Firmeza defensiva: el bastión de la sub 23 para ilusionarse con Tokio 2020

¿Da para ilusionarse lo mostrado por Uruguay en su estreno contra Paraguay? Si por una parte del libreto exhibido: la defensiva. 

El equipo de Gustavo Ferreyra jugó un segundo tiempo a altísimo nivel en defensa contra los guaraníes que en los primeros 45’ controlaron la pelota a voluntad y generaron cuatro chances claras de anotar. 

Pero en el segundo tiempo, a partir de que Uruguay tomó la ventaja con gol de Diego Rossi, la celeste se blindó atrás y no le concedió a la albirroja opción alguna de anotar. 

En la otra parte del libreto, la ofensiva, Uruguay tiene mucho margen para mejorar. 

En los primeros 45’ no solo le costó generar juego sino que sufrió los espacios que dejó en defensa al avanzar, sobre todo en el lateral izquierdo donde Maximiliano Araújo sufrió la velocidad y las diagonales de los punteros paraguayos. 

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Pero Ferreyra tomó el debido apunte y en el entretiempo ajustó tuercas. La solución fue que Joaquín Piquerez no cambiara más de banda con Diego Rossi y que no dejara tanto espacio a sus espaldas. 

El volante de River Plate, flamante fichaje de Peñarol, fue uno de los jugadores más parejos que tuvo Uruguay. 

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Le dio ida y vuelta a la banda, fue inteligente en el primer tiempo para jugar a pierna cambiada y abrirle la calle a José Luis Rodríguez para que este llegara al fondo de la cancha y también desniveló enganchando al medio para conectar con Juan Ignacio Ramírez. 

En el segundo tiempo cumplió aplicadamente su rol táctico de asistir a Araújo sin retacear en su recorrido por banda.  

La solidez defensiva se contruyó desde el arco con un Ignacio De Arruabarrena que fue el mejor jugador del primer tiempo con tres atajadas determinantes. 

En las manos del golero de Wanderers naufragaron los mejores intentos de Paraguay. 

José Luis Rodríguez cumplió en la marca y pasó con criterio al ataque que es uno de los fuertes de Araújo, quien tampoco pudo rendir en ese rubro. 

Los centrales también jugaron a muy buen nivel. Tanto Santiago Bueno como Sebastián Cáceres completaron junto con De Arruabarrena un triángulo final muy sólido. 

Bueno fue clave en la jugada del gol al contener y no dejar girar a un delantero rival que terminó jugando en largo hacia atrás en una pelota que terminó capturando Juan Ignacio Ramírez para irse de cara al gol. 

En el medio Nicolás Acevedo demostró que es otro de los puntales de esta selección. 

Favorecido por el sistema táctico por el que optó Ferreyra, un 4-1-4-1, el volante central de Liverpool se sintió cómodo jugando como volante tapón por delante de la línea de cuatro final. 

Si bien perdió una pelota que costó una situación de gol es un jugador muy astuto para cortar y pasar rápido para facilitar las transiciones ofensivas y el juego vertical que pretende el entrenador. 

El que no se sintió tan cómodo en el medio fue Carlos Benavídez, quien no jugó un buen partido y fue sustituido en el decurso del segundo tiempo. 

Facundo Waller le aportó despliegue, marca, y distribución al medio pero es un jugador que puede dar mucho más. 

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De mitad de campo en adelante, Diego Rossi fue el jugador más activo. No siempre terminó las jugadas de la manera más eficaz. Pero su ida y vuelta, su solidaridad para retroceder y achicar espacios y su olfato goleador lo hacen un jugador importante. 

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El Colo Ramírez, como referencia neta de ataque fue clave en el gol al sacarse una marca de encima. Pero los escasos minutos de Federico Viñas hicieron ver que se trata de un jugador con una potencia diferente. 

Uruguay volverá a jugar este miércoles a la hora 22.30 contra Brasil que el domingo le ganó 1-0 a Perú con gol de Bruno Guimaraes.