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El apasionado elogio de la escritora Leila Guerriero a Marcelo Bielsa, DT de la selección: “Es una forma de vivir heroica”
"Hay personas que insisten en hacer lo que creen que es correcto aunque todo les demuestre que así no se obtienen la gloria ni los aplausos. Es una forma de vivir heroica". Así arranca la escritora y periodista argentina Leila Guerriero una columna sobre el entrenador de la selección uruguaya, Marcelo Bielsa, en El País de Madrid, titulada "Marcelo Bielsa: en su ley".
"Uno es valiente cuando, sabiendo que la batalla está perdida, lo intenta a pesar de todo y lucha hasta el final (…) Uno rara vez vence, pero a veces vence”, dice Guerriero citando a Atticus Finch, el abogado de Matar a un Ruiseñor.
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"Aunque no entiendo el arte del fútbol, en ese mundo ―donde ganar a cualquier precio parece ser todo lo que importa― habita un hombre al que escucho", esccribe Guerriero sobre el rosarino, y amplía: "Habla poco. Dice: 'Los seres humanos de vez en cuando triunfan. Pero habitualmente se desarrollan, combaten, se esfuerzan y ganan muy de vez en cuando'; 'Soy un especialista en fracasos y sé que las adhesiones se pierden cuando se acaba el éxito'”.
Guerriero va más allá, y recuerda el gran fracaso deportivo de Bielsa: la eliminación en primera ronda del Mundial 2002, cuando Argentina llegaba como favorito. "Después de que la selección argentina fuera eliminada en primera ronda del mundial Japón-Corea 2002, ese hombre, que era Marcelo Bielsa, su entrenador, dijo “Yo protagonicé el mayor fracaso del fútbol argentino”, protagonizando el extraño caso de alguien que reconoce: “Fracasé”".
Y luego habla de sus declaraciones en el debut con la selección uruguaya ante Nicaragua, elogiando su humildad: La semana pasada la selección de Uruguay, en la que debutaba como técnico, le hizo cuatro goles a Nicaragua. Después del partido dijo, modesto: “No digo que se haya notado la preparación, pero sí fue suficiente”.
"Cuando ganan los que están dispuestos a perder, pero a perder en su ley, algo se acomoda en un impreciso lugar del universo", cierra la elogiosa columna de Guerriero.
