Armando Sartorotti
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Goma y el volcán
Goma es una ciudad del este de R.D.Congo, fronteriza con Ruanda, construida sobre los restos de erupciones volcánicas que acumularon capa tras capa de lava, transformada en roca negra y porosa. Las calles y hasta las cañerías de agua de los pocos barrios que la tienen, deben someterse a los caprichos de esta piedra que por su color domina el paisaje de calles y descampados.
La última erupción que afectó la ciudad fue en 2009, el flujo de lava cortó la pista del aeropuerto a la mitad y barrió con cientos de casas. Pocas calles están asfaltadas y el polvo se levanta a medida que un tránsito desordenado con miles de taxis-motos y vehículos de todo porte y estado se mueven tocando bocina y tirándose unos delante de otros con aire natural. Para las motos llevar 3 pasajeros es el negocio ideal pero he llegado a verlas con 4 personas. Alejandro, un cooperante español que vive hace unos años aquí me muestra su carné de conducción congoleño. Nunca dio prueba de manejo. Tiene permitido manejar camiones con semirremolque.
Si bien existe cableado eléctrico e instalaciones para distribución de agua, gran parte de la ciudad no tiene esos servicios, y para los que la tienen, es usual que sea en forma intermitente. Las calles llenas de gente son lo que le dan el verdadero color a la ciudad que se transforman en un desierto a partir de que obscurece. Goma es lugar de tránsito y abastecimiento de todos los grupos armados de la región, entre éstos y el miedo y la desconfianza que la población local le tiene a la policía y al ejército hacen que la ciudad vuelva a bullir recién al amanecer.
Ahora Goma está pendiente del Nyaragongo, el mayor de los volcanes que la rodean, que ha comenzado a humear manteniendo por ahora la lava incandescente dentro de su garganta, pero que amenaza nuevamente con re diseñar la cuidad, que se niega a ser corrida por la naturaleza.
