El placer de almorzar acodado en la barra

Reservar “una mesa para dos” en un restaurant que sólo ofrece barra y ni uno sólo de esos muebles, suena extraño y hasta jocoso, pero no deja de ser necesario en Estrecho -Cuisine Moderne- un local que llena sus instalaciones día tras día.

El peatón distraído puede que haya pasado varias veces frente a su puerta, sin percatarse de que está allí. Si bien es un local de frente vidriado, el mismo cuenta con no más de cuatro metros de ancho, y aparece algo escondido.

El recinto se desarrolla estrecho y largo hacia el fondo.
La disposición arquitectónica del mismo, determinó la propuesta del restaurant desde el vamos: una barra larga, a un lado la cocina, y al otro unas veinte bucatas altas para los comensales.
La idea acaba siendo interesantísima y bien distinta, con cocina a la vista - y al alcance de la mano-, al mejor estilo de las mesas japonesas de sushi, o similar al concepto de los restaurantes del notable chef francés Joël Robuchon (L’Atelier de Joël Robuchon).

Para los que disfrutamos de la puesta en escena de un servicio de cocina, Estrecho es un lugar ideal.
Para el cliente que tenga cierto prejuicio con el “olor a comida”, es mejor que descarte la opción.
Estrecho cuenta con una potente campana de extracción, pero como es lógico, dentro de una cocina siempre hay olor a lo que se está cocinando.


A LA CARTA
La carta que ofrece Estrecho es tan breve como interesante.
Con una veintena de opciones de auténtica cocina de autor (con fuerte carácter galo), el comensal tendrá serios problemas para decidirse por un plato, y muy buenas excusas para repetir la visita.
Los platos además de tentadores, en todos los casos suenan bien concebidos, y generan curiosidad.

Nosotros optamos por compartir una muy generosa Ensalada Campestre, de fresco mezclum, vinagreta deliciosa, rodeada por huevos de codorniz, y sabrosos chips de bondiola de cerdo.

Como principal, ambos nos vimos tentados con el Lenguado -pesca del día en esa oportunidad- de filetes hermosos, y que habíamos estado escuchando chirriar sobre las sartenes.
Uno de los lenguados, lo pedimos tal y como aparece en la carta, con Papas Toscanas, olivas de Kalamata, y tomates secos.
El otro lenguado, lo ordenamos preparado con la receta del "plato del día", que en nuestra visita iba napado de salsa de setas frescas, boniato zanahoria y remolacha asados.
Ambos platos nos parecieron deliciosos, de presentación delicada y refinada.
Las pencas de lenguado llegaron doradas y brillantes, en su justo punto de cocción.

Para beber, pedimos dos copas de vino de la casa, un Pinot Gris 2012 de Valbona, muy rico, y que maridó de maravilla, sobre todo con el pescado.

Finalizamos el almuerzo con dos cremosos expresos Illy.


SOBREMESA
Estrecho presenta una propuesta única en la ciudad, dotada de una gastronomía de muy alta calidad que se trasluce no sólo en las preparaciones, sino también en el cuidado sobre la materia prima.
Los almuerzos en su barra constituyen un show en sí mismo, más para todos aquellos que disfrutamos el ballet sincronizado de cocineros y mozos, que hacen de un servicio caótico (valga la redundancia), un disfrute a la vista.

La atención de las mozas es excepcional, muy atenta.
La recepción y cordialidad de los propietarios, es otro punto alto y muy apreciable.

El almuerzo en la barra siempre es folklórico, y se vuelve disfrutable acabar tomando el café de charla con un desconocido.


MOZO, LA CUENTA
Ensalada Campestre: $ 260; Lenguado Especial: $ 330; Lenguado con Papas Toscanas $ 320; Copa de Vino (x2) $ 75; Café (x2): $ 60. Total del almuerzo para dos: $ 1.180.
Precio por comensal: 590 pesos.


Estrecho está ubicado en Sarandí 460 y Misiones.
Atiende de Lunes a Viernes de 12 a 16 horas.
Vale la pena reservar “silla” siempre que se lo visite al 2 915 61 07.
Por más datos de Estrecho, se puede visitar este enlace.

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