El presidente de FIFA, Gianni Infantino, confirmó a través de sus redes sociales que el Mundial 2034 se disputará en Arabia Saudita.
En un mensaje publicado este martes, Infantino informó que el Mundial 2026 será organizado por México, Canadá y Estados Unidos en 2026; que en 2030 se jugará en Marruecos (África) y España y Portugal (Europa) con tres partidos de celebración del Centenario en Sudamérica (Argentina, Paraguay y Uruguay) y que el Mundial 2034 fue confirmado en Asia.
"Tres ediciones, cinco continentes y diez países involucrados en partidos en el torneo - ¡eso está haciendo que el fútbol sea verdaderamente global!", escribió el presidente.
"El fútbol une al mundo como ningún otro deporte, y la Copa Mundial de la FIFA es la exhibición perfecta para un mensaje de unidad e inclusión, además de proporcionar una ilustración importante de cómo las diferentes culturas pueden estar juntas y aprender y entenderse mejor las unas a las otras", agregó.
"Mientras vivimos en un mundo cada vez más dividido y agresivo, mostramos una vez más que el fútbol, el deporte líder mundial, se une como nada más. Todos necesitamos estas ocasiones de unidad y las próximas Copas Mundiales de la FIFA proporcionan una fuerza única para el bien en este sentido".
Este fue el posteo del presidente que hizo oficial la candidatura árabe:
Arabia Saudita había estado interesada en ser sede del Mundial de 2030, en un proyecto conjunto con Grecia y Egipto.
Esa candidatura se abandonó en junio y el reino se centró entonces en la cita de 2034.
Por su política de rotación continental, la FIFA había "invitado" a presentar sus candidaturas para 2034 a los países miembros de las confederaciones de Asia y Oceanía.
Indonesia contempló durante un tiempo presentar una candidatura conjunta con Australia o con otros países como Nueva Zelanda, Malasia o Singapur, antes de dar un paso atrás el 19 de octubre.
Por su parte, Australia, que en este 2023 albergó junto a Nueva Zelanda el Mundial femenino, aspiró a ser sede del gran evento masculino en 2018 y 2022, sin éxito. Este martes anunció su renuncia a competir por la sede de 2034, dejando el camino despejado a los sauditas.
Arabia Saudita da un gran golpe con la sede del Mundial de fútbol, después de sus importantísimas inversiones de los últimos años en el fútbol, pero también en otros deportes como la Fórmula 1, el golf, la equitación o el boxeo.
Esta política deportiva viene directamente del príncipe heredero Mohammed Ben Salman, que se ha propuesto transformar el reino en un país de negocios y de turismo para reducir así su dependencia de los ingresos procedentes del petróleo y, según sus detractores, para desviar también la atención internacional sobre las violaciones a los Derechos Humanos.
En los últimos meses, a golpe de talonario, grandes figuras como Cristiano Ronaldo o Karim Benzema han fichado por formaciones sauditas.
En lo que se refiere a grandes competiciones, Arabia Saudita va a acoger del 12 al 22 de diciembre el Mundial de Clubes de la FIFA y en 2027 será sede de la Copa de Asia.
En 2029 organizará los Juegos Asiáticos de Invierno, en su complejo futurista en construcción de Neom.
El Mundial de fútbol de 2034 tendrá lugar doce años después de la cita que acogió su vecino y rival Catar.
Esa cita de 2022 contó con 32 equipos participantes, pero la de 2034 tendrá 48, lo que supone un reto todavía mayor, con 104 partidos que necesitan "un mínimo de 14 estadios" de 40.000 a 80.000 plazas y al menos "72 campos base", detalla la FIFA.
Las organizaciones en defensa de los Derechos Humanos ponen ya encima de la mesa sus inquietudes.
"La FIFA debe ahora dejar claro lo que espera de los anfitriones en términos de respeto de los Derechos Humanos", estimó Steve Cockburn, jefe de Economía y Justicia Social de Amnistía Internacional.
En otro texto, Human Rights Watch pidió horas antes de la confirmación de Infantino "retrasar" la concesión del Mundial 2034, estimando que no había conseguido llevar a cabo un proceso "ético, transparente, objetivo e imparcial".
"Con unos 13,4 millones de trabajadores migrantes en Arabia Saudita, protecciones inadecuadas en materia de trabajo y salud, la ausencia de sindicatos, de observadores independientes sobre Derechos Humanos y libertad de prensa, se dan todas las condiciones para temer por la vida de los que construyan y mantengan los estadios, los transportes, los hoteles y las demás infraestructuras", detalló Minky Worden, directora de iniciativas mundiales de Human Rights Watch.
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