Oficiales británicos y alemanes en la “tierra de nadie” durante la tregua de 1914.

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El día que los cañones se silenciaron en Nochebuena durante la I Guerra Mundial

La tregua sucedió pocos meses después de iniciado el conflicto cuando alemanes, franceses y británicos combatían en el frente
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24 de diciembre de 2022 a las 17:10

Sucedió en la Navidad de 1914 y no se replicó en otras trincheras. Fue “único, maravilloso y extraño al mismo tiempo", según lo describió un soldado alemán que vivió lo ocurrido.

Hacía pocos meses se había iniciado la Primera Guerra Mundial. En el frente occidental combatían el ejército prusiano con las fuerzas francesas y británicas. "Estábamos en el frente de batalla, a unos 270 metros de los alemanes y en la Nochebuena habíamos estado cantando villancicos y los alemanes también", contó años después el soldado británico Marmaduke Walkinton y lo relata la cadena BBC.

"Nos estuvimos gritando cosas, algunas eran insultos, pero la mayoría de las veces eran bromas. Y un alemán dijo: 'Mañana no disparen, nosotros no dispararemos'".

El testimonio de Walkinton está registrado en una película documental del Museo Imperial de la Guerra de Reino Unido (Imperial War Museum, IWM) llamado TheChristmas Truce: What really happened in the trenchs in 1914 (La Tregua de Navidad: Qué sucedió realmente en las trincheras en 1914).

Con ayuda del historiador Alan Wakefield, experto en la Primera Guerra Mundial, se pudo reconstruir esta historia en la que un grupo de soldados no solo no combatió sino que intercambió regalos con sus enemigos y hasta jugaron al fútbol.

Los días previos

Miles de soldados, de varias unidades del frente occidental, participaron en ese cese de hostilidades.Aunque esa tregua no oficial involucró soldados franceses y belgas, se dio principalmente entre británicos y alemanes. En Flandes, Bélgica, sucedió ese histórico encuentro.

Se encontraban en un área propensa a las inundaciones. "El clima, los combates y la construcción de trincheras habían destruido el sistema de drenaje", cuenta Wakefield. Había llovido mucho, estaba neblinoso, hacía frío. "Mantener y vivir en las trincheras se había vuelto muy difícil para ambos bandos".

Así, durante diciembre, la intensidad de los enfrentamientos disminuyó. Hubo una especie de tregua en las que los soldados salieron de las trincheras para hacer reparaciones y evitar que se inundaran. El cese de hostilidades permitía recoger y enterrar a los soldados caídos.

Poco a poco se crearon las condiciones para una tregua navideña. El 24 de diciembre hizo mucho frío.

"En Nochebuena, los alemanes empezaron a celebrar la Navidad. Los británicos vieron luces de velas y árboles en las trincheras. Pensaron que los alemanes quizás les estaban preparando una trampa", cuenta el historiador.Pero se trataba de decoraciones navideñas en medio de la guerra.

Ambos bandos escucharon las canciones navideñas en las trincheras enemigas. "Todo en tono amistoso y aunque no se podían ver entre sí, fueron construyendo una atmósfera fraterna en las horas previas a la Navidad".

En la mañana del 25 de diciembre, los alemanes empezaron a salir de sus trincheras y se acercaron a las delos británicos. Algunas unidades británicas también comenzaron a dejar sus trincheras. Cientos de soldados de ambos bandos empezaron a hablar sin armas y a estrecharse las manos.

Muchos regresaban a sus trincheras con obsequios. Los británicos, por ejemplo, les dieron chocolates, carne enlatada, pasteles, whisky, a los alemanes y estos les ofrecieron cigarrillos, salchichas, galletas, brandy, según consigna la historia de la BBC.

"Fue realmente una oportunidad para tratar de olvidar la guerra por una tarde", dice Wakefield. "Es importante recordar que en el combate de trincheras, tienes que tener tu cabeza abajo, por lo que difícilmente logras ver a tu enemigo. Muchos soldados combatían a un rival que no podían ver. Esta tregua fue, de hecho, una oportunidad para ver a su enemigo cara a cara, para descubrir con quién realmente se estaban enfrentando".

"Varios soldados alemanes hablaban inglés muy bien porque antes de la guerra habían vivido en Reino Unido", agrega el historiador. Hubo un número grande de alemanes radicados en Inglaterra que con la inminencia de la guerra regresaron a Alemania.

Cuando comenzó el conflicto, muchos creyeron que para Navidad estaría terminado afirma Wakefield.

"Compartimos cigarrillos, golosinas, con los alemanes y de algún lugar, de alguna manera, el fútbol apareció. No fue que formáramos un equipo, de ninguna manera se trató de un partido entre equipos. Todos estábamos jugando", contó en la película Ernie William, soldado británico.

"Yo era bastante bueno, tenía 19 años", dice William.Wakefield advierte que hay muy poca evidencia directa de que se haya jugado fútbol durante la Tregua de Navidad."Sin embargo, hay cartas y relatos de alemanes que estuvieron cerca de un pueblo en Bélgica y de soldados británicos en otro lugar de Bélgica, que dicen que jugaron fútbol", afirma el historiador.

"Obviamente estos relatos han ido saliendo a la luz en diferentes momentos. Pero es una buena evidencia de que el tema del fútbol realmente sucedió".

En un relato de soldados alemanes se dijo que habían jugado un partido de fútbol contra los escoceses y que habían ganado 3-2.

Otras cartas de soldados británicos hacen referencia a un juego abierto, no un partido propiamente organizado, en el que decenas de soldados de ambos bandos corrían para tener la oportunidad de patear el balón.

"En realidad se llevaron a cabo muy pocos juegos entre británicos y alemanes. No obstante, hubo bastantes partidos entre británicos, detrás de sus trincheras, al aire libre, pero hay menos pruebas de partidos entre alemanes y británicos".

Las noticias y la brutalidad de la guerra

"Probablemente unos 200 soldados pudieron haber participado en un partido de fútbol. Por el momento, tenemos evidencia sólida de que hubo dos juegos", dice el historiador.

Las noticias de la tregua no tardaron en regarse. En enero, ya había fotos tomadas por los mismos soldados y fragmentos de cartas que habían enviado a sus familiares, circulando en los periódicos.

"A inicios de enero de 1915, los periódicos de repente empezaron a imprimir estas cartas y, al principio, hubo una cierta cuota de incredulidad, pero con el tiempo también comenzaron a aparecer fotos y la evidencia se había vuelto muy clara, no era un mito", señala el historiador Anthony Richards, autor del libro WartimeChristmas, cuenta la crónica de la BBC.

"Los medios de la época amaron la historia. Hubo mucha discusión en los periódicos sobre si eso había sido algo bueno o malo. De cierta manera fue como una maravillosa foto instantánea de la Navidad de 1914 cuando las actitudes eran un poco ingenuas porque la guerra acababa de comenzar", dice Richards.

"Nunca ha sucedido algo como la Tregua de Navidad y con el tiempo no solo se ha visto como una anormalidad, pero también como un mito, al punto de que hay gente que, de hecho, duda que haya pasado, incluso hasta el día de hoy". De acuerdo con Richards, la forma como la tregua se cubrió en la prensa alemana fue muy similar a la británica, pero cambió en los años 20 y 30, cuando hubo una variación de la narrativa porque se quiso hacer énfasis en el "soldado alemán como un héroe peleando en una guerra noble".

La Tregua de Navidad no terminó de repente. Según Wakefield, llegó a su fin en diferentes momentos en las distintas áreas que participaron. "Los oficiales superiores de ambos lados tenían reacciones mixtas hacia lo que estaba ocurriendo. Algunos pensaron que si continuaba los soldados verían que el enemigo no es realmente el enemigo y eso haría que la guerra se detuviera".

"Pero otros altos mandos creían que la tregua era muy útil porque permitía reconstruir las trincheras y enterrar a los muertos. En algunas áreas de la tierra de nadie había muchos cadáveres".

Lo cierto es que llegaron las órdenes de los mandos superiores: había que reiniciar la guerra, la artillería, las armas, tenían que volver a ponerse en funcionamiento, se le debía disparar a los enemigos que trataran de salir de sus trincheras.

Para los soldados que participaron, dice Wakefield, la Tregua de Navidad fue una oportunidad para "salir" de la guerra por dos, tres días, sin combatir, sin tener que vivir en las condiciones inhumanas de una trinchera. Muchos de ellos, de hecho, jamás habían estado lejos de sus familias en Navidad.

El historiador dice que el conflicto "tomó un giro más cruel", con la introducción de gases y el aumento de las víctimas civiles. Y, como reflexiona Wakefield, la brutalidad de la guerra pudo influir en que menos soldados realmente quisieran conocer al enemigo.

 

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