Empieza el XX Congreso del Partido Comunista y Xi Jinping será reelecto presidente

En el encuentro se eligen las autoridades partidarias y establecen el plan quinquenal del período 2023-2028.

La agencia estatal Xinhua informó que los miembros del Congreso trabajarán en el marco del Plan Integrado de Cinco Esferas que comprenden Desarrollo Económico, Político, Cultural, Social y Ecológico, así como en la Estrategia Integral de Cuatro Puntas: Construcción integral de una sociedad moderadamente próspera, Profundización de las reformas, Gobierno de la nación de acuerdo con la ley y Gobierno estricto del Partido. Esas fueron las pautas establecidas en 2012 durante las sesiones del XVIII Congreso.

Este encuentro se lleva a cabo en el que China da por prácticamente finalizadas las restricciones de la pandemia del Covid 19 y llaman a la etapa de construir “una sociedad moderadamente acomodada”.

El Congreso elegirá a los miembros del Comité Central, que a su vez elige a los siete miembros del Politburó y al secretario general del Partido. Según medios oficiales, Xi Jinping será reelecto como máxima autoridad partidaria y como presidente de la Nación por un tercer mandato, cargo que asumió en marzo de 2013.

La semana previa al inicio del congreso, Xi Jinping presidió las sesiones preparatorias de las que salieron dos comunicados en los que afirman haber cumplido las metas propuestas en el XIX Congreso.

En uno de los párrafos, sin especificar casos, dice: “Se ha logrado una victoria aplastante en la lucha contra la corrupción y esto se ha consolidado de forma generalizada”.

China es la segunda economía mundial después de Estados Unidos y una potencia en crecimiento que logró disminuir la pobreza y tener las tasas de crecimiento más altas del mundo. Sin embargo, tras mantenerse en tasas de dos cifras, según datos del Banco Mundial, comenzó a descender.

En efecto, en 2007 fue del 14,2% anual y de a poco fue bajando hasta que en 2019 el crecimiento del PIB fue del 6%, muy por encima del resto de los países, pero en decrecimiento respecto a sus propios datos. Con la pandemia, China pese a las estrictas medidas por la pandemia no tuvo tasas negativas y en 2020 tuvo un crecimiento de apenas 2,2%. En 2021, pese a mantener los controles de la pandemia, logró un crecimiento del 8,1%, muy alto para la situación de crecimiento de tasas entre el 1 y el 4% en la mayoría de los países desarrollados. El gobierno chino se fijó como meta para 2022 un crecimiento del 5,5%.

En cuanto al pedido de registro de patentes ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), un dato clave para dimensionar los avances tecnológicos, China se convirtió en 2019 en el primer solicitante de patentes internacionales. En ese año superó a quien tenía la delantera, los Estados Unidos. A partir de allí, China mantuvo la delantera. En 2022, pidió 275.000 patentes, la cifra más elevada de la historia.

Uno de los cuellos de botella del crecimiento de la industria china es la fabricación de semiconductores. Si bien está entre los primeros países en este sector, la lista está encabezada por Taiwán y buena parte del destino de esos semiconductores era precisamente China continental. El conflicto desatado entre China y la isla, que depende institucionalmente de Beijing, provocó que Estados Unidos tendiera puentes para que Taiwán limitara la venta de esos chips a China y, a la vez, las empresas taiwanesas del sector hicieran inversiones en Estados Unidos.

La pelea por liderar el sector no es ajena a las pugnas geopolíticas sino por el contrario las ponen en el centro de la escena. China tiende puentes a través de distintas alianzas, básicamente bajo el paraguas de la Franja y la Ruta, que no es más que la nueva ruta de la seda, que cuenta con una red de comercio y logística que une a China con naciones de cuatro continentes.

Un dato que no puede pasarse por alto ante el inicio de las sesiones del XX congreso partidario es la relación con Rusia. En efecto, desde que Vladimir Putin invadió Ucrania, China se mantuvo neutral en el conflicto y para Rusia fue un alivio poder vender gas y petróleo a Beijing a la par que se bloquearon las ventas a Europa. Sin embargo, Xi Jinping no quiso manifestar ningún apoyo explícito a Putin ni proveerlo de armamento. Por el contrario en la reunión en la reunión de la Organización de la Cooperación de Shanghai llevada a cabo a mediados de setiembre en Samarcanda, Uzbekistán, se vio el gesto de desagrado de Putin cuando los periodistas presentes preguntaron a Xi Jinping sobre el conflicto de Ucrania y el presidente chino evitó mostrar su apoyo y reafirmó la neutralidad.

Pese a ser una potencia mundial, las autoridades chinas se identifican como “una nación en desarrollo”, no como país emergente. Dicen ser “reemergentes”, para resaltar que fueron una potencia durante milenios y que, en todo caso, sufrió descenso desde mediados del siglo XIX y que desde el principio del siglo XX es el país que más crece combinando un régimen de partido único, con el “socialismo de estilo chino” y con empresas privadas tanto nacionales como de las potencias extranjeras que se establecen en China.

Por otra parte, tiene un comercio exterior poderoso, propone y firma tratados de libre comercio con casi todas las naciones, sin fronteras ideológicas dado que tiene ventajas comparativas para los precios de sus productos industrializados y a la vez importa productos primarios, ya sean minerales, energías no renovables y, sobre todo, alimentos para humanos o para los rodeos de ganado porcino, entre otros animales.

El Centro de Prensa del congreso puede verse a través de la agencia Xinhua y sostiene que los próximos años son “un periodo clave para la materialización del rejuvenecimiento nacional”.

En el balance de los cinco años pasados será resaltada la erradicación de la pobreza extrema que va de la mano de la ampliación del poderoso mercado interno chino.

La decisión de que Xi Jinping  siga al frente del Partido Comunista será la plataforma para que el presidente quede confirmado como uno de los líderes de mayor gravitación planetaria al mismo tiempo en que es difícil prever qué pasará si la guerra de Ucrania continúa. Salvo por Taiwán, donde el gigante asiático hizo algunas demostraciones de poderío militar, China es implacable con su abstención de interferir en asuntos internos de otros Estados.