De: Claudio Invernizzi
(Estuario, 2019)
Primer volumen de una trilogía en construcción que parte de un crimen perpetrado en 1950, el del espía británico William Beck en un balneario que es un espejismo de Piriápolis, para luego transformarse en una sentida descripción de arquetipos reconocibles de los pueblos del interior: del paisano bruto al artista refinado, del judío comunista al nazi semiencubierto, pasando por el comisario retirado, el pintor en decadencia y un largo etcétera de personajes que dan testimonio sobre lo que pasó.
Porque reúne trece relatos de gran calidad que tienen en común la presencia de animales y la lucha por la supervivencia en un mundo hostil. En cada uno de los textos la autora se luce al describir lugares, atmósferas y criaturas. Pero es su capacidad para hablar de lo importante sin nombrarlo y su neutralidad al presentar a sus personajes, con todas sus fallas y todos sus aciertos, tanto hombres como mujeres, lo que hace a Peces mudos un libro de cuentos distinto.
Ameno, profundo y muy bien escrito, este libro recupera e ilumina la figura de uno de los pensadores más importantes de Uruguay. El texto vino para llenar un vacío inexcusable y lo hace con brillantez. La biografía aporta documentos de todo tipo, desde extractos de ensayos, artículos de prensa y discursos, hasta cartas a sus padres. Además, está la opinión de muchas personalidades que hablan sobre Real de Azúa, fruto de las más de sesenta entrevistas que realizó el autor.
Es una novela sobresaliente de neto corte autobiográfico que describe la hecatombe familiar tras la muerte de un hijo. La prosa de Mella, por lo general estupenda, alcanza aquí las más altas cotas de excelencia. En las primeras páginas, por ejemplo, es capaz de describir todo el carácter de su hermano recordando únicamente su forma de abrazar a las personas. Mella no duda en mostrarse desnudo, en mirarse al espejo sin una gota de maquillaje, en una novela que surge de la dura realidad que vivió.
La historia incluye el secuestro de un hijo, una pareja en crisis, la presencia por varias vías de los testigos de Jehová y de una iglesia evangelista anónima, y varios arquetipos sociales que sirven para retratar un costado desolador del Uruguay posmoderno. Que todo esto quepa en una novela de pocas páginas es ya una muestra de la capacidad narrativa de Lasalt, que se revela como un escritor muy solvente.
Es una obra mayor, entre otras cosas, porque sortea con éxito temas como el estilo, el género y hasta el idioma, que sangra y llora para parir un portuñol de trascendencia metafísica, que primero desconcierta pero luego hipnotiza. Describe el horror de la vida en la frontera de Artigas. La falta de identidad, de árbol genealógico, la lejanía con todo, la ausencia de futuro, la miseria que se ve en la olla vacía y la que va por dentro son el corazón de una novela inolvidable.
Se trata de un libro de cuentos, sin más nexo entre las historias que la amargura masticada que destila cada una de ellas. El texto, en su conjunto, es una queja al mundo y a los mayores (esa generación que parió porque sí y que luego abandonó hijos y sueños) y un sopapo a los tibios, que nunca dejan huella sobre la tierra. Los cuentos son verdaderos cuentos, de esos que no se puede explicar bien de qué van, ni cuál es su moraleja, cuentos que simplemente atrapan.
Este libro de César di Candia es, además de un excelente manual de buen periodismo, un retrato profundo de los principales actores y hechos sociales del siglo XX uruguayo. Fresco a pesar de los años de algunas crónicas, el texto reúne varios reportajes a personalidades relevantes del país, pero además permite adentrarse en la psiquis del autor, que cuenta sus impresiones con cada entrevistado. Se lee con entusiasmo.
Ambientada en el departamento de Treinta y Tres en 1975, esta novela de Espinosa tiene todo lo que un buen libro debe tener: una anécdota muy sólida, personajes de carne y hueso, un telón de fondo tan duro como la dictadura uruguaya y un saber hacer literario para quitarse el sombrero. De la ternura a la denuncia, de la música a la prohibición, del amor a la tortura, todo se plantea con una brillantez superlativa. Un libro de los que dejan huella.
(Taurus, 2010)
Porque es una de las biografías literarias más importantes del país, sobre un autor tan único como misterioso. Con gran habilidad y una prosa cuidada, Mazzucchelli presenta un material imprescindible, que surge de una investigación muy profunda sobre el poeta Julio Herrera y Reissig. El lector accede a cartas, fotografías y textos inéditos. Además de por la radiografía del personaje, el texto destaca por el fresco de época que traza.
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