El Banco Central Europeo ha vuelto a subir sus tres tipos de interés oficiales 0,25 puntos más este jueves.
Se trata de la octava alza consecutiva en el precio oficial del dinero en menos de un año, que añade más presión en particular a los hogares y empresas endeudados y en general a una economía en la zona euro en recesión técnica.
Así, los tipos de interés se han situado en un rango entre el 3,5 y el 4%, prácticamente máximos históricos en los 21 años de historia de la moneda única europea.
La facilidad de depósito se sitúa en el 3,5%, una cifra sin precedentes desde el año 2001, cuando el euro todavía no estaba circulando, pero el BCE ya preparaba su salida. Este indicador condiciona la retribución que los bancos comerciales hacen de los depósitos de los ahorradores europeos.
Por su parte, el interés de las operaciones principales se alza hasta el 4%, un nuevo máximo desde julio de 2009. Este tipo define el interés que las entidades financieras comerciales deben pagar al BCE para obtener dinero prestado y, por tanto, influye decisivamente en el interés que después cobran a empresas y hogares por los préstamos que les conceden.
El ligero alivio en el último dato de inflación en la eurozona y las expectativas de crecimiento económico cada vez más débil no han disuadido al BCE de seguir con su carrera por aplacar las subidas de precios a toda costa. Los economistas de la institución han revisado ligeramente sus previsiones de inflación para 2024 y 2025 y señalan que las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo elevadas.
Las subidas de tipos de interés del BCE acaban afectando a toda la economía europea, pero uno de los principales damnificados son siempre los hogares que han contratado hipotecas variables (alrededor de cuatro millones en España).
El interés que define el banco central tiene un fuerte impacto por el euribor, la referencia con la que se actualizan prácticamente la totalidad de las hipotecas variables españolas.
Un cálculo financiero rápido atribuye a cada subida de un punto porcentual en los tipos un encarecimiento en la hipoteca media de alrededor de 1.500 euros al año. Por tanto, un alza de 0,25 puntos como el aprobado este jueves por la institución con sede en Frankfurt implicaría un aumento del coste aproximado de 375 euros anuales (31 al mes) por cada hipoteca.
En todo caso, conviene recordar que la banca comercial suele anticipar las decisiones del BCE, por lo que la decisión de este jueves ya se refleja en el euríbor.
El impacto de las subidas de tipos aplicadas este último año sobre las hipotecas depende de muchos factores, pero se puede dibujar un retrato robot a través de un caso típico.
Para una hipoteca de 150.000 euros a 25 años y con un diferencial sobre el euríbor del 1% que haya revisado su cuota el pasado mayo, el importe habrá pasado de 585 a 865 euros mensuales (un 48% más).
Para una hipoteca tipo de 200.000 euros con las mismas características (más ajustada a la realidad de las grandes ciudades donde la vivienda es más cara) la cuota saltaría de 780 a 1.153 euros.
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