Un coche bomba estalló el sábado por la noche próximo al estadio del equipo de fútbol del Besiktas, en Estambul, y un kamikaze se hizo explotar menos de un minuto después en medio de un grupo de policías en un parque cercano.
Al menos 30 policías, siete civiles y una persona no identificada fallecieron, y 155 resultaron heridas en los dos ataques, que se produjeron en espacio de 45 segundos, según el ministro del Interior, Süleyman Soylu.
Las explosiones ocurrieron a las 22:29 (19:29 GMT) cuando salían del estadio los aficionados que habían asistido a un partido entre el Besiktas y el Bursaspor en el Vodafone Arena.
El grupo armado "Halcones de la Libertad de Kurdistán" (TAK) se responsabilizó este domingo del doble atentado terrorista. Asumió la autoría del ataque en un mensaje difundido a través de la agencia de noticias prokurda Firat y señaló que los atentados fueron cometidos por dos personas en "una acción de sacrificio" y que el objetivo no era la población turca sino la policía.
Este domingo, Turquía decretó una jornada de luto. El primer ministro Binali Yildirim ordenó poner las banderas a media asta, y el presidente Recep Tayyip Erdogan aplazó una visita prevista a Kazajistán, anunció el domingo la agencia progubernamental Anadolu.
"Que mi nación y mi pueblo estén seguros: lucharemos hasta el final contra la maldición del terrorismo. No vamos a dejar impunes" los atentados, afirmó el presidente Erdogan en declaraciones a la prensa en Estambul. "Pagarán un precio muy alto", agregó.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, denunció las explosiones del sábado en Estambul y pide a Turquía que denuncie públicamente cualquier ataque contra Israel.
Netanyahu dijo, en su reunión de Gabinete del domingo, que "Israel condena cualquier ataque en Turquía, e Israel espera que Turquía condene cualquier ataque en Israel. La batalla contra el terrorismo debe ser mutua".
Por su parte, el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, afirmó: "Condenamos el terrorismo en cualquier parte, en Estambul, en Jerusalén, París o Bruselas". Aludió a que se trata de una lacra que también sufre su país.
La condena israelí ha coincidido con la llegada al país del nuevo embajador turco, después de seis años de ausencia a raíz de una grave crisis entre ambos países por la muerte de nueve activistas turcos en el asalto militar a una flotilla que se dirigía a Gaza en 2010.
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