El Mercosur recibió a Bolivia como miembro pleno y seguirá negociando con la Unión Europea

Brasil, que preside el Mercosur hasta fin de año, esperaba cerrar en la cita presidencial el acuerdo de libre comercio con la UE, que lleva más de dos décadas de negociaciones y que crearía la mayor zona de libre comercio del planeta, posibilidad frustrada por las negativas expresadas en los últimos días especialmente por Francia, pero también por Argentina.

Lula da Silva citó el "proteccionismo" del presidente francés Emmanuel Macron y la "falta de flexibilidad" de la UE en sus exigencias que, en su visión, truncan el crecimiento de los países del Mercosur.

"Nosotros tenemos todavía mucho para crecer e industrializarnos", afirmó el mandatario brasileño durante la reunión realizada en el futurista Museu do Amanha de Río, junto a sus pares de Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia.

Según el presidente brasileño, el texto negociado hasta ahora "es más equilibrado" aunque "aún insuficiente". Lula da Silva agregó que "las resistencias de Europa son todavía muy grandes", en una implícita referencia a las exigencias medioambientales de la UE, en particular en materia de deforestación, que podrían poner en riesgo las exportaciones del bloque sudamericano.

"La UE y el Mercosur están involucrados en discusiones constructivas con miras a concluir los asuntos pendientes en el Acuerdo de Asociación", señaló un comunicado del Mercosur y la UE divulgado al cierre del encuentro por la cancillería brasileña.

"En los pasados meses tuvieron lugar avances considerables. Las negociaciones continúan con la ambición de concluir el proceso y alcanzar un acuerdo que sea mutuamente beneficioso para ambas regiones y que responda a las demandas y aspiraciones de sus respectivas sociedades", añadió el texto.

Por su parte, el presidente paraguayo, Santiago Peña, dijo que quiere "avanzar con la UE" cuando su país asuma las riendas del Mercosur en enero próximo, pero advirtió que es momento de "empezar a mirar más hacia adentro" del bloque sudamericano.

En tanto, el jefe de Estado uruguayo, Luis Lacalle Pou, se mostró "muy escéptico” con respecto al acuerdo con la UE. "Debo reconocer el gran trabajo de Lula, pero el presidente francés Emmanuel Macron puso bajo signo de interrogación todo lo que supuestamente se había conseguido", agregó.

El presidente de Uruguay reclamó, además, avanzar hacia un TLC con China, en la línea del que su país está negociando con Beijing, y a la vez pidió al resto de los países del bloque que no se opongan a las negociaciones bilaterales. "Creo que no hay voluntad en avanzar en un TLC del Mercosur con China. Lo que queremos es que el resto de los países miembros no se opongan", dijo el mandatario.

La postura de Uruguay de negociar con Beijing fue respaldada por el mandatario boliviano, Luis Arce, quien dijo que también veía "a China como una muy buena opción para avanzar en desarrollo". "Deberíamos no desechar abrir inmediatamente las negociaciones como Mercosur con China", evaluó el mandatario.

En su discurso de apertura, Lula da Silva habló sobre la disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequibo, un territorio de 160.000 kilómetros cuadrados rico en petróleo, bajo control de Georgetown y cuya soberanía Caracas considera que le corresponde.

"No queremos guerra en América del Sur; no necesitamos guerra, necesitamos construir la paz, porque sólo con mucha paz podemos desarrollar nuestro país, generar riqueza y mejorar la vida del pueblo brasileño", dijo ante el resto de los líderes.

"El Mercosur no puede permanecer al margen", dijo Lula da Silva, quien sugirió que el actual presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, podría oficiar como mediador en la disputa territorial que mantienen los dos países.

Ya en materia de comercio internacional, aunque el bloque sudamericano finalmente no pudo acordar con el UE, sí pudo exhibir un logro concreto: un tratado de libre comercio con Singapur, que debe potenciar el intercambio entre ambas partes, que en 2022 alcanzó unos US$ 10.000 millones. “Es una señal de no estancamiento”, evaluó Lacalle Pou con relación el acuerdo, el primero del Mercosur en más de 12 años.

Sin embargo, el mandatario, que promueve una mayor apertura del bloque que permita negociar acuerdos bilaterales sin la anuencia de todos los integrantes del Mercosur, desafió a sus socios a sincerar sus posiciones sobre las posibles negociaciones comerciales con China.

"Hay que comerciar hacia afuera, si no, estamos fritos", señaló, al lamentar que Uruguay tiene una balanza comercial negativa con el resto de los países del Mercosur. "Que se nos diga: 'No hay la más mínima voluntad de avanzar en un TLC con China'. Entonces mostramos todas las cartas, sabemos a qué jugamos y sabemos a qué atenernos", agregó.

Para Bolivia, la cumbre significó su ingreso oficial como miembro pleno del bloque, después de una espera de ocho años por la aprobación de los parlamentos de los demás países. "Es una conquista muy grande del Mercosur", consideró Lula da Silva sobre el ingreso del país, poseedor de grandes reservas de litio.

La cumbre, además, fue la última del mandatario saliente de Argentina, Alberto Fernández, quien entregará el domingo próximo el poder al ultraliberal Javier Milei, muy crítico del Mercosur. "Estoy personalmente triste", manifestó Lula da Silva.

(Con información de agencias)