcuta de Colombia. “No me fue bien. Malos compañeros, mal ambiente, no me pagaron por dos meses, entonces de la noche a la mañana decidí irme, me perdí el año y en 1994 me fui a Quito porque el dueño del pase era la Liga. Ahí terminé mi carrera, por una lesión en la rodilla. No me pude recuperar, jugué algunos partidos pero siempre mal, hasta que los médicos me dijeron que era mejor abandonar la carrera porque podía ser hasta perjudicial para la salud”.

Así fue que a los 33 años cerró su carrera profesional como futbolista. En Liga es considerado el mejor extranjero que pasó por el club y siempre aparece en la formación de los 11 mejores de todos los tiempos. Además, una de las tribunas del estadio Casablanca lleva su nombre. “Eso muestra la magnitud de lo bien que me fue ahí”.

La vida después del fútbol

En el año 2004 los hinchas lo invitaron durante una semana para hacerle un homenaje en Quito y se quedó trabajando en la escuela de Liga de Quito. “Trabajé un año con alrededor de 800 niños, llevé dos compañeros míos a trabajar. Después, junto a un compadre, pusimos una escuelita con mi nombre pero no funcionó. Aparte trabajaba en un colegio privado y dirigía la Sub 20 del Aucas. En el final del campeonato echaron al técnico y dirigí tres partidos en Primera

En 2021, en plena pandemia de covid-19, Berrueta cayó en una profunda depresión. “Estaba mal de la cabeza, tenía una depresión tremenda, se me fue el mundo. Cuando reaccioné con la ayuda de mis compañeros, me di cuenta que podía haber hecho cualquier cosa en mi contra”, confesó.

En Ecuador se informó que incluso llegó a dormir en una plaza, pero él lo desmiente: “Lo inventaron. Dije que de la noche a la mañana me quedé sin nada, no sabía dónde estaba, me levanté una mañana y estaba muy mal”.

Carlos Berrueta en la actualidad

Jorge “Chifle” Barrios, con el que compartió la selección juvenil que en 1979 participó en el campeonato de las promesas de Cannes, instaló a Berrueta en un hotel en Tres Cruces. “Todo ese grupo, donde estaban López Báez, el Pecho Sánchez, el Tano Gutiérrez, se unieron y me tuvieron ahí. Aparecieron amigos de otros tiempos y me siguieron ayudando hasta que empecé a levantar cabeza”.

Luego, a través de Tenfield, “me consiguieron un apartamento” y otra vez los hinchas de Liga Universitaria le tiraron una cuerda para ayudarlo.

“Me llamaron, que fuera a pasar unos días a Quito y me hicieron una colecta económica. Recaudaron US$ 14.000 y me lo dieron para que me comprara una camioneta y consiguiera trabajo. Me hacía falta trabajo, porque tenía apartamento, pero no tenía trabajo. Hoy en día gracias a toda la hinchada de Liga y a muchos compañeros, estoy feliz nuevamente, recuperado, con trabajo y con la camioneta que me regalaron”, expresó.

Con la camioneta realiza fletes y es el sustento actual.

El año pasado, cuando Liga de Quito jugó la final de la Copa Sudamericana en Maldonado, el presidente del club lo invitó al partido.

De Danubio y Nacional, los clubes que más defendió en Uruguay, nunca recibió un llamado. “Nunca se acordaron de mi. Solo me reúno con gente de Danubio cuando hacemos alguna comida, de mis tiempos, de más atrás, tenemos un grupo, somos un montón. Directivos nunca. Inclusive una vez que llamé al presidente de Danubio para ver si me podían dar una mano, me dijeron que sí, que me iban a llamar y ya pasaron dos años y no me llamaron jamás”.

El año pasado fue invitado por Liga de Quito a la final de la Sudamericana

Junto al Indio Morán dirigió al equipo de la Mutual durante la presidencia de Enrique Saravia, aunque no tiene el título de entrenador.

“Después que dejé el fútbol pasé por esas cosas, algún trabajito en Ecuador, alguna cosita acá, pero desvinculado totalmente, solo dedicado a trabajar y compartir buenos momentos con mi familia”, integrada por su esposa, hijos y nietos.

Pero tampoco se queja y es autocrítico: “Siempre gané bien, nada más que tuve una mala administración, pero siempre me hice valer y respetar. Los contratos los arreglaba yo cara a cara con los dirigentes, no me quejo. Igual, la diferencia de lo que se ganaba antes y lo que se gana ahora es abismal. Ahora quieren todos los millones juntos, sin pasar por la selección que te da categoría, sin tener fama", acotó. Subrayó que hoy con 62 años y después de altos y bajos en su vida, se encuentra "clarito" con "el rumbo fijo".

Su carácter y la renuncia a la selección

Durante la preparación para el Mundial de México 1986, Berrueta renunció a la selección uruguaya. “Pedí que no me convocaran más porque mientras estuviera esa persona (Omar Borrás) no iba a presentarme. Fue muy manejado por los jugadores. Yo tampoco era tan famoso en comparación con los jugadores que estaban. Entonces vi que no tenía las mismas posibilidades de todos, dije mejor me voy y no fui citado nunca más”, contó.
 “Yo me hacía respetar, no me importaba si era Nacional, Peñarol, Danubio, la selección. Las cosas cuando están mal hechas hay que decirlas, a veces me costaba tiempo sin jugar por esos enfrentamientos con el que venga, presidente de AUF, del club, las cosas tienen que ser claras”, añadió.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...