Por supuesto que también a corto plazo, apenas los consumidores los comiencen a probar, pero con el paso del tiempo los vinos producidos en el año del coronavirus en Uruguay se recordarán especialmente, porque estarán entre las selectas producciones anuales que pueden considerarse “de las mejores de la historia”.
Eso es consecuencia de varios factores, entre ellos la evolución de la genética vegetal en las plantaciones y la eficiencia de los manejos a nivel productivo y en la fase industrial, pero lo que incidió especialmente esta vez fue el factor climático: fue óptimo ya en la primavera y se reiteró en verano, cuando el registro de precipitaciones fue perjudicial para otros rubros productivos, pero al mismo tiempo el más adecuado para la producción de uvas, tanto blancas como tintas.
“La calidad de esta vendimia, sin dudas, es histórica, el clima dio una mano enorme, todo fue propicio para este sector”, afirmó a El Observador el enólogo José Lez, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi).
“Hemos podido probar los primeros vinos de esta producción y son realmente muy buenos y eso nos tiene a todos muy entusiasmados”, añadió.
Considerando los diversos perjuicios que no solo en lo sanitario ha generado la propagación en Uruguay del covid-19 (coronavirus), una pandemia a nivel mundial que motivó al gobierno nacional declarar la emergencia sanitaria el 13 de marzo, “esto del excelente resultado de la vendimia es una buena entre tantas pálidas”, destacó Lez.
Más allá de ser determinante para una calidad ideal, el buen estado del tiempo evitó en los viñedos la presencia de algunas enfermedades, como hongos, que en otras zafras han aparecido y generado más costos para contemplarlas y obviamente las mermas en volumen y calidad que suelen generan esas dificultades sanitarias.
Consultado sobre sus perspectivas con relación a la exportación, Lez admitió que es un momento “complicado” para trazar proyecciones dado que muchos mercados están paralizados o enlentecidos.
“Nosotros no hemos parado. El sector siguió con toda su actividad y se sigue exportando, por ahora no se han reflejado esas restricciones, pero sin dudas habrá que estar atentos a lo que pueda pasar”, expresó.
Resaltó, en este marco, que Uruguay sigue priorizando poder exportar cada vez más vino con valor agregado, el vino envasado, sin descuidar colocaciones puntualmente útiles de vino a granel que más allá de reportar un valor menor permiten evitar que se genere un escenario local de stock excesivo.
Esa actitud de exportar más vino de alto valor es clave, considerando que el consumo en el mercado interno sigue estabilizado, apuntó Lez.
En 2019, con base en datos del Inavi, Uruguay exportó 6,12 millones de litros de vino y de ese volumen 4,2 millones de litros fueron de vino envasado (5,5 millones de botellas) y el resto a granel. Además, uno de los elementos que rescató Lez fue que el precio promedio por litro exportado, considerando el vino envasado, mejoró 14% en 2019 respecto al año anterior.
Finalmente, el presidente del Inavi instó a respetar todas las indicaciones dadas por el gobierno para el sector en cada eslabón de la agroindustria vitivinícola, con los cuidados del caso para prevenir la llegada a estos ámbitos productivos (en viñedos y bodegas, por ejemplo) del covid-19. Incluso, en el sitio web del Inavi hay un protocolo específico para los actores del sector (ver a continuación el documento completo).
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