El presidente Javier Milei ante la Asamblea Legislativa

Política > ambiciosa propuesta

Con fuertes críticas a la política, Javier Milei llamó a un nuevo pacto fundacional para el país

El esperado discurso del presidente Milei ante el Congreso tuvo el carácter de un llamado urgente a todas las fuerzas políticas a un acuerdo por un país basado en principios superadores
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02 de marzo de 2024 a las 07:57

El discurso del presidente Javier Milei ante la Asamblea Legislativa en la Apertura de Sesiones Ordinarias resultó todo lo audaz y sorpresivo que se esperaba. Pero no por algún tipo de propuesta específica como la dolarización de la economía, sino por la convocatoria a todas las fuerzas políticas a lo que el presidente llamó el "Pacto de Mayo", una serie de acuerdos básicos por una suerte de refundación de la república a partir de diez nuevos principios. 

Efectivamente, el discurso mostró una gran audacia en su contenido si se tiene en cuenta las dificultades que han experimentado los intentos reformistas del Gobierno en el Congreso y los tribunales, y más aún si se consideran los recientes conflictos con los gobernadores provinciales. En cualquier caso, ante las dificultades y los fracasos, Milei advirtió que desconfía de las intenciones de aquellos mismos a los que convocó a su gesta refundacional, pero que de ningún modo piensa retroceder ante los obstáculos, sino que piensa acelerar. La cuestión central pasa a ser, a partir de hoy, cuánto habrá de estos dichos al trecho.

En términos generales, el presidente estructuró su discurso a partir de tres ejes sucesivos: el fracaso de las políticas que sumieron al país en la que él entiende que es la peor crisis de su historia (con abundancia de datos y estadísticas elocuentes para ilustrar ese fracaso y esa crisis); las medidas que ha implementado en estos breves meses de gobierno con resultados que interpreta como alentadores; y las propuestas hacia el futuro luego de los primeros intentos fallidos con la Ley Bases.

Cómo estamos y cómo salimos

En el primer tramo de su exposición, Milei no tuvo contemplaciones en el relato e ilustración de un panorama tan grave como decadente: no sólo los tópicos económicos de inflación, gasto público, emisión monetaria, pobreza y estancamiento del PBI a los que suele referirse con frecuencia, sino también en prácticamente todos los ámbitos de la vida pública: educación, salud, seguridad, justicia, narcotráfico. No tuvo pruritos en señalar "ciudades tomadas por los narcos", "alumnos que terminan la escuela sin saber leer" o una sociedad basada en la corrupción y los privilegios. Sobre el gasto público no pudo ser más claro: "Los últimos 20 años han sido un desastre económico, una orgía de gasto público".  

En la segunda parte se abocó a destacar las acciones implementadas desde su llegada al Gobierno, del cual destaca su acción providencial en evitar una hiperinflación a partir de la rápida ejecución de su "plan motosierra": un ajuste del gasto público que mostró superávits gemelos por primera vez en 20 años.

Pero también destacó por ejemplo, el giro en la política social de su Gobierno: “Respecto a la asistencia social, nos comprometimos a terminar de una vez y para siempre con los gerentes de la pobreza, que usan la intermediación de planes como mecanismo recaudatorio y como recursos extorsivo para manipular a los que menos tienen”. También recordó que se implementó “la línea 134, que nos ayudó a poner al descubierto el mecanismo perverso de las organizaciones piqueteras usan para llevar gente a las manifestaciones, bajo amenaza de quitarles el plan (...). Estamos terminando con la extorsión de las organizaciones hacia los beneficiarios, y gracias al protocolo de seguridad instrumentada por la ministra Patricia Bullrich estamos terminando con la extorsión cotidiana que las organizaciones someten a la sociedad cada vez que cortan una calle. Siempre lo dijimos, en nuestro gobierno, el que corta no cobra”, agregó.

Del mismo modo, señaló cambios en política educativa que implican en verdad un cambio en la relación con los sindicatos, a quienes ahora enfrenta abiertamente: “En una Argentina donde los chicos no saben leer y escribir, no podemos permitir más que Baradel y los amigos usen a los estudiantes como rehenes para negociar paritarias con los gobiernos provinciales. Por eso, incluimos en el DNU la educación como servicio esencial lo cual le sacará el arma de la mano a los sindicatos y los obligará a brindar al menos un 70% del servicio educativo durante cualquier huelga”.

Ellos y nosotros

De todos modos, antes de adentrarse en la parte más esperada de su discurso, la misma en la que se esperaban propuestas superadoras o sorpresivas, Javier Milei se esforzó en marcar una fuerte diferencia entre un "ellos" y un "nosotros". Es decir, entre aquello que identifica como "la casta" y el gobierno que encabeza caracterizado implícitamente como un nuevo tipo de proyecto, casi una cruzada reformista. Así, del lado de la casta quedaron en términos muy generales "los políticos", aquellos a los que retrató como una clase privilegiada y parasitaria que, en lugar de estar al servicio de la sociedad, se dedican a la política como una lucrativa carrera cerrada sobre sí misma. De este modo, sindicalistas, piqueteros, intermediarios de planes o empresarios y funcionarios coimeros serían las subespecies derivadas de la política como esfera de daño.

Esta transición hacia la parte final del discurso presidencial tuvo otra salvedad importante: en vistas del fracaso de la ley ómnibus en el Congreso, de las dificultades del DNU y de los conflictos con los gobernadores, el llamamiento al Pacto de Mayo es una suerte de proyecto refundacional con dos marcas inevitables: se trata de un proyecto que redobla la apuesta ante los bloqueos anteriores y, pese a su ambición (o probablemente por ella), el propio Milei desconfía de la suerte que vaya a correr. En cualquier caso, el desafío al resto de las instituciones políticas del país dice así: "Adelante, demuestren que estoy equivocado".

Lo que viene

Formulada la convocatoria para el 25 de mayo en la ciudad de Córdoba, seguramente con los "pactos preexistentes"  a los que alude la Constitución en su preámbulo como telón de fondo, lo que sucederá en los próximos días y semanas girará en torno a qué tipos de leyes, decretos o ajustes regulatorios será capaz de implementar el Gobierno más allá de las formas y los discursos. Aún sabiendo que muchas de sus reformas están a tiro de decreto simple, hay muchas otras cuestiones planteadas en términos de una refundación de ciertos principios liberales que deberían actualizarse luego de décadas de políticas estatistas, según la concepción de Milei. Y estas cuestiones deberán pasar necesariamente por el Congreso.

¿Qué es lo que viene entonces, una negociación directa con los gobernadores como posibilitadores de un tránsito más pacífico de las leyes que pretende el Gobierno por las Cámaras? ¿Algún tipo de acuerdo legislativo con los sectores que considera más próximos? No queda claro aún, pero son preguntas fundamentales que deberán responderse.

 

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