"El Sábado 17, 6:20 Anabella (la pareja de mi papá) fue asesinada por un conductor ebrio a más de 100km/h, que ya en 2015 fue detenido por ebriedad al volante. Asesino, hirió a otros y fugó destrozando todo a su paso hasta chocar de frente contramano contra otro auto", dijo Juan Andrés Cantieri en la red social.
El usuario continuó: "mientras velábamos a Anabella, la fiscal Gabriela Fossati acuerda con el asesino solo 4 años de cárcel… Menos que una rapiña… Qué poco vale la vida para usted, señora fiscal. El asesino tenía antecedentes por rapiña y por ebriedad al volante".
También en Twitter, a Fossati la consultó una usuaria sobre la pena al hombre de 27 años y la fiscal aseguró que "no es una pena baja según la media de nuestro país"
"Más bien es alta en relación a las que se imponen. En materia de penas, hay diferentes opiniones. El antecedente era por otro delito. Igual entiendo sus dudas. Habría que buscar una forma de comunicar mejor.", escribió la exfiscal del Caso Astesiano, que le comunicó en abril al fiscal de Corte, Juan Gómez, que dejará el ministerio público este año.
La investigación de Gabriela Fossati
El condenado fue catalogado como “autor penalmente responsable de un delito de homicidio culposo en régimen de reiteración real con un delito de omisión de asistencia”, según informó Telemundo (Canal 12) y confirmó El Observador con fuentes de Fiscalía este lunes 19 de junio.
El hombre de 27 años manejaba un auto Ford Focus por la calle 25 de Mayo a contramano y con alcohol en sangre, ya que la espirometría dio positivo de 1,39.
Chocó vehículos estacionados y atropelló a dos personas cuando dobló por la calle Ciudadela: una de ellas fue una mujer de 68 años que falleció por el impacto; el otro hombre de 39 años tuvo lesiones leves.
El conductor escapó del lugar dejando su auto abandonado. Mediante las cámaras de videovigilancia del Ministerio del Interior lo encontraron y detuvieron en 25 de Mayo e Ituzaingó. El infractor ya tenía antecedentes penales por rapiña y se desacató cuando llegaron los Policías, al punto que primero se negó a hacerse la espirometría.