Agro > VIAJE A CHINA
El mandado que los trabajadores del Frigorífico Rosario necesitan que Lacalle Pou les haga
Los trabajadores del Frigorífico Rosario (Rondatel SA), inactivo desde hace 12 semanas, aspiran a que el gobierno, sobre todo el presidente Luis Lacalle Pou, aproveche su viaje a China (en noviembre) para gestionar que Sundiro Holding, el grupo propietario del frigorífico, pague las deudas a sus proveedores y reanude la producción, o venda el frigorífico si considera que no puede manejarlo.
“Se habla mucho en el gobierno de lo que pasa con la compra de Minerva de frigoríficos de Marfrig, no nos parece mal, pero no se habla nada de esta multinacional de capitales chinos con dos frigoríficos parados”, dijo Javier Martínez, presidente del Sindicato de Empleados del Matadero Rosario (Semar), aludiendo a que Sundiro Holding también tiene detenido y con sus trabajadores en seguro de paro especial al frigorífico Lorsinal (en Canelones).
Martínez comentó a El Observador sobre dos gestiones adicionales con igual objetivo: el pedido de una reunión al nuevo embajador de China en Uruguay y las gestiones que la Federación Obrera de la Industria de la Carne y Afines (Foica) inició, mediante cartas, ante Presidencia de la República, procurando que el gobierno se involucre en esta situación.
Frigorífico Rosario tiene sus instalaciones en esa ciudad de Colonia, próximo al km 130 de la ruta 1. Hasta la detención trabajaban allí 290 personas, el 80% residente en Rosario y el resto en Juan Lacaze y Nueva Helvecia, principalmente. Con base en los permisos concedidos y la capacidad industrial, con funcionamiento normal por turno de ocho horas se faenan 300 vacunos o 1.200 ovinos, aproximadamente, lo que depende entre otras cosas de las categorías de cada especie.
Martínez, vocero de Semar, contó que en su caso tras trabajar cinco años en una industria láctea hace 34 que es funcionario del frigorífico, donde desarrolla labores en la sala de máquinas.
La última faena en el Frigorífico Rosario se realizó el 11 de julio de 2023, debido eso a deudas con proveedores de hacienda y otros. Luego, durante unos días, continuaron las actividades industriales y de salida de la producción, pero a fines de ese mes ya solo trabajaban funcionarios en labores de sala de máquinas, de mantenimiento y limpieza. Ya comenzado agosto, desde la segunda semana solo quedaron trabajando cuatro personas en el sistema de seguro de paro parcial, en mantenimiento y administración. Y esa realidad se mantiene hasta el momento.
Para los empleados del frigorífico, tras intensas gestiones a nivel político, empresarial y sindical –“la Foica nos ayudó muchísimo”, remarcó– se logró un seguro de paro especial, el mismo que se concedió a empleados de Punta Shopping contó, que establece que la remuneración no tiene nada adicional, pero sí pudieron acceder a esa herramienta cuando no les correspondía, dado que recientemente la habían utilizado.
Como de julio se cobró muy poco dinero y lo de acceder a ese beneficio se demoró unos dos meses, “hubo gente que la pasó verdaderamente muy mal, porque en algunas familias hay algún otro ingreso, pero no en todas y se pasa mal porque hay una gran incertidumbre, hay que ver que a veces a mucha gente le cuesta llegar a fin de mes y más si tiene que cobrar menos por estar en el seguro de paro”, reflexionó.
Sobre las perspectivas, lamentó que no se puede ser muy optimista, aunque las esperanzas de que la solución aparezca siempre están, teniendo en cuenta que se prometió a los trabajadores en forma directa el pago de la deuda con sus proveedores para mediados de agosto y eso no sucedió.
Desde entonces, pasó un mes y medio más, estando ahora el anuncio de que el pago se hará a mediados de octubre.
Hay que considerar, apuntó, que hay que pagar la deuda y además debe llegar el capital necesario para reanudar el funcionamiento de la planta industrial.
“Lo que hemos dicho es que queremos y necesitamos trabajar, este frigorífico es fundamental que esté en marcha para mucha gente, si los propietarios no pueden o no saben trabajarlo que lo vendan a alguien que lo saque adelante”, concluyó Martínez, “porque estamos cansados de andar rogando cada seis o siete meses que nos den un seguro de paro especial”.
