En 1990, el comienzo de VideoMatch marcó un hito importante en la televisión argentina cuando Marcelo Tinelli se convirtió inesperadamente en su conductor. Telefe tomó una decisión crucial que cambiaría el rumbo del programa después de que Gustavo Lutteral decidiera no participar en el proyecto apenas unas horas antes de su debut.
El 1° de marzo de 1990, el programa salió al aire con una programación inicial centrada en el deporte, siguiendo los intereses del canal. Aunque Tinelli ya tenía experiencia en coberturas deportivas y segmentos especiales en Canal 13, esta vez se incorporaron elementos de humor y bloopers debido a la falta de material puramente deportivo.
La mezcla de deportes, humor y, eventualmente, segmentos de bloopers, fue clave para el éxito del programa. La apuesta de Gustavo Yankelevich, entonces gerente de programación del canal, no solo salvó al programa del fracaso, sino que también redefinió la carrera de Marcelo Tinelli, alejándolo definitivamente del periodismo deportivo para convertirse en un ícono del entretenimiento en Argentina.
En esta fecha tan especial, Marcelo Tinelli compartió un video en sus redes sociales, repasando esos comienzos. Acompañó el video con un emotivo texto: “Hoy hace 34 años arrancaba este sueño, este programa que amé y amo con toda mi alma: VideoMatch”. Sin duda, fue un antes y un después en su vida.
El video muestra sus inicios como relator de fútbol, conduciendo un especial junto a Carlos Salvador Bilardo en el marco del homenaje a Zico. Luego, los reportajes a Menotti y Sanfilippo, seguidos de imágenes de ese primer año del histórico ciclo.
Los comentarios de los seguidores no tardaron en llegar, reflejando el profundo impacto que el programa tuvo en la vida de muchas personas. Entre las declaraciones se pueden encontrar expresiones como: "El programa que nos acompañó a lo largo de nuestra vida, ir a dormir felices era lo mejor de todo. Gracias a todos los que hicieron de este programa una parte de la cultura argentina", así como: "Tenía 8 años y todavía recuerdo esas noches de pura risa en familia, uno de los momentos más felices de mi vida. Gracias a vos por tanto, ojalá algún día pueda darte un abrazo y agradecerte. Ahora tengo 42 años". Estos comentarios son un testimonio del impacto perdurable que el programa dejó en toda una generación.
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